domingo, 30 de septiembre de 2007

¿En Irán no hay gays?

Increíble, por decir lo menos, la declaración de Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán, en la Universidad de Columbia esta semana. Según este hombre, en su país no hay homosexuales, declaración que ha levantado más de una reacción entre iraníes y no iraníes, gays o no. La verdad es que en ese país el código penal establece la pena de muerte para quien mantiene relaciones homosexuales. Sin embargo, un estudiante universitario entrevistado por El País, dice que sólo basta darse una vuelta por ciertos parques de Teherán o por ciertos "pijos" centros comerciales para ver que sí que hay gays por allí. Pero la policía no suele intervenir a menos que alguno se muestre muy "cariñoso" en público.

La revolución islámica de 1979 considera que toda relación heterosexual fuera del matrimonio es ilícita y punible y considera inmoral cualquier manifestación pública de afecto. Además, hace muy poco que existe una palabra para definir la homosexualidad. Los gays están acostumbrados al desprecio y la indiferencia y si una familia reconoce o acepta a uno de sus miembros homosexuales, lo hace como un castigo. En esta sociedad, la iraní, aun consideran la homosexualidad como una enfermedad (que hasta exime del servicio militar pero marca socialmente).

Se ha dicho, a este lado del planeta, que para hablar de la vida sexual de alguien sólo lo puede hacer quien le ha servido de colchón. ¿Cómo prueban en Irán la homosexualidad de alguien? Pues según el Código Penal, basado en la ley islámica, los implicados, adultos y que hayan consentido en el acto, deben confesar cuatro veces ante un juez o que exista el testimonio de "al menos cuatro hombres justos que lo hayan observado". Como puede advertirse, es bastante rebuscado el método, propio para gente muy voyeur y aunque se dice que allí no castigan la homosexualidad, sí las relaciones.

Ni pensar, como en España, el irse a vivir juntos o casarse y adoptar hijos. Dos jóvenes que celebraban con amigos su decisión de irse a vivir juntos terminaron con sus huesos en la comisaría para recibir los 80 azotes reglamentarios por "relación impropia" y hoy andan buscando un país de acogida. Condenas y castigos que no se dan expresamente por su sexualidad, sino que se les añaden cargos como violación, narcotràfico o asesinato.


¡Qué duro debe ser vivir allí! ¡Mejor dicho, que difícil debe ser para un hombre amar a otro hombre en Irán! A la guerra, al terrorismo, a la invasión extranjera hay que añadirle que no te dejen amar a quien quieras, o tener sexo con quien quieras. ¡Que los cielos los asistan! ¡Nos asistan!

jueves, 27 de septiembre de 2007

Acercando orillas... "desde la puta mierda". 1

"Acercando orillas" es el nombre de una convocatoria de un concurso de narrativa sobre experiencias migratorias en Zaragoza. Hace unos días terminó el plazo de entrega de trabajos. No participé porque no me sentía a gusto escribiendo ex profeso sobre el tema y quizás porque me daba (y me da) un poco de miedo enfrentarme a la verdad de esta vivencia vital. Prefiero hacerlo ahora, quizás porque hoy hace siete años renuncié a un estilo de vida, a una actividad profesional, a una ciudad, a unos amigos y a una familia por venir a España detrás de un sueño. Aunque decir que renuncié a ellos no es del todo cierto, porque siguen siendo míos. Digamos que los aparté por hacer lo que el corazón me dictaba y siempre he creído que eso es lo que hay que hacer.


En aquel entonces, en el último año del siglo XX ("cambalache, problemático y burlón"), recibí las respuesta a una solicitud de visado de residencia y trabajo ante la Embajada de España. Estaba cansado no del trabajo, pero sí de la rutina, de contratos de cuatro meses, dos al año, escaso sueldo y pocas oportunidades de cambio. Un amigo de toda la vida, que se había instalado en Europa hacía varios años, me tendía una mano con una oferta de trabajo. Antes de tres meses debía estar en España tramitando mis papeles. Le pedí a Dios que si no era de mi conveniencia me presentara los obstáculos y que pudiera entender el mensaje. Pues no los hubo. Así que renuncié a 17 años de trabajo como profesor de Fotografía y Comunicaciones en el Instituto de Bellas Artes, vendí cuatro o cinco cosas de valor (como mi cámara fotográfica) para completar el valor del billete de avión; tiré a la basura papeles, cartas, recortes, recuerdos, trapos; asistí a más de una despedida; derramé muchísimas lágrimas; metí en una maleta la ropa, los cedés, los cuadernos de recortes que llevo desde la adolescencia; me despedí de Medellín desde uno de sus cerros después de recorrer su área metropolitana de norte a sur; abracé a mi madre y lloré en el regazo de la abuela que pronosticó nuestro siguiente encuentro en el cielo y comencé con otra persona la aventura de "hacer una nueva vida". Era el 28 de septiembre de 2000. Diez horas de vuelo después, aunque ya era 29, llegamos al aeropuerto de Barajas, con el corazón latiendo acelerado en la cola de inmigración, emocionados ante la visión de una escultura de Botero, parodiando mentalmente a la ópera Evita: "¡Hola, Madrid, ahora vas a ver de lo que es capaz una gran estrella!". Ya estábamos en España. Y dispuestos a enfrentar el reto.

(Esta historia continuará)


"La negrita, desde la puta mierda". Así firma los e-mails un amigo que hace ocho años (o más) se fue a los Estados Unidos a hacer un postgrado y se ha quedado acumulando conocimientos, experiencias, vivencias y demás... pero sigue sintiéndose en la puta mierda, ese lugar del mundo muy pero muy distante de donde uno quiere estar o de donde uno cree y siente que pertenece.

La fotografía de este post es de Brent Dundore, bajada de internet, supongo que de libre circulación.

Medellín es alegre y sorprendente 2




Al contrario de otros que han emigrado, y aunque lleve siete años viviendo fuera de Medellín, no puedo olvidar de dónde salí, dónde crecí, estudié, amé y viví por 40 años. Muchos que se han ido, por diversas circunstancias, dicen que volverán a Colombia sólo de vacaciones. Y recientemente alguien regresó con esa intención y, por esas ironías de la vida, allí murió. Otros le retiraron los afectos a su ciudad. Yo vivo en otra muy distinta, que a mi manera quiero, pero, como otras tantas cosas de la vida, me siento de paso. He aprendido que uno siempre lo está y que se queda temporalmente donde las circunstancias lo lleven. Pero en el corazón está mi "patria chica", la sufrida, vapuleada, herida, hermosa, alegre y sorprendente Medellín.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Mujeres y curvas

Acabo de recibir un mail de mi hermana, que es gordita, bella, graciosa, fresca, simpática y enamorada. Me ha gustado tanto que he decidido colgarlo aquí, a propósito de otros que he publicado, y que viene muy a cuento de la nueva y polémica fotografía de Oliverio Toscani, cuya modelo es una mujer anoréxica y que, según parece, pretende poner el dedo en la llaga del terrible azote de la bulimia y la anorexia. (Más información aquí).
ARTÍCULO ESCRITO POR UN HOMBRE ACTUAL

Nos importa un carajo cuánto pesan las mujeres. Es fascinante verlas, tocarlas, abrazarlas y acariciarlas. Pesarlas no nos produce ningún efecto.
No tenemos la menor idea de lo que es una talla. Nuestra evaluación es visual, es decir, o nos importa cuanto miden en centímetros. Es una cuestión de proporción, no de medida.
Las proporciones del cuerpo de una mujer son: curvilíneas, pulposas, femeninas... Esa clase de cuerpo que de un solo golpe de vista uno identifica sin duda alguna y en una fracción de segundo. Las flaquitas que desfilan en las pasarelas, siguen la tendencia diseñada por modistos, que odian a las mujeres y compiten con ellas. Sus modas, son lisas y llanamente agreden y odian el cuerpo que no pueden tener.

No hay belleza más irresistible en la mujer que la feminidad, la dulzura, las que manejan su vida con equilibrio, elegancia, de buen trato, simpática, relajada y llena de salud.

Las caderas son caderas y punto. La naturaleza les dio ese aspecto curvilíneo, es por algo y reitero: A nosotros nos gustan así. Ocultar esas curvas, equivale a tener tu mejor sillón embalado en el sótano. Entendámoslo de una vez: Traten de gustarnos a nosotros, no a ustedes, porque nunca van a tener una referencia objetiva de cuan lindas son, de mujer a mujer. Ninguna mujer va reconocer jamás, delante de otra mujer que está linda.

El cuerpo cambia y crece. No pueden pensar sin estar psicóticas que les puede entrar el mismo vestido que cuando tenían 18 años. Además, una mujer de 35, 40 ó 45, que le entre la ropa de cuando tenía 20, o tiene problemas de desarrollo, o se está autodestruyendo.

Nos gustan las mujeres que saben manejar su vida con equilibrio y saben manejar su natural tendencia a la culpa. O sea: la que cuando hay que comer, come con ganas (la dieta, vendrá cuando sea medicada, no antes); cuando hay que comprar algo que le gusta, lo compra; cuando hay que ahorrar, ahorra, etc., etc.

Algunas líneas en la cara, algunos puntos de sutura en el vientre, algunas marcas de estrías, no les quitan su belleza. Son heridas de guerra, testimonios de que han hecho algo con sus vidas.

El cuerpo de la mujer es la prueba de que Dios existe. Es el sagrado recinto donde nos gestaron a todos los hombres, donde nos alimentaron, nos vacunaron y que nosotros, sin querer, arruinamos llenándolas de estrías, de cesáreas y demás cosas que tuvieron que ocurrir para que estemos vivos. Cuídenlo, cuídense y quiéranse.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Homenaje al padre (2). Subrayados de El Olvido que Seremos

¡Lo prometido es deuda! Quiero dejar aquí los subrayados que he hecho en el libro El Olvido que Seremos, libro sobre Héctor Abad Gómez, escrito por su hijo y publicado por primera vez en 2006, que ya va por la undécima edición. A riesgo de repetirme, es un libro muy bello en el cual Héctor Abad Faciolince reconstruye amorosa, paciente y detalladamemte la imagen de su padre, la barbarie de una época de Medellín y muchos detalles de la educación y los valores que promovía ese hombre que no merecía caer asesinado en una calle de su ciudad. Un libro para leer dos o más veces, para contradecir su título, para que muchas cosas, las importantes, las vitales, no caigan en el olvido.

"A ese niño le falta mano dura". Pero mi papá le respondía: "Si le hace falta, para eso está la vida, que acaba dándonos duro a todos; para sufrir, la vida es más que suficiente, y yo no le voy a ayudar".

"...no es que uno nazca bueno, sino que si alguien tolera y dirige nuestra innata mezquindad, es posible conducirla por cauces que no sean dañinos, o incluso cambiarle el sentido. No es que a uno le enseñen a vengarse (pues nacemos con sentimientos vengativos), sino que le enseñan a no vengarse. No es que a uno le enseñen a ser bueno, sino que le enseñan a no ser malo(...) gracias a la benéfica influencia de mi papá, he podido ser un malo que no ejerce, un cobarde que se sobrepone con esfuerzo a la cobardía y un avaro que domina su avaricia".

"...hay un único motivo por el que vale la pena perseguir algún dinero: para poder conservar y defender a toda costa la independencia mental sin que nadie nos pueda someter a un chantaje laboral que nos impida ser lo que somos".

"...la felicidad está hecha de una sustancia tan liviana que fácilmente se disuelve en el recuerdo, y si regresa a la memoria lo hace con un sentimiento empalagoso que la contamina y que siempre he rechazado por inútil, por dulzón y en últimas por dañino para vivir el presente: la nostalgia (...) las tragedias posteriores no deben empañar ese recuerdo feliz, ni lo pueden teñir de desgracia, como a veces les pasa a algunos temperamentos que se enferman de resentimiento con el mundo, y que a raíz de episodios posteriores injustos o muy tristes, borran del pasado incluso los indudables períodos de alegría y plenitud. (...) lo que pasó después no puede contaminar de amargura esos años felices."

"Cuando la felicidad nos toca es cuando menos nos damos cuenta de que somos felices, y tal vez las alturas nos mandan nuestra buena dosis de dolor, para que aprendamos a ser agradecidos, aunque esta es una explicación de mi mamá, que nada explica (...) mientras la felicidad nos parece algo natural y merecido, las tragedias nos parecen algo enviado desde afuera, como una venganza o un castigo decretado por potencias malignas a causa de oscuras culpas, o por dioses justicieros, o ángeles que ejecutan sentencias ineluctables."

"... nuestra felicidad está siempre en un equilibrio peligroso, inestable, a punto de resbalar por un precipicio de desolación."

"Los humanos, en el dolor más hondo, podemos sentirnos confortados si en la pena nos conceden una rebaja menor."

"... el único consuelo que se siente en la tristeza, (...) es el de hundirse más en la tristeza, hasta ya no poderla soportar."

"No es la muerte la que se lleva a los que amamos. Al contrario, los guarda y los fija en su juventud adorable. No es la muerte la que disuelve el amor, es la vida la que disuelve el amor."

"... la vida a secas (lo verde, lo caliente, lo dorado) es la felicidad. (...) el amor a la vida y a la alegría (...) es mucho más fuerte que su inclinación a la muerte(...) lo que se escribe con sangre no se puede borrar."

"Hay un exilio peor que el de la fronteras: es el exilio del corazón". (Alberto Aguirre).

sábado, 22 de septiembre de 2007

Homenaje al padre (1)

Acabo de devorar el último libro de Héctor Abad Faciolince, El olvido que seremos. Y me apetece, como hizo una amiga mía y exprofesora de los dos, volver a empezar su lectura. El libro me llegó en uno de esas entrañables "encomiendas" que me envían de Colombia con algún viajero comedido y con las que me llenan de nostalgia del olor de la guayaba del que habla García Márquez, con las chocolatinas Jet, la jalea con arequipe, el ajiaco (que ya viene en sobre) y las últimas novedades de campañas como la de Colombia es pasión.

Pero el tema es el libro. Entrañable. Amoroso. Profundamente amoroso. Un retrato real, sincero y todo lo objetivo que se puede ser homenajeando a un padre por el que Héctor sentía verdadera admiración. Héctor Abad Gómez fue un médico de profesión, pero un humanista de convicción. Murió asesinado por quienes en aquel bello país de Suramérica creen equivocadamente que las ideas se acallan con plomo. Y años después, su hijo logra, en mi opinión, elaborar el duelo de su muerte, escribiendo sobre ese hombre, sobre el padre que tuvo la suerte de tener y de conocer.


Antes de volver a leer este libro que me regresó entre sus líneas a tantas calles, barrios, personajes, maneras y pensamientos de Medellín, pensé en dejar en Lo que (se) me ocurre los subrayados que suelo hacer en los libros que me marcan profundamente. Por hoy, sólo uno, una "geométrica" manera de analizar lo que somos, lo que creemos que somos y lo que pensamos que los demás creen de nosotros.

Héctor Abad Gómez había dicho a su hijo que "todo ser humano, la personalidad de cada uno, es como un cubo puesto sobre una mesa. Hay una cara que podemos ver todos (la de encima); caras que pueden ver algunos y otros no, y si nos esforzamos podemos verlas también nosotros mismos (las de los lados); una cara que solo vemos nosotros (la que está al frente de nuestros ojos); otra cara que sólo ven los demás (la que está frente a ellos); y una cara oculta a todo el mundo, a los demás y a nosotros mismos (la cara en la que el cubo está apoyado)."

jueves, 20 de septiembre de 2007

Calzoncillos a la vista

Leo en el diario gratuito Qué! que "en Luisiana (EEUU) si un joven va con los pantalones caídos enseñando su ropa interior puede ir a la cárcel durante seis meses y tener que pagar una multa de 500 dólares. No es que estén muy delgados ni que no lleven cinturón. Se les caen los pantalones, dejando a la vista los calzoncillos, por pura moda. Jóvenes de casi todo el mundo se han apuntado a los pantalones anchos o 'saggy pants'. Pero en varias ciudades de Estados Unidos no están muy conformes con este atuendo, que consideran de muy mal gusto, por lo que han decidido prohibir este 'look'. En este país puedes llevar un escote o una minifalda de escándalo si eres chica, o ir sin camiseta si eres un varón, pero no enseñes el elástico de tus calzoncillos porque acabas entre rejas.

"A los primeros a los que se les cayeron los pantalones fueron los presos de EEUU porque en la cárcel había una talla única y, al no poder llevar cinturón para evitar ahorcamientos, esta prenda acababa bajándose. Quienes lo convirtieron en moda fueron los raperos. De ahí al instituto...

"Esta imagen es habitual en cualquier ciudad española. Se puede estar a favor o en contra, pero no se puede negar la evidencia de que es la primera vez que los hombres se visten para dejar ver su ropa interior. "

Son cuestiones de moda... y de gustos personales. Pero los "puristas" y pontífices de lo que "se debe y no se debe" lucir o llevar pretendan hasta multar a quienes enseñen la ropa interior están, en mi opinión, bastante atrasados en estas cuestiones. Recuerdo lo que comentaban los mayores sobre lo escandaloso que era que una mujer entrase a la Iglesia con manga corta: ¡hasta le negaban la comunión! Y las mujeres que usaron minifalda por primera vez fueron censuradas con inmumerables calificativos, no precisamente de los llamados honestos. Y hoy nadie se preocupa por estas cosas.
Lo que sí pido, por favor, es que nos enseñen el truco para mantener los pantalones justo debajo de la nalgas, desafiando las más elementales leyes de la gravedad, mientras caminan besuqueando a la novia. Ah, pido multa para los que llevan ciertos modelos de "yiyos" con estampados como el de la foto (también cuestión de mi gusto).
Nota: la foto ha sido tomada del artículo mencionado de Qué!

lunes, 17 de septiembre de 2007

Me cabrea, me jode, me enfada, me emputa...

Gracias a la recomendación de un periódico local, me he encontrado en el blog gurrion, un par de posts titulados Cabre(r)oterapia I y Cabre(r)oterapia II y me identifico con muchos de esos cien y más motivos que nos fastidian al menos una parte del día. No voy a explicar aquí que, a veces, es uno mismo el causante de su cabreo, o el que permite que ciertas cosas, personas o circunstancias lo cabreen, enfaden, jodan o emputen. Agrego aquí un comienzo de mi propia lista. ¡Y al que le caiga el guante, que se lo chante!
Me cabrean, me joden, me enfadan, me emputan...:

Los que no saben escuchar

Los que alardean hasta de lo que no tienen

Los que sólo reconocen los derechos propios y no los ajenos

Los que tienen como único dios al dinero

Los que son incapaces de regalar una sonrisa, una palabra, un momento

Los que publican basados en las ideas de los demás y son incapaces de reconocer de dónde salió el trabajo

Los que siempre están "quemados" pero sin arrimarse al fuego

Los desleales

Los que sólo tienen memoria para los que les conviene

Los que saben de todo

Los que no reciben opiniones ni consejos

Los que te oyen como quien oye llover

Los "pontífices"

Los "arrodillados

Los que aprovechan los "cócteles" para comer y beber sin mesura ni educación

Los que clavan puñales por la espalda (o de frente)

Los que sólo se preocupan de la apariencia (propia y ajena)

Los que pasan el scanner a los demás nada más verlos

Los aguafiestas

Los impuntuales e incumplidos que, además de jugar con el tiempo de los otros, no se excusan.

Los aburridos

Los "quejicas"

Los que todavía piensan que su país o su ciudad es la capital del mundo y que más allá no hay nada qué ver.

Los listos

Los que se pasan de listos, haciéndose los tontos

Los hipócritas

Los jefes que ocultan su mediocridad acosando a los subalternos

Los padres que se "desencartan" de los hijos apuntándolos en cuanta actividad extraescolar existe

Los acosadores

Los que no pueden separarse del móvil y se exhiben cuando lo usan

Los motociclistas que no reducen el ruido de sus motos

Los que conducen con la radio a todo volumen con bachatas (o lo que sea)

Los que no respetan las colas

Los que abandonan a sus mascotas

Los que pretenden que hay que tolerar sus extravagancias, manías y excentricidades, pero no las ajenas

Los que no entienden el concepto de compañerismo

Los que se aprovechan y explotan a los inmigrantes para hacer fortuna

Los terroristas

Los secuestradores

Los pederastas

Los que trepan parándose en la cabeza del compañero

Los que al llegar arriba no miran hacia abajo

Los que comercian con seres humanos

Los que arrojan cualquier clase de basura al suelo

Los que sacuden las alfombras, trapos y colchas por la ventana

Los que ponen a escurrir su ropa mojada sobre la seca del vecino de abajo

Los que solo viven para "figurar"

Los que tiran la piedra y esconden la mano

Los que se limpian el c---- con los demás

Los que no contestan el saludo

Los que no saben pedir un favor y sólo dan órdenes

Los que no agradecen un servicio

Los que no respetan los espacios libres de humo

Los que no respetan el derecho a no respirar malos olores

Los que miran la correspondencia ajena

Los que no respetan la palabra dada

Los que se saltan los acuerdos laborales

Los que leen el periódico ajeno por encima del hombro

Nota: Estoy seguro de que esta lista puede ser mucho más larga. Cada uno puede agregarle lo que le parezca que debe figurar en ella. Ah, y también hay cosas que me alegran, me encantan, me emocionan... de lo cual haré otra próximamente.

domingo, 16 de septiembre de 2007

La belleza de la edad 2

He encontrado en el XL Semanal un interesante artículo de Carmen Posada, titulado "Envejezco ¿y qué?", que saca a colación otra vez el tema de la belleza, de la epidemia que se va regando por todos lados, que nos incita a permanecer bellos, lozanos, sin arrugas, siempre jóvenes, como unos modernos Peter Pan, que se niegan a crecer, a negar sistemáticamente la realidad.

"Cada edad tiene su encanto y no hay que engañarse intentado parecer que se tienen veinte años cuando se tienen cincuenta", dice la columnista. Qué pensarán de esto las "divas televisivas", las señoras de más de cinco décadas y los hombres mayores peliteñidos que se empeñan en creer que son protagonistas y galanes de culebrones y no entienden que, como decía mi abuela, aunque se vistan de colegialas(es) caminan como viejitas(os), y sus manos y su cuello delatan la edad.
Reitero mi aplauso a la campaña de la marca de cosméticos que aboga "por la belleza real". Y recuerdo a tantas mujeres, como Lucille Ball, por ejemplo, que mantuvieron el tipo con sus arrugas y sus achaques, lo que llaman envejecer con dignidad.

¿Gran Teatro Fleta?



A propósito de "velos, gasas y cirugías", un post que publiqué hace unos días, tengo que decir que algunos de esos velos no siempre cubren a bellas bailarinas. También, en ocasiones, tapan las miserias de cadáveres en proceso de putrefacción. Ya quisiera que al menos fueran enfermos en agonía, pero del que hablo hoy es de uno que he visto día tras día y no veo que le apliquen ni la extremaunción. A este simplemente se les olvidó darle cristiana o higiénica sepultura. Hablo del ampulosamente llamado Gran Teatro Fleta, en pleno centro de Zaragoza, que ha muerto en medio de discusiones políticas y nadie se acuerda de él (o a lo mejor sí, esperando una mejor oportunidad de negocio).

Según he podido descubrir preguntando a "SanGoogle", este teatro, el único en España sin ninguna columna interior, abrió sus puertas en 1955. En 1981 se otorgó licencia para su derribo; en 1986 el Ayuntamiento de Zaragoza lo cataloga de interés y evita su demolición. Luego lo vuelve a autorizar para la construcción de viviendas. En 1994 la Comisión Provincial de Patromonio de la Diputación General de Aragón prohibe su descatalogación. En 1998 la DGA anuncia la compra del teatro y en el año 2000 el arquitecto Basilio Tobías gana el concurso de rehabilitación, para comenzar en el 2001 las obras de este proyecto que contempla 13.631 metros cuadrados de superficie construida, 16 niveles, 1770 butacas, en una altura de 28 metros sobre la calle, adecuado para grandes espectáculos y musicales.
A fecha de hoy, seis años después, presenta el aspecto que se aprecia en las fotografías. Todos los días paso por allí y no veo la más mínima acción o cambio que me lleve a pensar que se esté actuando en alguna obra, excepto por las vallas que disminuyen en un carril el tránsito vehicular.
Entretanto, en la ciudad está en marcha la construcción de más hoteles, auditorios y edificios, de cara a la ExpoAgua Zaragoza 2008. Y el Fleta sigue ahí, cubierto por una indecente mortaja. ¿Por qué "a quienes corresponde" no se les ocurrió una partida para su rehabilitación o para su definitiva sepultura?

sábado, 15 de septiembre de 2007

En el día de tu cumple


El día de tu santo te hicieron regalos muy valiosos:


un perfume extranjero, una sortija,


un lapicero de oro, unos patines,


unos tenis Nike y una bicicleta.


Yo solamente te pude traer,


en una antigua caja de color rapé,


un montón de semillas de naranjo,


de pino, de cedro, de araucaria,


de bellísima, de caobo y de amarillo.


Esas semillas son pacientes


y esperan su lugar y su tiempo.


Yo no tenía dinero para comprarte algo lujoso.


Yo simplemente quise regalarte un bosque.



(Jairo Aníbal Niño. La Alegría de Querer)

viernes, 14 de septiembre de 2007

Día del Amor y la Amistad



A mis amigos (Alberto Cortez)

A mis amigos les adeudo la ternura
Y las palabras de aliento y el abrazo;
El compartir con todos ellos la factura
Que nos presenta la vida, paso a paso.

A mis amigos les adeudo la paciencia
De tolerarme las espinas más agudas;
Los arrebatos de humor, la negligencia,
Las vanidades, los temores y las dudas.

Un barco frágil de papel,
Parece a veces la amistad
Pero jamás puede con él
La más violenta tempestad
Porque ese barco de papel,
Tiene aferrado a su timón
Por capitán y timonel:
Un corazón.

A mis amigos les adeudo algún enfado
Que perturbara sin querer nuestra armonía;
Sabemos todos que no puede ser pecado,
El discutir, alguna vez, por tonterías.

A mis amigos legaré cuando me muera
Mi devoción en un acorde de guitarra
Y entre los versos olvidados de un poema,
Mi pobre alma incorregible de cigarra.

Amigo mío si esta copla como el viento,
Adonde quieras escucharla te reclama,
Serás plural, porque lo exige el sentimiento
Cuando se lleva a los amigos en el alma.

En Colombia, los comerciantes se inventaron hace muchos años el Día del Amor y la Amistad, con el fin de vender un poco más en mitad del año. Y nos llenaron de mensajes publicitarios, tarjeticas, mensajes, regalitos, juegos de amigos secretos (o amigos invisibles), fiestas para descubrirlos, cenas, obligación de regalarle cosas a la persona que menos bien nos cae de la empresa o del curso y de participar en reuniones que no nos gustan por no quedar mal o pasar por antisociales o a-sociales.

Pero como todo tiene su lado bueno, también es la ocasión de enterarnos que sí hay amigos de verdad. Esos que sabemos que son unos pocos, muy pocos, pero de lujo. Que si no los vemos en años, por azares de la vida de cada uno, cuando los volvemos a encontrar retomamos los temas y las risas, las confidencias y las lágrimas donde las dejamos la última vez, como si no hubiera pasado el tiempo. Son los que se acuerdan de nosotros cualquier día del año y no necesitan que ningún negociante le exija con su "¡Compre, compre!". Son los que a cualquier hora, a miles de kilómetros de distancia, te llaman para decirte que necesitan un abrazo tuyo, o al menos oir tu voz. Son los que reconocen tus bajas y tus altas de ánimo. Son los que te reemplazan en el puesto en la mesa de la casa de tu madre, porque tú has emigrado. Son los que se acuerdan del Día del Amor y la Amistad y, aunque hace 15 años no viven en Colombia, te mandan un mail con la letra de una canción típica de esta fecha que yo ya había olvidado, pero cuyo mensaje siempre me ha llegado al alma.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Velos, gasas y cirugías


Un amigo que es un observador consumado, me ha enseñado, entre muchas otras cosas, a mirar con otros ojos ciertas cosas de nuestras calles. Por ejemplo, esas telas plásticas que cubren edificios pueden ser, para muchos, simples obstáculos a los escombros para proteger a los transeúntes.

Este amigo y bloguero que menciono, los ve de otra manera. Él mira más arriba de la altura de sus ojos. Y se encuentra con una Magdalena coqueta o una Capitanía transformada en rosa. Gracias a él ahora voy por la calle encontrándome con velos verdes, azules, grises, mugrosos unos, limpios otros, y me pregunto qué ocultan, cirugías estéticas, reparadoras, botox de urgencia o "liftings" previsibles. A veces el sol me deja ver a contraluz sus interiores vacíos y el viento me permite imaginar un viejo edificio como una mujer que camina contra el aire que dibuja sus formas.

Es otra forma de ver pedacitos de esta ciudad donde nos ha tocado vivir, amar y aprender.

martes, 11 de septiembre de 2007

Cuando tus manos vienen...




Hace muchos años tomé estas fotografías por petición de un alumno de Artes Plásticas que estaba apasionado por la obra de Luis Caballero. Las fotografías fueron re-interpretadas luego en óleos de gran formato. Estas imágenes, entonces tomadas en blanco y negro, en formado analógico (los negativos de toda la vida) las he retomado recientemente para un concurso de fotografía, previo paso por el ordenador y por el tan bien y mal usado Photoshop. Reitero que "es el cuerpo lo que quiero decir", como Caballero, como tantos artistas y creativos (ante los que me quito el sombrero humildemente). Y no dejo de asociar mis imágenes con las poéticas palabras de Pablo Neruda en Los Versos del Capitán.

lunes, 10 de septiembre de 2007

A propósito de "Realities"

Espectacular lo que sucedió en un programa estilo Factor X, Operación Triunfo o American Idol en Londres. Llega un concursante humilde, vendedor ambulante de teléfonos celulares (móviles). El jurado escéptico le pregunta "¿qué va a cantar?" El pobre acobardado dice: Opera. El jurado se mira entre sí con cierto aspecto de burla y le dicen "Cante".... Vean lo que pasó la semana pasada en el concurso en esta nota de ElPeriódico.com.
A ver si de una buena vez acaban con los jurados déspotas, hirientes, sarcásticos, irreverentes, insultantes y humillantes, que siguen el libreto de hacer llorar a cualquier jovencit@ que tiene la ilusión de hacerse modelo, cantante o actor en tres meses. Eso es ser iluso y creer demasiado en la buena suerte. Pero la actitud despectiva de los esos "pontífices" sí que está llamada a recoger.

domingo, 9 de septiembre de 2007

XVI Encuentro Internacional de Folklore Ciudad de Zaragoza


Es verdad que el folklore, las tradiciones, la música popular, los bailes, la narrativa, forman parte de la identidad de un país, algo que su gente lleva en las venas, en el corazón y en el alma. Pero también es cierto que a veces, aunque existan kilómetros de distancia y cientos de años de diferencia entre un país y otro, encontramos muchas similitudes.

Anoche terminó el XVI Encuentro Internacional de Folklore Ciudad de Zaragoza con la participación de Venezuela, Costa Rica, Japón, Tartaria, Senegal, Argentina y, por España, Islas Canarias y Aragón. Un cierre fenomenal. Si a los españoles y aragoneses presentes se les ponían "los pelos como escarpias", a los latinoamericanos se nos encogía el corazón. Y por muchos motivos:

  • Al sentir el sabor "cumbiambero" de los venezolanos. (No olvidemos que la cumbia colombiana proviene de los bailes africanos de la colonia)
  • Al vibrar con los tambores y ritmos guerreros de los senegaleses.
  • Con los colores y la vitalidad de los costarricenses.
  • Con la delicada suavidad de los japoneses.
  • El humor de los tártaros.
  • La ruptura de tópicos de los argentinos -que son más que tango-.
  • El sabor latino y tropical de los canarios.
  • Y el sabor jotero de los "maños" -aragoneses-.
Pero lo mejor ha sido, sin duda, el broche de oro. En un encuentro de cuatro días, algunas parejas de cada país participante aprendieron a bailar la jota aragonesa y a fe que lo hicieron de la mejor manera. Precioso verlos a todos, con sus trajes autóctonos bailando lo más típico de la ciudad anfitriona. Con razón se dice que Zaragoza es una ciudad de culturas.
Lunares, unos pocos, casi todos "gazapos" que se le escaparon a la presentadora, los cuales me permito rectificar:
  • El vallenato y el merengue NO son ritmos de Venezuela.
  • Costa Rica no queda en Suramérica.
  • Y si alguna profesora de protocolo que conozco se hubiese pasado por allí, le hubiera dado un "soponcio" con el desorden de las banderas (Argentina de última) en los desfiles y en el decorado del escenario (pero esto quizás no se notó mucho, espero).

¿Quién maneja los hilos?



Me gustan las intervenciones espontáneas en las frías y grises paredes de las ciudades, sobre todo cuando tienen un toque artístico. Y siempre me hacen pensar en el autor o autores, en cómo saltaron las tapias para dejar su huella (porque el encanto estaría en que las obras estén hechas "sin autorización"), en qué pretenden decir con esos gritos pintados en la pared.


Estas de hoy están en distintas zonas del centro de Zaragoza y dan juego para imaginarnos que alguien, más alto, más grande, más poderoso, mueve los hilos de pequeñas marionetas o títeres representando un papel (¡horror!). Pero esas manos no me asustan porque son las manos de un titiritero fuerte, que si se nos enredan los hilos podrá volverlos a poner en orden para que no perdamos el libreto. Y si nos rompemos, o nos rompen, podrá acunarnos en ellas mientras reparara los daños.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Tristezas, melancolías y angelitos

Hay días en que amanecemos tan lúgubres, tan lúgubres. Que nos levantamos de la cama sabiendo que tenemos que ir a los deberes. Y no sabemos si debemos o tenemos que... trabajar, sonreir, ser amables, aguantar las impertinencias, luchar y no saber por qué ni para qué, insistir en alcanzar lo que hace tiempo hemos perdido la fe en conseguir.

Hay días en que despertamos a la misma hora de todos los días, pero el sol se despereza más tarde. Y al mirar por la ventana el cielo está oscuro y el día lo presentimos gris. Nos miramos al espejo, hacemos caso omiso de la cara que nos mira y nos ponemos la máscara con la sonrisa y las ideas que nos apetece lucir.

Hay días que la más pequeña indiferencia de los otros seres humanos (que a lo mejor van tan lúgubres como uno) nos producen pequeñas fisuras en el alma.

Hay días en que nos preguntamos si todo vale la pena. Si lo que hacemos nos producirá al menos pequeñas dichas. Si alcanzaremos a la meta y, aún más, si una vez lleguemos allí, tendremos la energía para subir al podio y recibir el premio.

Hay días en que te encierras en la burbuja que te has creado para protegerte. Pero es eso, una burbuja, y alguien o algo te la pincha y te deja fuera.

Y uno de esos días alguien aparece con una sonrisa de ángel para hacerte saber que no estás solo. Su simple andar a tu lado, sin decirte nada, sin opinar, ni hurgar en tus sentimientos, te ayudan a tenerte en pie. Esos ángeles de carne y hueso, que también son frágiles y tienen sus historias, tienen la capacidad de fortalecerte... aunque la causa de tus tristezas y melancolías pueda deberse a un simple otoño más que se avecina.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Diana y Teresa


"La Madre Teresa fue un hito histórico.











Diana, una turista preocupada".













(Titular del semanario indio Outlook, con motivo de la muerte de estas dos mujeres en 1997).


Hace diez años murieron las dos. Diana Spencer, o Diana de Gales, en un accidente (o lo que lo parece) en una calle de París, acompañada de su novio. Los detalles de su vida y su muerte los sabemos (o creemos saberlos) hasta la saciedad. Que si el amante, que si la bulimia, que si se intentaba suicidar, que si era bella o simplemente chic, que si trabajaba por los niños y se manifestaba contra las minas antipersonales, que si fue una infeliz muchacha encerrada en una jaula de oro que sucumbió ante la idea del príncipe azul.
Su contrapunto, otra figura pública, la monja albanesa Teresa, más conocida como la Madre Teresa de Calcuta, la conocemos como una mujer anciana, enjuta, envuelta en su sari, recorriendo las calles de la India, para alimentar a los pobres y curar a los enfermos. Se alimentaba básicamente de arroz y pasó su vida haciendo el bien. Su ejemplo de vida religiosa lo han seguido cientos de hombres y mujeres en todo el mundo.

Diana de Gales, hoy llamada la Princesa del Pueblo, y Teresa de Calcuta, hoy haciendo cola para entrar en el santoral católico, se parecían en que ambas "mojaban prensa". Pero en su modo de vida, poco. Aún pienso que es muy fácil seguir los lineamientos de asesores publicitarios y posar con niños mocosos para las revistas; como pienso que sí que es difícil dormir en el suelo, comer poco y abrazar y besar a los leprosos que agonizan en medio de la calle, rodeados de ratas y de los olores de las alcantarillas.

Se parecían también en que murieron con pocos días de diferencia. A la primera, Diana, le lloraron y la homenajearon, llenaron el portal de su casa y su calle de flores, la llevaron a la tumba en una carroza de lujo y aún se habla de las causas y de los causantes de su muerte. A la segunda, a Teresa, le recuerdo en un simple ataúd, descalza, rodeada de sus hermanas de congregación y de miles de seguidores y hoy se habla de algún milagro que "avale" su ingreso en los altares.

Dos mujeres del siglo XX. Dos iconos. Dos diferentes modos de vivir la vida. Dos caminos elegidos por decisión propia. Dos biografías que habrá que dejar reposar para que el futuro las ponga en su justa medida.

martes, 4 de septiembre de 2007

¿Hortera? ¿Kitsch? ¿Mañé?



Dicen que medio mundo habla del otro medio. Que unos critican y otros son criticados. Cíclicamente. Que si aquella mujer no se miró en el espejo antes de salir a la calle. Que aquel no sabe combinar (conjuntar) la corbata con la camisa. Que esos adornos de tan mal gusto que pones en tu casa... y un largo etcétera.
Pero resulta que algunas cosas son horteras o mañés y otras son kitsch. Es hortera el "gotelé" (término y técnica de acabado de muros difícil de definir). Mañé es usar sandalias con calcetines, o calcetines blancos con pantalón que no sea blanco. De mal gusto es llevar zapatos tipo mocasín con traje (o zapatos marrón con traje azul). Zapatos de tacón alto con chándal (sudadera) o abrigo de piel (aunque sea sintética) con zapatillas de deporte.

Y como en todo hay cuestiones culturales, hay a quienes les parece hortera la "iluminación" navideña, esas pequeñas bombillas de colores que decoran pesebres, belenes, ventanas, calles y tiendas, ahora casi desde septiembre hasta enero. Como mañés son las colecciones de imanes en la nevera, o las bufandas del equipo de fútbol de tus pasiones en la cabecera de la cama, o las "carpetas" (mantelillos) de ganchillo que nos regaló la tía abuela y abundan bajo adornos de porcelana y en los reposabrazos de las sillas del salón. La bailarina de flamenco, o un ramo de orquídeas de plástico o el toro encima de la tele (en las planas de hoy en día no se puede, por fortuna).


Y como el arte refleja, o se inspira, o copia, o exagera la realidad, el kitsch se dedica a exaltar esa realidad y la pone en el museo. Recuerdo alguna Bienal de Arte en Medellín, con exhibiciones de camas de terciopelo rosa, con cadena musical y minibar empotrados en la cabecera. Y cuadros con la imagen de estampita del Ánima Sola repetidas hasta la saciedad. Porque las imágenes religiosas (pido perdón a todo el santoral) dan mucho juego. Los ojos blanqueados, la mirada perdida, las caras de éxtasis (o de dolor abdominal)... (La llamarada del cuadro del Corazón de Jesús de mi vieja casa familiar amenazaba con quemar toda la casa, cosa que nunca sucedió).

Y como siempre, defiendo ese gusto que con el tiempo se convierte en algo "vintage", "retro", o muchos términos más, que le aportan un nuevo valor estético y hacen que las cosas del baúl del cuarto de sanalejo se conviertan en joyas familiares.

Pido perdón a todos los que crean que critico por criticar sus (nuestros) gustos. Son solo observaciones. Y dejo como arma en mi contra, las fotos de la portada de uno de mis viejos cuadernos de notas, una concha que hace poco me trajeron de regalo unos amigos y el recuerdo del Corazón-de-Jesús-en-vos-confío de la sala de mi casa.

Hortera: ordinario, basto, chabacano, vulgar, macarra. (Diccionario de sinónimos y antónimos, 2005. Espasa-Calpe, S.A., Madrid.)

Mañé: Persona sin gusto al vestirse y/o extravagante en su comportamiento social. El término mañé es un colombianismo. (¡Y aunque hay mucho mañé por ahí, no todos los colombianos lo son!)
Kitsch: La palabra kitsch se origina del término alemán yiddish etwas verkitschen. Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de mal gusto.


lunes, 3 de septiembre de 2007

Arturo, Santo y Mártir

Gracias al mensaje de móvil que me envió un amigo, me he enterado de que el 1 de septiembre se celebra la fiesta del único santo católico que lleva el nombre de Arturo. Sacrificado en 1282, no es mencionado en el santoral romano y los pocos datos que se conocen de él provienen de las crónicas de la Orden de los Trinitarios.

Apktovpos (arktúros) es la forma que tiene este nombre en griego. Es para los griegos el nombre de una estrella que literalmente significa "Guardián de la Osa"; es una estrella que se encuentra en la constelación del Boyero, frente a la Osa Mayor. Arturo está a treinta y siete años luz de la Tierra y es uno de los astros brillantes más cercanos y la cuarta más brillante de nuestro firmamento. La aparición de Arturo al atardecer significa el comienzo de la Primavera y su desaparición el comienzo del Otoño.

¡Como para ponerse orgulloso del nombre que a bien tuvieron ponerle en la pila bautismal!
(Por más que busqué en "san Google", no encontré imágenes del santo. Es que somos escasos...)