martes, 27 de julio de 2010

El dolor es avaro...

Hay pesadumbres que hunden, sin remedio, en el más hondo desconsuelo. Y el pesar es tan completo que tú misma te asombras de sufrir tanto y poder soportarlo. Sólo con él podrías aguantar tanta desdicha, pero es él quien se ha ido.


¿Ha muerto quien amabas y puedes resistirlo? ¿Ha muerto el que te hacía soñar y sonreír, y sin embargo aguantas? antes, cuando él estaba, la vida era otra cosa, tú eras otra. Ahora sientes que has perdido lo que te hacia palpitar, sin darte cuenta, alegre.

No puedo consolarte, No tengo receta alguna que se apiade de tu tristeza y la modere. Al contrario, sólo puedo decirte que sufras a tus anchas, que sufras todo lo que puedas, hasta que sientas que tanta tristeza ya no cabe en un cuerpo. No ahorres lágrimas, chapotea en el dolor con tanta intensidad como antes en el goce.


Porque hay una regla ineluctable que, ahora que la oirás, te hará incluso más triste: con el pasar del tiempo ya no sufrirás tanto; querrás sufrir como antes y no serás capaz. Es imposible sufrir y sufrir por mucho tiempo. Incluso a él, a él, acabarás olvidándolo. Pésele a quien le pese y pase lo que pase: si al cabo de treinta y seis meses sigues sufriendo como ahora, no sufrirás por él, sufrirás por la culpa de no seguir sufriendo. Aunque fuera sin límites el amor que sentías, el dolor es avaro, dura menos.




Héctor Abad Faciolince
Tratado de Culinaria para Mujeres Tristes

lunes, 26 de julio de 2010

Receta para almas tristes

Haces volteretas con el cuerpo y la imaginación para evadir la tristeza. ¿Pero quién te ha dicho que se prohibe estar triste? En realidad, muchas veces, no hay nada más sensato que estar tristes; a diario pasan cosas, a los otros, a nosotros, que no tienen remedio, o mejor dicho, que tienen ese único y antiguo remedio de sentirnos tristes.

No dejes que te receten alegría, como quien ordena una temporada de antibióticos o cucharadas de agua de mar a estómago vacío. Si dejas que te traten tu tristeza como una perversión, o en el mejor de los casos como una enfermedad, estás perdida: además de estar triste te sentirás culpable. Y no tienes la culpa de estar triste. ¿No es normal sentir dolor cuando te cortas? ¿No arde la piel si te dan un latigazo?

Pues así mismo el mundo, la vaga sucesión de los hechos que acontecen (o de los que no pasan) crean un fondo de melancolía. Ya lo decía el poeta Leopardi: "como el aire llena los espacios entre los objetos, así la melancolía llena los intervalos entre un gozo y otro".

Vive tu tristeza, pálpala, deshójala en tus ojos, mójala con lágrimas, envuélvela en gritos o en silencio, cópiala en cuadernos, apúntala en tu cuerpo, apúntala en los poros de tu piel. Pues sólo si no te defiendes huirá, a ratos, a otro sitio que no sea el centro de tu dolor íntimo.

Y para degustar tu tristeza he de recomendarte también un plato melancólico: coliflor en nieblas. Se trata de cocer esa flor blanca y triste y consistente, en vapor de agua. Despacio, con ese olor que tiene el mismo aliento que desprende la boca en los lamentos, se va cociendo hasta ablandarse. Y envuelta en niebla, en su vapor humeante, ponle aceite de oliva y ajo y algo de pimienta, y sálala con lágrimas que sean tuyas. Y paladéala despacio, mordiéndola del tenedor, y llora más y llora todavía, que al final esa flor irá chupando tu melancolía sin dejarte seca, sin dejarte tranquila, sin robarte lo único tuyo en ese momento, lo único que nadie podrá ya quitarte, tu tristeza, pero con la sensación de haber compartido con esa flor inmarchitable, con esa flor absurda, prehistórica, con esa flor que los novios jamás piden en las floristerías, con esa flor de col que nadie pone en los floreros, con esa melancolía, con esa tristeza florecida, tu misma tristeza de coliflor, de planta triste y melancólica.

Héctor Abad Faciolince
Tratado de Culinaria para Mujeres Tristes.

viernes, 23 de julio de 2010

Esquela

Ojeo el periódico mientras tomo un café, de paso al trabajo. No suelo mirar las esquelas de defunciones, básicamente porque no me interesan. Siempre he dicho que no podré leer la mía (y no sería tan rimbombante como las de España). Pero hoy me sorprendí al ver mi nombre y primer apellido en una del Heraldo de Aragón, uno de los diarios de Zaragoza. La coincidencia es solo de nombre: No tengo 85 años (ni espero llegar a esa edad), ni soy viudo, ni tengo hijos, ni he estado nunca en Ejea de los Caballeros.

Solo coincido con mi homónimo en que también he de morir. Como todos. Cosas afortunadas de la democrática y reseca muerte.

domingo, 18 de julio de 2010

Me han llamado prepotente

Según la Real Academia de la Lengua Española,

Prepotente
(Del lat. praepŏtens, -entis).

1. adj. Más poderoso que otros, o muy poderoso.
2. adj. Que abusa de su poder o hace alarde de él.

Soy un subordinado o subalterno. Y en varias ocasiones he sido catalogado como prepotente, sólo por replicar a un concepto, opinión o juicio. La última vez que me lo dijeron contesté a quien me juzgaba que si conocía el significado de la palabra y me dijo que no. ¡Vaya, vaya! Calificamos sin saber lo que decimos. Y sin mirar la viga en el ojo propio. ¡Una pena!

jueves, 15 de julio de 2010

El túnel

¿Sabés?
En estos días, por las tardes
y en algunas noches también,
me estoy sintiendo tan vacío,
como tan sin rumbo.
Sin embargo, continúo
poniendo mi habitual cara
de tranquilidad,
como si nada pasara.

¿Sabés cómo me estoy
sintiendo?
Así como esa montaña del
oriente, esa que por dentro
lleva un túnel, ¿sí la has visto?
Lleva un túnel y miles de
carros atraviesan su
corazón de roca todo
el día, por la tarde y en la
noche también, sin dejarla
recuperar de tal herida.
Si de pronto te diera por
caminar encima de la
montaña, verás que tiene
hierba, árboles, helechos
y hasta sonrientes flores.
Como si nada le pasara por
dentro. Es más, desde el aire
nadie pensaría que entre
todas esas sonrientes
montañas, hubiera alguna
con una herida tan grave.
Claro, es que además la
gente ni siquiera piensa que
las montañas, también
podemos sufrir de amargas
melancolías.

miércoles, 14 de julio de 2010

Carta abierta a Ingrid Betancur

Carta que circula por la red, muestra del enfado que ha despertado en la opinión pública la millonaria demanda que ha puesto Ingrid Betancur al Estado colombiano, a los dos años de ser liberada de su secuestro.

Por Maritza Castrillón Silva



Ingrid:

Difícilmente podría encabezar esta carta con un "respetada" o "apreciada", dado que su condición actual frente a los colombianos no da para tanta diplomacia.

Bien complicado es para una ciudadana normal como yo, digerir sin indigestarse su última gran idea que tiene convulsionada, indignada y asqueada a la opinión pública. Me encantaría realmente poder hablarle de frente y expresarle la profunda antipatía que millones de colombianos estamos sintiendo por usted. Pero gracias a internet, estoy absolutamente segura de que terminará leyéndome, quizá en la intimidad de su habitación o tal vez frente a sus igualmente desvergonzadas madre y hermana.

Quiero decirle que no solamente estamos viéndola como el ícono del cinismo y la desfachatez si no también como la prueba fehaciente de que su oportunismo no tiene límites y de que la vergüenza no es una palabra que usted conozca en ningún idioma. Y, una vez más, como en ese febrero de 2.002, usted se equivocó. Si señora, se equivocó de cabo a rabo, porque los colombianos unidos hemos demostrado que no nos arredramos ante ningún tipo de delincuencia. Y usted es una vulgar delincuente oportunista. Más chanchullera terminó siendo que sus captores. Por lo menos con esos terroristas sabemos a qué atenernos, pero no hay nada peor que la condición subterránea de quien aparenta decencia y es solamente un vulgar y desvergonzado ladrón.

Que usted necesite plata es una cosa y otra bien distinta es que quiera arrebatársela al más pendejo. Demandar al Estado colombiano por su secuestro y sus consecuencias es algo que solamente cabe en su cabeza y en la de las dos hienas femeninas que la acolitan. De dónde sacó usted que los impuestos que pagamos los colombianos deben ir a su cuenta bancaria en retribución por su irresponsabilidad y sus ansias de protagonismo? ¿Cómo llegó usted a la conclusión de que la gratitud por un rescate que usted calificó como "perfecto" es traicionando a un país que marchó por usted y lloró de alegría el día en que el Ejército Nacional de Colombia la trajo a la libertad sin haber disparado un solo tiro? Dígale a su mami que es mejor quedar mal que quedar peor y que así quietecitas como estaban en Francia, era mejor. A los colombianos ya se nos estaba olvidando el show de odio y de mentiras que ella montó contra Colombia a causa de su absurda terquedad. También se nos estaba olvidando que fue usted misma quien propició su secuestro, empeñándose en ir a donde las fuerzas de seguridad le advirtieron no ir.

Su afrancesado talante no nos convenció nunca, Ingrid. Usted fue colombiana hasta que le convino y se convirtió en ciudadana francesa para que su familia pudiera denigrar de Colombia y su gobierno hasta el cansancio. No se nos olvida que rajaron de todo el mundo menos de los que la secuestraron. No se nos olvida que agradecieron a Chávez, Correa y Kirchner y lánguidamente a Uribe que fue el promotor de su libertad.

Por qué no demanda a su mami por esos genes tan torcidos que le dio? Por qué no demanda a Chávez por no haber intercedido en su favor frente a sus cómplices? ¿Por qué no demanda a Alfonso Cano, Iván Márquez y al Mono Jojoy? ¿Por qué carajos quiere mandarnos la mano al bolsillo de la manera más cínica y grotesca?

El sentimiento general de repudio es tal que en este momento desearíamos que usted jamás hubiera sido rescatada, porque si a alguien corresponde indemnizar por el sufrimiento de muchos es a USTED, descarada desagradecida.

En Francia le comen cuento. Usted se los tramó con "La Rabia en el Corazón", que es la misma que estamos sintiendo al ver la manera como quiere asaltarnos. Su mamita los convenció de que usted era LA supercandidata presidencial, cuando en realidad su popularidad aquí valía menos que tres centavos. Su familia popularizó su secuestro en Europa poniendo a la comunidad internacional en contra de Colombia como si el Estado la hubiera raptado y callaron tímidamente la rampante verdad de que las FARC eran quienes se la habían trasteado, poniendo en absoluta responsabilidad del gobierno colombiano su libertad.

Calificativos para gentuza como usted hay muchos Ingrid, pero usted es la perfecta bruja arpía, capaz de pasar por encima de quien sea para lograr lo que quiere. Y lo que quiere es platica, de nuestro trabajo. ¡A ver!

A mi me importa un carajo lo que usted haga en Francia. Si la mantiene Sarkozy, si vende un libro o si se levanta un amante millonario. Poca falta le hace usted a Colombia, pero si se viene lanza en ristre a atracarnos, se estrelló contra el mundo otra vez, porque ese robo no lo vamos a permitir.

Sus pretensiones siempre van más allá de lo que la decencia permite, Ingrid. Qué hipocresía tan teatral la de sus declaraciones en el reciente aniversario de su rescate. Qué caradura. Visto está, lo que se hereda no se hurta, hijas de tigre salen pintadas, la perversión de su mamá elevada a la n potencia en usted. Ladronas desagradecidas.

Lleve la vida que le de la gana en París, pero no con nuestra plata, esquílmesela a otros, levántesela trabajando o como prefiera, pero ese zarpazo que le acaba de mandar a la Nación, no va a prosperar, a menos que la justicia de este país termine por demostrarnos categóricamente que es la más injusta del mundo.



MARITZA CASTRILLON SILVA
Ciudadana Colombiana

martes, 13 de julio de 2010

lunes, 12 de julio de 2010

No me gusta el fútbol, pero...


Confieso que no me gusta el fútbol. Ni lo entiendo ni me divierte. Desde siempre. Pero lo que ha despertado este Mundial que acaba de ganar España, mi otro país, me ha demostrado que un deporte en el que 22 hombres sudan pateando un balón para tratar de meter goles en la portería del equipo contrario, puede lograr mucho más que lo que supuestamente deben hacer los políticos: Unir a un país por un objetivo común.

En estas épocas de crisis universal, que ha golpeado la economía de millones de personas, los jugadores de la Selección Española han hecho que no se hable de pérdidas de las empresas, de la subida del IVA y de la edad de jubilación, de los desfalcos en los Ayuntamientos, de los desatinos de los gobernantes, de los cuatro millones de desempleados y de tantas noticias que día a día nos ponen con un semblante taciturno y con desasosiego. Alguien podría decir que se trata de "Pan y Circo", pero a veces se necesita un respiro, un paréntesis en los duros golpes de la vida para poder reanudar el camino.
La Selección Española de Fútbol demostró que es un equipo, un grupo de hombres responsables con lo que tienen que hacer, que no son individuos sino un Equipo que juega limpio, que no importa de qué ciudad, provincia o comunidad autónoma provienen sus miembros, sino que en sus camisetas y en su corazòn llevan la bandera de su país, de su España. Se olvidaron de celos regionalistas, de ideas separatistas. Representaban a España, su país. Y eso era lo importante.

Miles de personas en las calles bajo una sola bandera. Miles de personas, millones, gritando: "¡Yo soy español, español, español!", es lo que más me ha gustado del Mundial de Fútbol. Una sola bandera, un solo país.

Ahora, de vuelta a la realidad cotidiana, toca aprender la lección. Sobre todo nuestros dirigentes. Pero también los de abajo, a trabajar por salir adelante, por ser solidarios y tener metas comunes. ¡Ganar!

domingo, 11 de julio de 2010

Digo que yo no soy un hombre puro

Yo no voy a decirte que soy un hombre puro.
Entre otras cosas
falta saber si es que lo puro existe.
O si es,pongamos, necesario.
O posible.
O si sabe bien.
¿Acaso has tú probado el agua químicamente pura,
el agua de laboratorio,
sin un grano de tierra o de estiércol,
sin el pequeño excremento de un pájaro,
el agua hecha no más de oxígeno e hidrógeno?
¡Puah!, qué porquería.

Yo no te digo pues que soy un hombre puro,
yo no te digo eso, sino todo lo contrario.
Que amo (a las mujeres, naturalmente,
pues mi amor puede decir su nombre),
y me gusta comer carne de puerco con papas
y garbanzos y chorizos, y
huevos, pollos, carneros, pavos,
pescados y mariscos,
y bebo ron y cerveza y aguardiente y vino,
y fornico (incluso con el estómago lleno).
Soy impuro ¿qué quieres que te diga?
Completamente impuro.
Sin embargo,
creo que hay muchas cosas puras en el mundo
que no son más que pura mierda.
Por ejemplo, la pureza del virgo nonagenario.
La pureza de los novios que se masturban
en vez de acostarse en una posada.
La pureza de los colegios de internado, donde
abre sus flores de semen provisional
la fauna pederasta.
La pureza de los clérigos.
La pureza de los académicos.
La pureza de los gramáticos.
La pureza de los que aseguran
que hay que ser puros, puros, puros.
La pureza de los que nunca tuvieron blenorragia.
La pureza de la mujer que nunca lamió un glande.
La pureza del que nunca succionó un clítoris.
La pureza del que nunca parió.
La pureza del que nunca engendró nunca.
La pureza del que se da golpes de pecho, y
dice santo, santo, santo,
cuando es un diablo, diablo, diablo.
En fin, la pureza
de quien no llegó a ser lo suficientemente impuro
para saber qué cosa es la pureza.


Punto, fecha y firma.
Así lo dejo escrito.