lunes, 22 de febrero de 2016

Redes sociales: La invasión de los necios

La noticia de la muerte de Umberto Eco, el autor de El Nombre de la Rosa (y sus Apostillas), El péndulo de Foucault, que había que estudiar obligatoriamente en las clases de periodismo y semiología,  ha llegado a las portadas de periódicos de todo el mundo, pero también se ha dejado notar en las redes sociales, donde los lectores han querido despedirse del escritor y lo han convertido en trending topic. Una curiosa paradoja si tenemos en cuenta que las redes no eran precisamente santo de su devoción, tal y como el semiólogo había manifestado en numerosas ocasiones. Estas son algunas de sus reflexiones al respecto publicadas en Verne:

- Sobre las opiniones vertidas en las redes sociales:

"Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas".  La Stampa

 "La televisión ha promovido al tonto del pueblo, con respecto al cual el espectador se siente superior. El drama de Internet es que ha promocionado al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad". ABC

- Sobre Twitter:

"El fenómeno de Twitter es por una parte positivo, pensemos en China o en Erdogan. Hay quien llega a sostener que Auschwitz no habría sido posible con Internet, porque la noticia se habría difundido viralmente. Pero por otra parte da derecho de palabra a legiones de imbéciles”. Discurso en la Universidad de Turín

-Sobre la influencia de Internet en los medios de comunicación:

"Internet puede haber tomado el puesto del periodismo malo… Si sabes que estás leyendo un periódico como EL PAÍS, La Repubblica,Il Corriere della Sera…, puedes pensar que existe un cierto control de la noticia y te fías. En cambio, si lees un periódico como aquellos ingleses de la tarde, sensacionalistas, no te fías. Con Internet ocurre al contrario: te fías de todo porque no sabes diferenciar la fuente acreditada de la disparatada. Piense tan solo en el éxito que tiene en Internet cualquier página web que hable de complots o que se inventen historias absurdas: tienen un increíble seguimiento, de navegadores y de personas importantes que se las toman en serio". El País.

Hace un tiempo se podía saber la fuente de las noticias: agencia Reuters, Tas..., igual que en los periódicos se puede saber su opción política. Con internet no sabes quién está hablando. Incluso Wikipedia, que está bien controlada. Usted es periodista, yo soy profesor de universidad, y si accedemos a una determinada página web podemos saber que está escrita por un loco, pero un chico no sabe si dice la verdad o si es mentira. Es un problema muy grave, que aún no está solucionado". ABC

- Sobre YouTube y el modo de consumir contenido audiovisual:

(...) Parece que los jóvenes ahora miran más YouTube, se van acostumbrando a cosas muy rápidas, quizás ya no podrían ver una película de Wim Wenders que dura cuatro horas. Pero se puede cambiar: a uno de mis nietos, cuando tenía diez años, le dije que tenía que ver El guateque, con Peter Sellers, divertidísima; pero no le gustaba, era demasiado lenta para él. Ahora que tiene quince años, le gusta. Se ha convertido en alguien capaz de entender una película más lenta, pero al principio estaba acostumbrado a una velocidad más rápida." ABC

miércoles, 3 de febrero de 2016

Reflexiones para el día de San Valentín: ¡El Amor mola!

Una vieja canción decía: "No creo en el Amor, es tan sólo una fábula". Yo sí creo en el Amor, aunque a veces me hayan vuelto descreído. Creo en los flechazos, en las mariposas en el estómago y en las chiribitas en los ojos. Creo en la entrega, en el "Sí a todo" de este corto tan tierno. Creo en el Amor a las personas, el que no diferencia entre sexos, colores de la piel, procedencias geográfica, edades, el que no tiene prejuicios.


Creo en la magia de Cupido y me encantan ciertas cursilerías de corazones rosas, postales, juegos, peluches y gifts, aunque no comparta el amor por el dinero que los centros comerciales y los empresarios sacan de las comercialización de los sentimientos. Creo, más bien, en la idea original de San Valentín, patrono de los enamorados, que arriesgaba su vida por casar a las parejas.


Me encantan las palabras de San Pablo en su carta a los Corintios:

Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo Amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.

Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo Amor, no soy nada.

Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo Amor, de nada me sirve. El Amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.

El Amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el Amor: estas tres. La más grande es el Amor