lunes, 13 de agosto de 2007

De adicciones, vacaciones, sustancias, sexo y demás

Leo en la revista Zero un artículo bastante laxo acerca del consumo de drogas en esta época de vacaciones de verano cuando, según el autor, "el ir a determinados sitios playeros de ambiente puede ir acompañado de mucha actividad de intento de ligue, y de pasarse trasnochando, bebiendo en exceso, fumando mucho, consumiendo todo tipo de drogas para estar más marchoso. Y eso está bien (resaltado mío) cuando no nos cambia en nuestra manera de ser y disfrutar, y no nos hace pasarnos de los límites del auto-cuidado." El articulista dice que las vacaciones nos hacen más dispuestos a conocer personas y a tener sexo y sugiere no desampararnos del preservativo para no ponernos en riesgo de infecciones de transmisión sexual, "riesgo que es más intenso si estamos borrachos o bajo los efectos de la euforia de alguna droga".

Termina diciendo que "hay quien prueba las drogas como si fueran caramelos y todas exigen ciertas condiciones para que nos hagan el menor daño colateral".



Me queda un amargo sabor de boca al leer esta página en la sección Cuídate. Hay que cuidarse de las Enfermedades de Transmisión Sexual, hay que tener sexo seguro, hay que disfrutar. Pero según el autor, de las drogas no hay que cuidarse. Me da la sensación de que el único pero que le ve al uso y abuso de ellas es que disminuye nuestra capacidad de negociación frente a actos y prácticas sexuales ocasionales y de riesgo y omite intencionalmente (porque estoy seguro de que lo sabe), los daños que traen a la salud los "porros", "éxtasis", "cristales", "marías" y demás descubrimientos que usan algunos a quienes no les es suficiente con millones de neuronas capaces de crear y poner a volar cuerpo y mente.

Este comentario viene a colación con la noticia publicada en El Heraldo de Aragón, según la cual las campañas que promueven el decir NO a las drogas son inútiles porque la mayoría de los jóvenes las asocian con la diversión, imprescindibles para la fiesta y el ocio y que, por lo tanto, las campañas deben orientarse ahora a la "reducción de daños".

Así que nos hemos relajado, que las drogas son divertidas, que pueden limitar nuestro buen juicio, etc., pero en ningún lado advierten sobre los daños que, por sí mismas, acarrean a la salud.

A esto llaman campañas de prevención. Y responsabilidad social de los medios de comunicación. ¡Ja!

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