domingo, 30 de agosto de 2015

Limpio es el que menos ensucia

Rótulo en la fachada de un bar de Zaragoza. Si no entendéis a las buenas, ahí tenéis un buen "regaño". Que con la costumbre post-prohibición de fumar en recintos cerrados, los portales y aceras son un asco con las montañas de colillas que tiran al suelo los fumadores.




¿Para cuando uno que diga: "Baje las pezuñas de la silla, cacho e´guarr@"?


sábado, 29 de agosto de 2015

Ríos de leche y miel

Anuncios clasificados.
Heraldo de Aragón,
(Zaragoza, España)
28 de agosto de 2015.
Los políticos y los "gurús" de la economía dicen que ya se ven los brotes verdes, que ya casi estamos al otro lado del larguísimo túnel de la crisis. Muestran frías cifras, estadísticas, números. -¿Cuánto suman dos más dos? -¿Qué resultado quiere?. 

Jóvenes recién egresados de sus pre y post grados que emigran a otros países a trabajar de camareros o de recolectores de cosechas. Personas mayores de 30 años que ya no valen para un empleo porque exigirían mejores salarios. Mayores de 40 y de 50, con mucha experiencia y ganas, que tampoco valen para ningún trabajo. Padres y abuelos sosteniendo familias enteras con míseras pensiones. Padres como el del anuncio, que pagarían para que su hijo tenga un puesto de trabajo.

"¡Ay, qué vivos son los ejecutivos!" cantaba la poetisa argentina. En campaña presidencial no hablan por una tele de plasma sino que posan para los fotógrafos y besan niños (aquí no son mocosos) y a sus señoras madres. Se bajan de sus aviones y de sus pedestales y se bañan en ríos... no sé si de leche y miel como los que nos quieren pintar. Pero yo sigo viendo gente parada, contratos de un día o de horas, gente pescando comida caducada en los contenedores de basura de los hiper-super-mercados, inmigrantes que vuelven a emigrar, desasosiego, desconcierto... porque el que se patea las calles no sabe de estadísticas, sabe de niños que comen -si acaso- una vez al día, de cuentas por pagar, de desahucios, de currículos no leídos, de "ya le llamaremos", de no recibir ofertas de trabajo de la oficina de empleo, donde un funcionario le dice que se ponga las pilas a buscar uno.

Y entretanto, se atreven a hablar del "estado de bienestar", mientras cubren sus fechorías con sus "Y tú más", "anda que tú", y en sus despachos alfombrados firman acuerdos con sus estilográficas de oro, señalan chivos expiatorios y se siguen repartiendo la jugosa tarta que han horneado sacando el dinero de los bolsillos de todos. 

Pero claro, aquí no pasa nada. Todo va bien. Que "esto es España" y "Spain is different".


miércoles, 19 de agosto de 2015

Esa antigua costumbre de saludar


Encontré este spot de la campaña Contagiemos Valores, del Programa Internacional sobre Democracia, Sociedad y Nuevas Economías, y la Universidad de Buenos Aires, que invitan a rescatar aquellos valores y principios que hacen trascender a una comunidad. Esto me hizo pensar en que no estoy, como me decía un antiguo jefe asturiano, luchando contra los molinos de viento, intentado re-educar a los españoles demás. No estoy solo en la tarea de hacerle ver a quien entra a un local a solicitar un servicio que no basta con decir lo que se necesita, sino que es agradable y de bien educados, saludar antes al dependiente y a quienes están en el local. Que es más agradable la experiencia del trato con el público, si se respeta el turno de quien ya están atendiendo, simplemente porque ha llegado antes. 

No estaría de más difundir este tipo de campañas en muchas ciudades y países. Recordar que no cuesta nada dar los buenos días al conductor del autobús (aunque no responda al saludo), agradecer un servicio, cuidar las cosas de uso común (como las sillas de cines y vehículos), ceder el paso o el asiento, no tirar basuras al suelo ni sacudir las alfombras por la ventana... en fin, ser corteses y cívicos. 

Por algo se empieza: al menos dando los buenos días (que hasta los que duermen juntos se saludan por la mañana ¿o no?)

martes, 18 de agosto de 2015

Cambia, todo cambia



Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo

Cambia el clima con los años
Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño

Cambia el más fino brillante
De mano en mano su brillo
Cambia el nido el pajarillo
Cambia el sentir un amante

Cambia el rumbo el caminante
Aunque esto le cause daño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño
Cambia, todo cambia
Cambia, todo cambia
Cambia, todo cambia
Cambia, todo cambia

Cambia el sol en su carrera
Cuando la noche subsiste
Cambia la planta y se viste
De verde en la primavera

Cambia el pelaje la fiera
Cambia el cabello el anciano
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño

Pero no cambia mi amor
Por más lejos que me encuentre
Ni el recuerdo ni el dolor
De mi pueblo y de mi gente

Lo que cambió ayer
Tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo
En esta tierra lejana

Cambia, todo cambia
Cambia, todo cambia
Cambia, todo cambia
Cambia, todo cambia

Pero no cambia mi amor...

(Violeta Parra)

Cambia. Todo (o casi todo) cambia. Cambio yo. Cambian los climas, los paisajes, las compañías. Cambia la forma de ver la vida y de sentir el Amor, el desamor, el desprecio o la indiferencia. Cambia la mirada. Cambian los andares. Cambia la capacidad de aguante. Cambias tú (o no). Y cambia la forma de esperar, el límite de la paciencia y de la tolerancia. Cambia el umbral del dolor. Cambian los compañeros de viaje y de Vida. Cambiamos. Nos cambian. Pero no cambia la esencia, "pero no cambia mi Amor".