domingo, 5 de julio de 2020

¡No me gusta...!




No me gusta esta pandemia, llena de miedos, de ansiedad, de desinformación, de fakes, de falsos profetas de las soluciones y de los oscuros augurios. 

No me gustan los impasibles olvidadizos, que creen que "eso es para los demás, a mi no me va a pasar".  

No me gustan los políticos que sólo quieren mantener sus sueldos, sus dietas, sus privilegios; aquellos para los que el sentido de servicio a su país es letra muerta.

No me gustan las faltas de educación. No me gusta usted que no contesta cuando se le dan los buenos días. No me gusta que no ceda el asiento a una persona que lo necesita más que usted. 

No me gustan los que siguen creyendo que deben estar de primeros en todas las filas, en ser atendidos, en subirse al bus...

No me gustan sus pies sobre el asiento.

No me gustan sus basuras en el suelo (llámese mascarilla, cáscara, servilleta, colilla o popó de su perro). No me gustan los que creen que su falta de solidaridad y de civismo se cubre pagando una multa. 

No me gusta el inspector de tranvía que va señalando a quien lleva mal puesta la mascarilla pero él va a cara descubierta. No me gusta el aviso de obligatoriedad de su uso en el autobús, pero el conductor no lleva. 

No me gustan las farolas y las marquesinas llenas de anuncios de compradores de casas (que no tienen para pagar anuncios en condiciones pero sí para explotar a quienes empapelan la ciudad con cuartillas amarillas y cinta de carrocero).

No me gustan los racistas, los LGTBImófobos, pero tampoco los heterófobos ni feminófobos. Ni mucho menos los que se creen de mejor raza (cuando son el maravilloso producto de las mezclas de múltiples culturas y procedencias).

No me gusta la falta de empatía, de generosidad. 

No me gustan los egoístas. 

A veces, no me gustan ciertos humanos.

¡A veces no me gusto ni yo!