miércoles, 23 de noviembre de 2022

Donde caben dos

Por obra y gracia de Netflix, una tarde gris de noviembre, al azar pillé esta película (dirigida por Paco Caballero) para manta, sofá y... subrayado de textos. Sobre todo la reflexión final, que es, quizás lo que la salva de ser solo una apología de la "revolución sexual".

(Presentación)

¿Sabes ese momento en que sucede algo que le da un vuelco a tu vida? ¿Algo que no se puede racionalizar y para lo que nunca se está preparado? Una tarde, como cualquier otra, estás tomando algo tranquilamente y, de pronto, salta una chispa, te tropiezas con una mirada y antes de que te des cuenta, comienzas a sentir las palpitaciones, los nervios y ese hormigueo. De repente te parece que tu vida ha sido un camino para traerte justo hasta este momento, como si el universo y el destino cobraran sentido aquí y ahora. No te reconoces ni sabes poner en palabras lo que está ocurriendo y, sin embargo, aquí estás. 

(Epílogo)

Y sí, es algo que te pilla por sorpresa y de la noche a la mañana le da un vuelco a tu vida. Algo que no se puede racionalizar y para lo que nunca estamos preparados. Pero de pronto salta una chispa y empezamos a sentir las palpitaciones, los nervios y ese hormigueo. Nos parece que toda nuestra vida ha sido un camino para traernos justo hasta este momento. Como si el universo y el destino cobraran sentido aquí y ahora. Por mucho que queramos y lo intentemos somos incapaces de resistirnos. No nos reconocemos ni sabemos poner en palabras lo que nos está ocurriendo. ¿Por qué nos excita lo que nos excita? ¿Por qué nos enamoramos de quien nos enamoramos? ¿Qué nos pasa en la cabeza? Y la respuesta es, ¡absolutamente nada!

Nos han hecho creer que hay una sola forma correcta de enamorarnos, de excitarnos, de follar. Pero no es cierto. Así que podemos pasarnos la vida que el mundo decida lo que puede o no gustarnos, o podemos decidir por nosotros mismos quiénes somos y reconocernos, no por lo que nos diferencia del resto sino por lo que nos hace únicos.

Querernos tal y como somos para dejar que nos quieran de la misma manera y olvidar de una vez por todas unos modelos que –seamos sinceros- no representan absolutamente a nadie.

Escribir nuestras propias reglas, juntos. O explorar caminos nuevos que hasta hace poco no podíamos ni imaginar. Aprendiendo a aceptar que en esta búsqueda constante a veces no nos encontraremos. Pero reconociendo el sexo y el amor como lo que realmente son: el regalo más increíble que uno puede dar y recibir, algo que todos merecemos experimentar plenamente, sin distinciones, sin concesiones, sin vergüenzas. Porque, a veces, algo te pilla por sorpresa y de la noche a la mañana le da un vuelco a tu vida.