En cierta ocasión durante un seminario para matrimonios, le preguntaron a una mujer:
-"¿Te hace feliz tu esposo?" ¿Verdaderamente te hace feliz?
En ese momento el esposo levantó ligeramente el cuello en señal de seguridad, sabía que su esposa diría que sí, pues ella jamás se había quejado durante su matrimonio. Sin embargo la esposa respondió con un rotundo:
- "No... no me hace feliz".
Y ante el asombro del marido continuó:
- "No me hace feliz ¡Yo soy feliz! El que yo sea feliz o no, eso no depende de él, sino de mí. Yo soy la única persona, de quien depende mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de alguna persona, cosa o circunstancia sobre la faz de esta tierra, yo estaría en serios problemas. Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente; el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc. Y así podría decir una lista interminable. A través de toda mi vida, he aprendido algo: decido ser feliz y lo demás lo llamo "experiencias": amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar. Hay gente que dice: "No puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque alguien me insultó, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valoró..." Pero lo que no sabes es que puedes ser feliz. Aunque estés enfermo, aunque haga calor, aunque no tengas dinero, aunque alguien te haya insultado, aunque alguien no te ame, o no te haya valorado. Ser feliz una actitud ante la vida que cada uno decide."
"Cuando las personas están alegres, siempre son buenas; mientras que cuando son buenas rara vez están alegres." Anthony De Mello.
"Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra, serlo" S. Freud
"Me consideran loco porque no vendo mis días por oro... Y yo los considero locos porque creen que mis días tienen precio." Khalil Gibran.
Hola Merlín.
ResponderEliminarAcepto la tesis general del relato: al final, en esta vida uno no cuenta más que consigo mismo. Contar con los demás suele acabar en malentendidos y frustración.
Y ahora viene el pero (si no, no sería yo): no me negarás que viene bien poder contar con los demás en la construcción de algún momento de felicidad.
"...y cuando digo esto / quiero decir contar / aunque sea hasta dos / aunque sea hasta cinco..." (M. Benedetti).