martes, 26 de noviembre de 2013

Mujeres de 50


Mi querida amiga Pilar me reenvío un mail con este texto del escritor y periodista colombiano Santiago Gamboa, del que he encontrado varias versiones. Es una bella apología de la mujer madura que quizás fue publicado con motivo del Día Internacional de la Mujer (que se celebra el 8 de marzo)

Es el único tema en el que soy radical e intolerante. En el que no escucho razones: las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto.
Hoy tienen treinta y pico, cuarenta, y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas y, sobre todo, endiabladamente seductoras, a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitonea sus muslos y las hace tan humanas, tan reales. Hermosamente reales.
Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento. Qué importa. Otras, aunque pocas, mantienen una pertinaz soltería y la protegen como una ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus puertas a algún visitante. ¡Qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación!
Nacidas bajo la era de Acuario, con el influjo de la música de Los Beatles, de Bob Dylan, de Lou Reed, el mejor cine de Kubrick y el inicio del boom latinoamericano, son seres excepcionales. Herederas de la "Revolución Sexual" de la década del 60 y de las corrientes feministas que, sin embargo, recibieron pasadas por varios filtros, ellas supieron combinar libertad con coquetería, emancipación con pasión, reivindicación con seducción.  Jamás vieron en el hombre a un enemigo, a pesar de que la cantaron unas cuantas verdades, pues emanciparse era algo más que poner al hombre a trapear el baño o cambiar el rollo de papel higiénico. Decidieron pactar para vivir en pareja, esa forma de convivencia que tanto se critica pero que, con el tiempo, resulta ser la única posible, o la mejor, al menos en este mundo y en esta vida.
Son maravillosas y tiene estilo, aun cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan. Usaron faldas hindúes a los 18 años, se adornaron con collares precolombinos, se cubrieron con suéteres de lana y perdieron su parecido con María, La Virgen, en una noche loca de viernes o de sábado, después de bailar "El Ratón", de Cheo Feliciano, en La Teja Corrida o en Quiebracanto, con algún amigo que les habló de Kafka, de Gurdjieff y del cine de Bergman.  
Al fondo de sus mochilas arahuacas había paquetes de Pielroja, libros de Simone de Beauvoir y casetes de Víctor Jara. Y al dejarnos, cuando no les quedaba más remedio que dejarnos, nos dedicaban esa canción de Hèctor Lavoe  que es a la vez un clásico del periodismo y del despecho, y que se llama "Tu amor es un periódico de ayer". Se vistieron de luto por la muerte de Julio Cortázar, hablaron con pasión de política y quisieron cambiar el mundo; bebieron ron cubano y aprendieron de memoria las canciones de Silvio y de Pablo; conocieron los sitios arqueológicos de San Agustín y Tierradentro (en esa época se podía ir sin temor a la guerrilla, qué nostalgia), fueron con sus novios a las playas del Parque Tayrona, durmiendo en carpa y dejándose picar por los mosquitos, porque adoraban la libertad, algo que hoy le inculcan a sus hijos, lo que nos hace prever tiempos mejores y, sobre todo, juraron amarnos para toda la vida, algo que sin duda hicieron y que hoy siguen haciendo en su hermosa y seductora madurez.
Aquí hay algunas razones de por qué una mujer de más de 45 nunca te va a despertar en la mitad de la noche para preguntarte qué estás pensando: No le interesa lo que estás pensando. Si una mujer de más de 45 no quiere mirar un partido de fútbol, ella no da vueltas alrededor tuyo. Se pone a hacer algo que ella quiere hacer y generalmente es algo mucho más interesante. Una mujer de más de 45 se conoce lo suficiente como para estar segura de sí misma, de lo que quiere y de con quién lo quiere. Son muy pocas las mujeres de más de 45 a las que les importa lo que tú pienses de lo que ella hace. Una mujer de más de 45 tiene cubierta su cuota de relaciones "importantes" y "compromisos": lo último que quiere en su vida es otro amante posesivo. Las mujeres de más de 45 son generosas en alabanzas. Ellas saben lo que es no ser apreciadas lo suficiente. Tiene suficiente seguridad en sí mismas como para presentarte a sus amigas. Sólo una mujer más joven e inmadura puede llegar a ignorar a su mejor amiga. Las mujeres se vuelven psíquicas a medida que pasa el tiempo. No necesitas confesar tus pecados, ellas siempre los saben. Son honestas y directas. Te dicen directamente que eres un imbécil si es lo que sienten sobre ti. Tenemos muchas cosas buenas que decir de las mujeres de más de 45 y por múltiples razones. Lamentablemente no es recíproco. Por cada impactante mujer de más de 45, inteligente, divertida y sexy, hay un hombre con casi o más de 50, pelado, gordo, barrigón y con pantalones arrugados, haciéndose el gracioso con una chica de 20 años y haciendo el completo ridículo. 
Supieron ser, a pesar de su belleza, reinas bien educadas, poco caprichosas o egoístas. Diosas con sangre humana. El tipo de mujer que, cuando uno le abre la puerta del carro para que suba, entra y se inclina sobre la silla del conductor y le abre a uno desde adentro.La que recibe a las cuatro de la mañana a un amigo que sufre, aunque sea su ex-novio, porque son maravillosas y tienen estilo, aun cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan, pues su sangre no es tan helada como para no escucharnos en esa necesaria y salvadora última noche en la que están dispuestas a servirnos el octavo whisky ya poner por sexta vez esa melodía de Santana. 
Por eso, para los que nacimos en la década del 60, el día de la mujer es en realidad todos los días del año, cada uno de los días con sus noches y sus amaneceres, que son más bellos, como dice el bolero, cuando estás tú. ¡Qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación!

lunes, 25 de noviembre de 2013

Amores insípidos



"Para qué decirle que la quiero, si ella ya lo sabe", decía un señor aterrado ante la posibilidad de contemplar a su deprivada mujer. Pero el cariño nunca sobra. El acto de amar no conoce redundancias. Un "te recontraquiero" es mucho más seductor y placentero que un "te quiero" a secas. El escueto y tradicional "buen día" se magnifica cuando lo acompañamos de un abrazo y de un pico mañanero. Un pellizcón al atardecer puede ser el preludio de las mil y una noches. (...) peinar canas, jugar con los dedos del otro, susurrar, murmurar, suspirar cara a cara y sobar, son notificaciones y recordatorios de que la relación está viva. Es preferible un amor barroco, con mayúsculas letras góticas, a un afecto postmoderno, mezquino y de letra menuda.
(...) El bienestar afectivo no es otra cosa que cariño al por mayor. Ese es el secreto: dejar salir el amor por los cuatro costados (en realidad son seis) hasta inundar la persona que amas. Lo demás viene por añadidura. 

Comentarios sobre el vivir.
Por: Walter Riso.

domingo, 24 de noviembre de 2013

La tarea no es durar

"No nací para ahorrar vida y si me muero diez años antes de lo que podría vivir, tampoco me importa porque la tarea no es durar".

en la charla "Confesiones de un escritor", 1978,
Martes del Paraninfo, Universidad de Antioquia. 

viernes, 22 de noviembre de 2013

Y yo, ¿qué me pongo?


(Mona), Rubia,  regáleme ese (buso) jersey -dijo una carita diminuta por fuera de la ventanilla-.

No -respondió ella-, ¿y yo qué me pongo?. 

Y con una sonrisita simple el niño concluyó: "es que usted va en (carro) coche o está en la oficina y entonces no le da frío. 

Luego de un silencio eterno, cambió el semáforo.

SOK

jueves, 21 de noviembre de 2013

De adictos al amor

"Quizás detrás de un adicto del amor haya siempre un ser hambriento de afecto y reconocimiento de los otros, pero especialmente de sí mismo. Por eso no siempre lo difícil es empezar una relación sino terminarla, porque lo que une a un ser con otro no es necesariamente amor, sino temor a estar consigo mismo".

René Soulier. Médico sicoanalista. 
Diario El Tiempo, Bogotá. 

martes, 19 de noviembre de 2013

Maullidos

Foto: Paul Reiffer

¿Se revientan los sapos de amor?
¿Enloquecen los cucarrones 
cuando su pareja no está?
¿Luciérnagas y chicharras
estallan ansiosas y desasosegadas?
Entonces, ¿por qué no maullar
cuando el idioma es inútil?

Juan Gustavo Cobo. 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Razonamiento abstracto



Varias veces escuché a muchos decirme
que me regalaban su corazón.

Me pregunto si será por eso que, después
de que lo hacían, se volvían distintos.

Más insensibles.
Más inhumanos.
Más cotidianos.
Menos alma
y más pasión.

Supongo entonces
que el corazón que ellos me dieron
era ese que ama,
ese que siente y se entrega.

Creo que les faltó alguien que les explicara
que cuando uno dice: "te entrego el corazón",
es en sentido figurado.

Lina María Pérez

jueves, 14 de noviembre de 2013

Dime, ¿qué tiras al agua?

Parque Natural Monasterio de Piedra
Foto de Merlín Púrpura


Dime, ¿qué tiras al agua?

-Un público desconsuelo
y una secreta esperanza,
lágrimas que no son mías,
recuerdos y madrugadas,
remordimientos antiguos,
palabras, muchas palabras
que por dichas
no conviene recordarlas.
Y tú, ¿qué tiras al agua?

-Trabajos mal terminados,
canciones inacabadas,
nombres de malos amigos,
dudas y dos o tres cartas
malamente concebidas
y escritas en mala hora.
Dime, ¿qué tiras al agua?

-Silencios, muchos silencios;
desgracias, muchas desgracias;
desabridas actitudes,
iras injustificadas,
tiempo inútil y perdido,
deudas que nunca se pagan,
tristezas no comprendidas,
hambres, miserias humanas,
vergüenzas inconfesables,
limosnas no confesadas,
consejos paternalistas,
éxodos de casa en casa
y una desconsoladora sensación 
dentro del alma.
Y tú, ¿qué tiras al agua?

-Desatinos, desacuerdos,
mentiras innecesarias,
traiciones no cometidas,
promesas no consumadas,
falsos credos, diferencias,
hipócritas alabanzas,
prejuicios imperdonables,
conclusiones temerarias, 
resentimientos oscuros,
frases desafortunadas...
mi vida, mi vida entera...

... mira, ¡cómo se lleva el agua!

J. Fernando Dicenta
Alberto Cortez

miércoles, 13 de noviembre de 2013

¿Me haces un favor?



-¿Me haces un favor?

-¿Qué clase de favor?

-¿Quieres tenerme mis avioncitos durante todo el recreo?

--Durante todo el recreo?

-Si, es que tú eres mi cielo.

Jairo Aníbal Niño

martes, 12 de noviembre de 2013

Lo que busco


Lo que busco es compañía para mis noches. ¿No ves que cuando baja el telón llega hasta mí una soledad oscura y se me acomoda en la garganta y tengo que cerrar los ojos para que no se me derrame el ánimo?

"Chico", calabaza y miel.
Armando Villa Gutiérrez

lunes, 11 de noviembre de 2013

La felicidad


Hay miríadas de seres en el Universo
que son felices y no te conocen.
Millones de personas en la Tierra
son felices e ignoran que existes.
Muchos también te han visto
y son felices sin amarte.
Y algunos que te amaron
disfrutan de un feliz olvido.
¿Por qué, pues, soy yo el único hombre
para quien tú eres toda la felicidad en el mundo?

Rogelio Echavarría,
poeta colombiano.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Oferta de empleo para los de aspecto español

He leído esta oferta de empleo en una de las muchas páginas especializadas en publicarlas en la red:

En menos de 20 días inauguramos un nuevo restaurante de comida tradicional española y tapas de calidad en el centro de Madrid (zona de Ópera) y necesitamos camarero/a con dominio perfecto del inglés y nacionalidad española.  

Nombre de la empresa: Tooclub
Estudios mínimos: BUP/COU
Experiencia mínima: 3 a 5 años
Requisitos mínimos: Imprescindible un muy buen dominio del inglés y nacionalidad española (y nacimiento: pretendemos dar "aspecto español").
Muy buena presencia.
Muy buena empatía con los clientes.
Muy buen nivel cultural.
Sabiendo (sic) cortar jamón.
Preparar combinados y cócteles.
Edad entre 28 y 40 años.
Disponibilidad inmediata (inauguramos en menos de 20 días).
Preferible con residencia cerca del centro de Madrid.
Turno de mediodía y noche.
Importante adjuntar fotografía.

Abstenerse si no se cumplen estos requisitos. Gracias. 

Tipo de contrato: Temporal-Fijo.
Jornada Laboral: Completa.
Duración de contrato: 10 años.

Mauricio Colmenero,
propietario del Bar Reynolds,
de la serie de televisión Aída.
Para que después no digan que en España se discrimina a las gente de aspecto "no español" (¿cómo es eso?), que no se preocupan por el nivel de inglés (cuando la alcaldesa de Madrid acaba de hacer un oso monumental con su "cup of café con leche")... Un anuncio que huele a rancio, a discriminador, a "facha"... ¿Cómo 
será trabajar allí? Por supuesto, ¡no me interesa!

lunes, 4 de noviembre de 2013

Historias de metro


Alejandra

Tal vez fue después de ese beso en la estación de Suramericana que la ciudad se abrió para tragarme sin dolor, emulando la suave caricia que salió de sus manos al despedirse; quizás fue en ese momento con Medellín derrotando mis pupilas y la despedida de Alejandra fresca en mis entrañas que supuse su amor interminable como la tenue extensión de luces que componían la ciudad, ignoraba que desde ese instante, en que ella se alejaba sonriente, el olvido invadía nuestra historia y hacía de la ciudad mi única compañía. Alcé la mano y, sin quererlo, también le dije adiós.




La última estación

Ella sonríe. Él calla. Se miran. Uno frente al otro. Al fondo la ciudad. Próxima estación. Ella se angustia. Él promete seguirla si ella desciende. El metro parte de nuevo. Se miran. Ella baja la mirada. Coquetean. Él contempla el ajetreo de la urbe en los cristales. Próxima parada. Él sabe que irá tras ella. Última estación. Todos abajo. Se miran. La multitud los acerca.En la puerta sus dedos se rozan. Él se promete hablarle. La sigue. Sus piernas desfallecen. Ella se aleja. Ella sabe que lo ama. Se miran. Ella se pierde en la ciudad.


Francisco Felipe Pulgarín Hernández

domingo, 3 de noviembre de 2013

No temo morir


"Tenía miedo a morir.
Ahora no.
Tengo más miedo
a lo que les pasa
a los que viven."

Oído al pasar frente al televisor.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Subrayado en "Y no vuelvas más por aquí".

La belleza siempre es triste, ¿no crees?. Contemplarla produce una especie de desolación. No sé por qué. Temes perderla, que alguien la dañe, que no dure... No sé. Temes no poder aprehenderla, no poder valorarla en su justa medida... Es algo irracional, ¿no? La belleza te habla de eternidad, aunque sabes que eso es imposible, ya que nada es eterno. Además, al contemplar la belleza, notas como si algo se rompiera dentro de ti. Te sientes frágil, inútil, superfluo. Pierdes de pronto la conexión con la realidad. Pues la realidad es la fealdad... La belleza puede provocar incluso deseos urgentes de llorar. Yo he llorado una vez contemplado un valle...

Y estoy ahora mismo a punto de llorar contemplándote a ti. Por favor, déjame contemplarte. Pero no me mires así, ¿vale? ¡Qué ojos tan oscuros e impenetrables! Nunca sé qué estás pensando. (...) Tú también eres triste. Eres hermoso y, por lo tanto, triste. Se me encoge el corazón cada vez que te miro. Me hace daño tu belleza. casi me produce escalofríos del daño que me hace. Siento que podría abrazarme a ti y estar llorando durante horas y horas, durante días y días, sin que nada de este mundo lograra consolarme. ¡Nada! ¡Ni siquiera tus besos lograrían consolarme!

Pedro Menchén
Y no vuelvas más por aquí.
Odisea Editorial, Madrid, 2005

viernes, 1 de noviembre de 2013

La clase de persona que quiero ser

Leído en una exposición sobre Japón 
en el Centro de Historias de Zaragoza.

Sin perder ante la lluvia
sin perder ante el viento
sin perder ante la nieve o al calor del verano.
Un cuerpo fuerte,
libre de toda avaricia,
jamás irascible,
siempre con alegría serena. 
Comer cada día cuatro cuencos de arroz integral,
sopa de miso y unas verduras.
En todo,
pensar primero en los otros.
Ver, escuchar y entender.
Nunca olvidando.
En una pequeña choza de techo de paja,
en un campo a la sombra de los pinos.
Si al este se encuentra un niño enfermo,
dirigirme allá para cuidarlo.
Si al oeste hay una madre cansada,
cargar sus fardos de arroz,
Si al sur alguien se encuentra en su lecho de muerte,
decirle que no hay que temer.
Si al norte hay disputas o embargos,
informarles que aquello carece de real importancia.
Cuando hay sequía, derramar lágrimas.

Frente a un verano fresco, caminar laborioso.
Todo el mundo me llamará soñador,
sin ser admirado,
sin ser culpado.
Esa es la clase de persona
que yo quiero ser.

Miyazawa Kenji (1896-1933)