martes, 6 de diciembre de 2016

Cuando duermen los grillos


Las últimas noches me fui a la cama con la última publicación de Óscar Hernández Campano: Cuando duermen los grillos y terminé su lectura con una sonrisa y la alegría inmensa de que haya sido el mismo autor quien me invitara a leer esta colección de relatos. Lo primero que conocí de su obra fue El viaje de Marcos, hace años ya. Luego la entrañable novela El guardián de los secretos, con lo cual me considero un seguidor de este escritor donostiarra.

A Óscar le agradezco que comparta sus dones de la palabra, la escritura y la creación. Me encantan sus historias de Cuando duermen los grillos que, aunque del mundo de la ficción, corroboran una vez más que están muy cercanas de la realidad. Hombres como Teófilo, Lucas o Pedro, compartiendo experiencias vitales en el mal llamado ocaso de la vida (física, emocional o afectiva); personajes que mueren en un cajero y nos enfrentan a nuestra indiferencia; abuelas que no pueden hacerse entender ante un grupo de egoístas; otros que sí saben conservar un ideal y un concepto de pertenencia a la familia... Óscar Hernández Campano, con sus palabras y sus historias, nos ayuda a advertir el valor del tiempo, de la vida, del Amor. Y de un relato a otro, independientes entre sí, hace deliciosos guiños a personajes previos de sus historias.


Me emocionan sus libros y subrayo sus frases, sus descripciones, sus metáforas: ojos como dos perlas de color petróleo; océanos en los que no navega ni una nube; casas que quedan apenas a unas canciones de distancia del río; el príncipe Valium; brillantes que recorren ambas mejillas al mismo tiempo; aguas cristalinas como si discurriera bondad; rostros serpenteados por los estigmas de la edad...equipajes con mucho que recordar y mucho que olvidar...

Cuando el dependiente de una librería de Chueca me recomendó El Viaje de Marcos, me advirtió que debía leerlo acompañado de caja de kleenex, y no se equivocaba. Pero le agradezco especialmente que esa sugerencia haya sido el descubrimiento de la obra de Óscar Hernández Campano pues fue la oportunidad de seguir leyéndolo,  emocionado hasta las lágrimas, en algunos viajes a la nostalgia, a través de sus historias que, sin duda, se apoyan en vivencias muy intensas.

Y hoy recomiendo Cuando Duermen los Grillos, para deleitarse dosificando sus historias, como quien degusta un buen vino, un buen plato y un íntimo relato.

martes, 8 de noviembre de 2016

Si te han llamado Marica...

Este texto escrito por Miguel Nasch se publicó originalmente el 21 de enero de 2015, 
en la sección Querido diario de Weloversize

"Maricón. Bujarra. Nenaza. Risas a tus espaldas. Señalarte con el dedo. Elegirte el último para los equipos en el recreo. Cuchicheos cuando te tocaba leer en clase. Ser el chiste fácil para el machito del colegio y su séquito.

La gente puede llegar a ser muy cruel, sobre todo en la escuela cuando la máxima aspiración para los que en realidad no tiene aspiraciones en la vida es hacerse notar, ser el líder de la manada, el macho alfa. Para estar arriba necesitan que haya gente que esté debajo, y para que eso ocurra se encargan de pisar al que puede ser diana de sus mofas. El marica, el gordo, el empollón, el rarito. Cualquiera que no sea como la sociedad dictamina que se tiene que ser, cualquiera que tenga, según ellos, un defecto que despreciar y del que poderse reír.

Lo demás tienen 2 opciones: estar con él o estar contra él. Porque no admite término medio. Y a esas edades en las que la personalidad aún no está formada, en las que todos quieren encajar y ser parte del grupo que mola, normalmente le eligen a él. Y le ríen las gracias. Y se ríen de ti. Y te señalan con el dedo cuando él dice que lo hagan. Y le aplauden los insultos. Y repiten los motes. Y te hacen de menos. Y tú te sientes de menos: inferior, pequeño, ridículo, sin entender por qué a ti, por qué no te quieren si tú haces lo posible por encajar, por qué la gente es cruel sin motivo, por qué la vida es injusta, por qué has nacido así.

Y rezas aunque no sepas. Y pides ayuda mirando al cielo aunque no creas. Incluso prometes que si todo eso termina dejarás de hacer tal o cual cosa, o harás esta o tal otra. Pero al día siguiente te levantas, vuelves a clase y todo sigue igual.

Y lloras. A escondidas, eso sí. Porque no se te permite ser débil.

Pero lo que no sabes en ese momento es que todo eso que te está pasando, que es una putada, una putada enorme, te está haciendo resistente y te está convirtiendo en un superviviente. Te está forzando a agudizar el ingenio y la capacidad de adaptación, te está mostrando a base de hostias lo que no quieres ser de mayor, y te está enseñando a base de golpes lo que no querrás hacer a los demás nunca porque sabes por tu propia piel lo mucho que duele. Te está enseñando que tú eres fuerte, y que si has podido con eso, puedes con mucho más.

Pasan los años, el colegio termina y ese niño tímido por obligación del que se reían crece y se da cuenta de que eso de lo que todos se reían en realidad no es un defecto. Y cuando tú te das cuenta de que ese defecto no es tal dejas de sentirte de menos, y dejas de sentirte inferior. Porque no lo eres. Y cuando ese sentimiento de inferioridad desaparece se quedan todas las fortalezas que fuiste ganando a causa de esa marginación, y te das cuenta de que te has convertido en una gran persona: confiada, fuerte, seguro de ti mismo, bueno con los demás y bueno contigo, optimista y resistente. Te has convertido en lo que siempre soñaste ser, que es exactamente lo que siempre fuiste, pero tú no lo sabías.

Y no guardas rencor ni odio, porque en realidad lo que sientes es lástima y orgullo. Lástima por aquellas personas, porque si para sentirse ellas mejor tenían que hacerte sentir a ti peor merecen toda tu compasión, ya que en realidad eran unos infelices que tal vez no hayan encontrado su lugar en el mundo. Y orgullo porque sobreviviste, creciste, nunca te diste por vencido y hoy en día eres la mejor versión de ti mismo que podías llegar a ser.

Ponte de pie y date un gran aplauso, porque te lo mereces."


lunes, 7 de noviembre de 2016

Soltar las amarras

Es tiempo de que me perdone a mí mismo; ya me regañé bastante. Fueron muchas las piedras que yo mismo puse en mi camino; los puentes dinamitados.... Para autocastigo ya estuvo bueno; elijo el camino de la aceptación; es más barato.

Acepto y entiendo que merezco empezar de cero; con alma transparente y espíritu tranquilo. Entiendo que por más que me angustie, no agregaré a mi estatura un centímetro; Es tiempo de relajarme. Dios no me está juzgando; está muy ocupado haciendo otras cosas. Así que ¿Por qué habría yo de hacerlo?

Es hora de levar anclas.... De liberar cosas, de soltar gente. Nadie tiene que ser como yo quiera. Así están perfectos. Así ha funcionado hasta este momento su vida. Me dedico a atender lo mío, a refundarme. De vez en cuando viene a bien tirar lo que ya no sirve, perdonar.

Entre Ser Feliz y Tener Razón elijo lo primero.

Tener la razón es el peor de los desgastes, pues te quita el sueño intentando corregir el universo. Es hora de soltar amarras, de confiar más en la gente. Me dejo ir. La vida me conduce. En este año que comienza quiero un corazón joven, que brinque de gusto con el cantar de los pájaros que anuncian la mañana. Como cuando éramos niños. ¿Te acuerdas?

Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo retador de los girasoles en el campo, de ver en el cielo un milagro pintado de azul y no solo un día más, llano y simple. Es tiempo de soltar amarras y maravillarme.

He estado demasiado ocupado para ver las estrellas y no me daba cuenta de que así sostiene Dios al cielo; con tachuelas de plata, porque el hierro se oxida. Elijo mirar la sonrisa del sol, siempre está de buenas. Elijo abrazar el aire; me ama lo suficiente para mantenerme vivo. ¿Qué mejor prueba de amor?

Afortunadamente, Dios me dio la facultad de elegir. Elijo controlar a mis propios demonios, es más.... he decidido darles vacaciones. Eso de la omnipotencia me estaba dando gastritis. Es tiempo de soltar amarras, de levar anclas, de dejarme en Paz.

De tanto pelear conmigo se me estaba olvidando a qué sabe la sonrisa. Que bien es cuando no controlas a nadie, cuando no pides cuentas, cuando tiras a la basura la bitácora de los rencores. Así estoy mejor, caminando erguido y a buen paso.

Quiero ser más justo; la vida no es un tablero de ajedrez ni las personas caballos o alfiles. Trato a la gente como me gustaría ser tratado. Ser honesto se vale. Quiero y necesito un buen principio y seguir así indefinidamente. Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo, te ofrezco una disculpa. Yo ya me perdoné. ¿Podrías hacerlo tú también? Yo te invito.

De este lado está más fresco, más oxigenado. Rediseñarse es una palabra muy comprometedora.... ¡Te obliga a caminar sin excusas! Sin nadie a quien echarle la culpa de nada. Pero definitivamente es el camino al cielo.

Este año que termina, además de sinsabores, tuvo también sus maravillas; conocí a mucha gente buena y sintonizada con el Amor y la Esperanza; Un amigo renunció a los accidentes; se puso en paz con la vida y la agarró por los cuernos. Fueron más las sonrisas que las lágrimas. Caminé de la mano con personas dispuestas a servir al mundo sin nada a cambio y ha sido fascinante encontrarlos.

Es tanto y tanta gente a la que tengo que agradecerles; a la familia en que la sangre me puso, y a la familia que la vida me concede en cada rostro que conozco.

Nada es casualidad, no hay accidentes en el mundo de la voluntad. Por eso, sea cual sea la razón por la que estés leyendo estas líneas, y la flojera no te impidió llegar a este párrafo, elijo creer que el universo nos permitió crear este lazo, aún cuando ni siquiera nos hayamos visto.

Elijo creer que estemos dispuestos a sembrar más sonrisas en nosotros mismos y en la gente.

Te deseo que, ahora y siempre, estés lleno de bendiciones. Acéptalas....

Si sueltas tus amarras, tendrás las manos libres para recibirlas.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Reflexión para el Día de Difuntos


Las Tres Marías.
Escultura en mausoleo del
Museo-Cementerio de San Pedro
Medellín (Colombia)
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 
No está aquí, sino que ha resucitado

(Lucas 24, 5)

lunes, 24 de octubre de 2016

Vuela esta canción para el Muchacho de los Ojos Azules

Porque aún duele tu ausencia, porque no puedo (ni quiero) evitar llorar cuando la escucho, porque, como dijo alguien: "aunque el cielo no exista, habrán inventado uno sólo para él". 

viernes, 14 de octubre de 2016

Tren Viajero, un texto de Bob Dylan, el nuevo Nobel de literatura.

Bob Dylan,
Premio Nobel de Literatura 2016
Hay un tren de hierro, que ha estado rodando a lo largo de los años 
Con una caja de combustible llena de odio y un horno lleno de temores. 
Si alguna vez le habéis oído, o habéis visto su carcasa rota de color de sangre, 
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo. 

¿Os habéis parado alguna vez a pensar en todo el odio que lleva? 
¿Habéis visto alguna vez a sus pasajeros, a sus pobres almas confusas y enloquecidas? 
¿Habéis empezado a pensar que tenéis que detener ese tren? 
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo. 

¿Os cansáis alguna vez de los sonidos sermoneantes del miedo 
Cuando han golpeado vuestra cabeza y martilleado en vuestros oídos? 
¿Habéis preguntado sobre ello y no os han contestado? 
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo. 

Me pregunto si los líderes de las naciones son conscientes 
De este mundo asesino que me dejan en las manos 
¿Os habéis quedado despiertos alguna noche preguntándooslo? 
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo. 

¿No habéis estado nunca a punto de decir, o habéis dicho para vosotros mismos 
Que la persona que está a vuestro lado puede estar equivocada? 
¿Acaso el delirio de los locos hace enloquecer vuestras tripas? 
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo. 

¿Os deprimen acaso los maniáticos asesinos y los que odian? 
¿Os marean la política y los sermones? 
¿Os duele el corazón con los incendios de autobuses? 
Entonces habéis oído mi voz cantando y sabéis cómo me llamo.


Colección Visor de poesía 1972
Versión de Antonio Rasines

jueves, 29 de septiembre de 2016

Acercando orillas: De emigrantes y de Arcángeles


San Miguel Arcángel: 


Líbranos de aquellos
que vagan por la tierra
buscando la ruina
de nuestras almas.


(Oración medieval)
Santoral del día 29 de septiembre: Arcángeles Miguel (el defensor y protector), Gabriel (el anunciador) y Rafael (el acompañante). La tradición católica habla de ángeles y arcángeles (sí, parece que en el cielo también hay categorías y estratos), como unos seres mediadores entre la Divinidad y la Humanidad. Mensajeros y protectores de los mortales. Y muchas veces decimos que hay personas que son como ángeles, porque se aparecen de repente en nuestro camino, y nos libran de peligros, nos acompañan en el camino y nos anuncian buenas nuevas.

Tal día como hoy, hace exactamente 16 años, aterricé en Madrid-Barajas, desde la puta mierda la otra orilla del Atlántico, cargado de ilusiones, sueños, propósitos y metas. Mucho ha llovido desde entonces y mucho se me ha mojado el rostro y el alma. Muchas cargas se quedaron por el camino y distintos rumbos ha tomado el camino. Y siempre, siempre, he tenido al lado a esos ángeles de carne y hueso que con sus palabras, con su aliento, con su crítica, con su cariño, me han ayudado a sortear tantos precipicios y han compartido tantas alegrías. 

A veces hay que creer en las coincidencias, o en el karma, o en el destino. Uno emigra un día, aparentemente como otro cualquiera, porque había cupo en un avión o porque era viernes, y resulta que ese viaje no es como uno quiere, sino como debía ser. Y coincide con seres vivos y reales, con nombre de Arcángel y ojos azules; y también con un angelito de ojos verdes; con Amigos, humanos, simplemente humanos, leales, generosos; con angustias, tropiezos, desfallecimientos... que esos mismos humanos/divinos se encargan de ayudar a desaparecer e indicarte el camino. 

Y por eso no me arrepiento de haber emigrado, porque estoy seguro de que era (y es) el camino de mi aprendizaje vital, al menos hasta ahora. Porque había que acercar esas dos orillas para conocerlos, para sentir, amar y aprender. Y porque sé que a ambos lados del océano y arriba en la esfera celestial, cuento con los suficientes seres alados y humanos para andar seguro por el mundo.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Un Salón Erótico en un país hipócrita

Spot del Salón Erótico de Barcelona Apricots que se celebra del 6 al 9 de octubre. 
Pavelló Olímpic Vall d'Hebrón.
Video by http://www.vimema.com



Contando con la colaboración de la mediática actriz Amarna Miller, el spot del Salón Erótico de Barcelona para su edición 2016 ilustra con varios cuadros meticulosamente trabajados a nivel visual y conceptual las muchas caras de la hipocresía en este país, las contradicciones en las que vivimos inmersos sin ni siquiera darnos cuenta (o sí...). La doble moral y la falta de escrúpulos campan a sus anchas en el suelo PATRIO.

Idea original y producción: VIMEMA.com
Dirección: Carles Valdés
Copywrite: Alba Sastre
Locución y protagonista: Amarna Miller
DoP: Sergi Canyellas
Foquista: Lluís Ferrer
Concept Art: Joëlle Carreño
Producción y guión: Alba Sastre, Julio Luque, Pere Gimenez, Nona Codina, Jesús Pece, Albert Grabuleda
Arte: Judit Ferrer
Eléctricos: Boris Favereau, Pablo Aybar
Maquillaje: Victor Aragón, Eva Gutierrez
Vestuario: Carlos Olivares
Animación: Berberecho Productions
Agradecimiento: Família Carreño Andreu, Adrián Fernandez

martes, 13 de septiembre de 2016

La droga que todos necesitamos

Leí en el diario El País, esta columna de Cecilia Rodríguez:

La droga que le voy a recomendar es mejor que morfina o cocaína.

No es para fumar o aspirar o inyectar. En realidad, no corresponde a la definición literal de “droga”. Lo que hace a nuestro cerebro sí corresponde.

Estos son algunos de los efectos: da una sensación de bienestar, ayuda a atenuar dolores físicos y reduce el nivel de cortisol, la hormona del estrés. También reduce el riesgo de contraer resfriados e infecciones del tracto urinario y de problemas cardiovasculares e inmunológicos.

Impresionante en verdad. Y esa “droga” maravillosa es ni más ni menos que los amigos.

Más y más estudios están demostrando que los amigos son buenos para la salud mental y física. Una gran investigación publicada en la revista ‘Scientific Report’, proveniente de la Universidad de Oxford, dice que mantener lazos amistosos fuertes y regulares es una fuente de producción de las famosas endorfinas, cuya capacidad analgésica es más fuerte que la morfina y cuyo efecto de bienestar es comparable al de otros opiáceos.

Las endorfinas son parte de nuestros circuitos de dolor y placer. Son los analgésicos naturales de nuestro cuerpo y encargadas de hacernos sentir bien. Además, promueven la vinculación social entre seres humanos y entre otros animales. A la vez, la interacción social dispara emociones positivas porque las endorfinas se unen a los receptores opioides en el cerebro y producen esa sensación de placer que obtenemos de ver a los amigos.

No es sorpresa, entonces, que el sistema de endorfinas se vea interrumpido en casos de depresión clínica, por ejemplo. Esa es, en parte, la razón por la que las personas deprimidas no encuentran placer y se aíslan. Personas con altos niveles de estrés tienen pocos amigos. Aún más interesante es que la gente que hace mucho ejercicio también tiende a tener pocos amigos. Probablemente porque tanto ejercicio no les deja tiempo para socializar o porque el ejercicio les da la necesaria dosis de endorfinas para sentirse bien.

El punto es que, como especie, los humanos somos animales sociales y hemos evolucionado para vivir en grupo. Es en nuestros genes. Por eso la cantidad y calidad de nuestras relaciones sociales afectan nuestra salud física y mental e inclusive nuestra longevidad.

Científicos de la universidad Carnegie Mellon encontraron que entre mujeres con cáncer de ovarios, las que cuentan con apoyo social de numerosas amistades responden mejor al tratamiento. Muy parecido a lo que ocurre con mujeres con cáncer del seno: las que tienen el soporte de amigos tienden a vivir el doble de las que no. Igualmente, la gente con pocos amigos o sin ellos tiende a morir más rápido después de un ataque al corazón que los que tienen amistades cercanas.

Los verdaderos amigos nos estimulan a cuidarnos mejor, se oponen a que hagamos cosas dañinas y su apoyo ayuda a prevenir depresión y a aumentar la autoestima.

Y ahora viene la sorpresa: la cercana relación que tenemos con hijos, padres y demás familiares, en contraste, tiene poco o ningún efecto en la producción de endorfinas.

Vale notar que los amigos de que estamos hablando son los de carne y hueso con quienes tenemos contacto directo frecuente y en vivo. ¿Cómo se aplica la teoría a los ‘amigos virtuales’? ¿Los de Facebook o Twitter o cualquiera de las muchas redes sociales? Eso es “harina de otro costal” y material para otra columna.

Vidas demasiado ocupadas, mucho tiempo frente a pantallas, dependencia de aparatos electrónicos se atraviesan en el camino de hacer y cultivar amistades. Esta columna es una invitación a darles prioridad a los amigos, la mejor droga para una vida sana, larga y feliz.

CECILIA RODRÍGUEZ
Luxemburgo

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Zaragoza, ciudad de las (in)culturas.

Palacio de la Aljafería

Llamada Ciudad de las Culturas, por su historia milenaria de judíos, cristianos, musulmanes y romanos; por la diversidad de nacionalidades que conviven en ella; por las distintas manifestaciones artísticas que llenan sus museos, plazas y calles; por ser habitual sede de congresos y convenciones; por la aparente hospitalidad de sus gentes... Zaragoza, la aragonesa, la de César Augusto, es también la ciudad inculta, incívica, sucia, maltratada (más por los propios que por los extraños).

Sí, me molesta, me fastidia, me enfada, me cabrea la gente que no sabe tener un mínimo de cortesía con los demás y con su ciudad. Me cabrea usted, que no duda en pararse sobre el asiento del autobús para abrir la ventanilla, dejando la asquerosa huella de su pie para quien se sentará después. Me cabrea usted, sea de la edad que sea y del nivel educativo que sea, que pone sus pies en el asiento del frente, dejando la mierda suciedad de sus suelas para las piernas de quien se sentará luego. Me cabrea usted, que parece sembrado en medio del pasillo, impidiendo que los demás pasajeros puedan acceder a la parte trasera del bus.

Me cabrea usted, que parece que fuera por primera vez a un espectáculo en el Auditorio, y madruga a sentarse en primera fila y a "reservar" puestos hasta para su prima la del pueblo, que además llega tarde a la función. Me cabrea usted, que impide que una persona mayor se siente a su lado "porque está guardando sitio" como en la primera fila de playa en Benidorm. Me cabrea usted, que habla a gritos desde la cuarta fila con la vecina del 5º, que está en la fila 9. 


Me cabrea usted, que tira los sobres del azúcar y los envoltorios de las galletitas de su café, al suelo del bar. Me cabrea usted, señora muy limpia en su casa, que sacude la alfombra por la ventana, sobre peatones, vecinos de abajo y ropa tendida... 

Me cabrea usted que llena aceras y portales de colillas de cigarrillos, de cáscaras de pipas y de cacas de su perro. Me cabrean todos ustedes, que llegan hasta el contenedor de basuras, pero no tienen fuerza suficiente para arrojar la bolsa dentro.

Me cabrea usted, que llega muy piadosa a misa, al templo, a la iglesia, a la casa de Dios, a hablar en voz alta con Conchita y con Purita, de las judías verdes de la comida... porque, total, la misa no ha empezado todavía.

Me cabrea usted, a quien no le importa apoltronarse en un corrillo en mitad de la acera o del pasillo del supermercado, ignorando a los demás que necesitan transitar. Y usted también, señora jubilada, que exige colarse en la cola de ese mismo super, porque tiene prisa de pagar una chorrada de macetero a las 9 de la noche, a punto de cerrar, porque, claro, no ha tenido todo el día para ir (que estaba viendo un programa de chismorreos en la tele).

Y me cabrea usted, que interrumpe cuando se le habla, que se mete en las conversaciones ajenas, que quiere ser el primero en ser atendido, por encima de los demás, que quiere que se le atienda cuando el establecimiento comercial está cerrado, que si le regalan un caramelo exige dos, que pone precio a un producto que no vende usted, que no saluda, que no contesta, que no da las gracias.


A estas alturas pienso que este post no debería titularse Ciudad de las Inculturas, sino Ciudad de las Habitantes Incultos. Pero es igual, ¡me he despachado a gusto!

miércoles, 31 de agosto de 2016

"Nuestra Generación no Quiere Relaciones"

(Leído en PalabrasConCafe)

Queremos una segunda taza de café para las fotos que subimos a Instagram los domingos por la mañana, otro par de zapatos en nuestras fotos artísticas de pies. Queremos poner en Facebook que tenemos una relación para que todo el mundo pueda darle a “me gusta” y poner un comentario, queremos una publicación digna del hashtag #parejaperfecta. Queremos tener a alguien con quien ir de brunch los domingos, con quien quejarnos los lunes, con quien comer pizza los martes y que nos desee buenos días los miércoles. Queremos llevar acompañante a las bodas a las que nos inviten (¿Cómo lo habrán hecho? ¿Cómo habrán conseguido un felices para siempre?). Pero somos de la generación que no quiere relaciones. 

Buceamos por Tinder en un intento de encontrar a la persona adecuada. Como si tratáramos de hacer un pedido a domicilio de nuestra alma gemela. Leemos artículos como Cinco maneras de saber que le gustas o Siete formas de gustarle, con la esperanza de ser capaces de moldear a una persona para tener una relación con ella, como si de un proyecto de artesanía que hemos visto en Pinterest se tratase. Invertimos más tiempo en nuestros perfiles de Tinder que en nuestra personalidad. Y aun así no queremos tener una relación. 

Hablamos y escribimos mensajes de texto, mandamos fotos o vídeos por Snapchat y tenemos conversaciones subidas de tono. Salimos y aprovechamos la happy hour, vamos a tomar un café o a beber cerveza; cualquier cosa con tal de evitar tener una cita de verdad. Nos mandamos mensajes para quedar y mantener una charla insustancial de una hora solo para volver a casa y seguir manteniendo una charla insustancial mediante mensajes de texto. Al jugar mutuamente a juegos en los que nadie es el ganador, renunciamos a cualquier oportunidad de lograr una conexión real. Competimos por ser el más indiferente, el de la actitud más apática y el menos disponible emocionalmente. Y acabamos ganando en la categoría el que acabará solo. 

Queremos la fachada de una relación, pero no queremos el esfuerzo que implica tenerla. Queremos cogernos de las manos, pero no mantener contacto visual; queremos coquetear, pero no tener conversaciones serias; queremos promesas, pero no compromiso real; queremos celebrar aniversarios, pero sin los 365 días de esfuerzo que implican. Queremos un felices para siempre, pero no queremos esforzarnos aquí y ahora. Queremos tener relaciones profundas, pero sin ir muy en serio. Queremos un amor de campeonato, pero no estamos dispuestos a entrenar. 


Queremos alguien que nos dé la mano, pero no queremos darle a alguien el poder para hacernos daño. Queremos oír frases cutres de ligoteo, pero no queremos que nos conquisten... porque eso implica que nos pueden dejar. Queremos que nos barran los pies, pero, al mismo tiempo, seguir siendo independientes y vivir con seguridad y a nuestro aire. Queremos seguir persiguiendo a la idea del amor, pero no queremos caer en ella. 

No queremos relaciones: queremos amigos con derecho a roce, “mantita y peli” y fotos sin ropa por Snapchat. Queremos todo aquello que nos haga vivir la ilusión de que tenemos una relación, pero sin tener una relación de verdad. Queremos todas las recompensas sin asumir ningún riesgo, queremos todos los beneficios sin ningún coste. Queremos sentir que conectamos con alguien lo suficiente, pero no demasiado. Queremos comprometernos un poco, pero no al cien por cien. Nos lo tomamos con calma: vamos viendo a dónde van las cosas, no nos gusta poner etiquetas, simplemente salimos con alguien. 

Cuando parece que la cosa empieza a ir en serio, huimos. Nos escondemos. Nos vamos. Hay muchos peces en el mar. Siempre hay más oportunidades de encontrar el amor. Pero hay muy pocas de mantenerlo hoy en día... 

Esperamos encontrar la felicidad. Queremos descargarnos a la persona perfecta para nosotros como si fuera una aplicación nueva; que puede actualizarse cada vez que hay un fallo, guardarse fácilmente en una carpeta y borrarse cuando ya no se utiliza. No queremos abrirnos; o, lo que es peor, no queremos ayudar a nadie a abrirse. Queremos mantener lo feo tras una portada, esconder las imperfecciones bajo filtros de Instagram, ver otro episodio de una serie en vez de tener una conversación real. Nos gusta la idea de querer a alguien a pesar de sus defectos, pero seguimos sin dejarle ver la luz del día a nuestro auténtico yo. 

Sentimos que tenemos derecho al amor, igual que nos sentimos con derecho a un trabajo a jornada completa al salir de la universidad. Nuestra juventud repleta de trofeos nos ha enseñado que si queremos algo, merecemos tenerlo. Nuestra infancia rebosante de películas Disney nos ha enseñado que las almas gemelas, el amor verdadero y el felices para siempre existen para todos. Y por eso no nos esforzamos ni nos preguntamos por qué no ha aparecido el príncipe o la princesa azul. Nos cruzamos de brazos, enfadados porque no encontramos a nuestra media naranja. ¿Dónde está nuestro premio de consolación? Hemos participado, estamos aquí. ¿Dónde está la relación que merecemos? ¿Dónde está el amor verdadero que nos han prometido? 

Queremos a un suplente, no a una persona. Queremos un cuerpo, no una pareja. Queremos a alguien que se siente a nuestro lado en el sofá mientras navegamos sin rumbo fijo por las redes sociales y abrimos otra aplicación para distraernos de nuestras vidas. Queremos mantener el equilibrio: fingir que no tenemos sentimientos aunque seamos un libro abierto; queremos que nos necesiten, pero no queremos necesitar a nadie. Nos cruzamos de brazos y discutimos las reglas con nuestros amigos, pero ninguno conoce el juego al que estamos intentando jugar. Porque el problema de que "Nuestra Generación no Quiere Relaciones" es que, al final del día, sí que las queremos.

 Marco Guerrero Peralta

lunes, 29 de agosto de 2016

Juan Gabriel: "Lo que se ve no se pregunta".


El cantante y compositor mexicano Juan Gabriel, murió anoche en Santa Mónica (California), dos días después de su último concierto en la ciudad de Los Ángeles. Juan Gabriel fue un ídolo de la música popular latinoamericana, con más de 1500 canciones grabadas, que han sido interpretadas por muchos cantantes, entre los que destacan las españolas Rocío Dúrcal e Isabel Pantonja.

Padre de cuatro hijos, ha sido famosa su entrevista con el periodista Fernando Rincón, quien le preguntó directamente sobre su sexualidad:

“-¿Juan Gabriel es gay?, le pregunta el entrevistador Fernando Rincón. 

Juan Gabriel responde: 

“-¿A usted le interesa mucho? (…) Dicen que lo que se ve no se pregunta”.

Entonces, el periodista le diceyo veo a un cantante frente a mí, veo a un triunfador”, a lo que el artista le responde:Eso es lo más importante, porque uno no vale por las personalidades que otras personas pueden achacar, porque todo lo que uno hace es lo que se queda, es lo que vale”.

“Yo pienso que soy un artista. La televisión hoy vive días en los que hacen preguntas en la que quieren ir más allá por el rating. Yo he aprendido durante la vida que estoy en el infierno y hago mi propia gloria. También he visto que estoy en la gloria y a lo mejor hago mi propio infierno, pero no me llevo a nadie conmigo. Lo que yo digo es lo que yo siento, no soy mentiroso. La vida es una y hay que vivirla. Si hay que pasar a mejor vida tiene que ser en esta. Que se preocupen más por sus propias vidas y que dejen vivir a los demás, agregó Juan Gabriel en aquella entrevista.

De un hombre que muere siempre quedarán sus obras, que son las que hablan por él. Y de Juan Gabriel, además de su familia, sus hijos, sus amores, quedan sus canciones, los boleros, baladas y rancheras, que enamoraron (y desenamoraron) a más de una generación. 


miércoles, 10 de agosto de 2016

¿Quién ha dicho miedo?


-¿Cuál es su mayor virtud?

-El esfuerzo por tratar de mantener una coherencia entre lo que siento, lo que pienso, lo que digo y lo que hago.

-¿A qué le tiene miedo?

-Al temor hay que mirarlo directamente a los ojos, para que se asuste y se vaya".

Margarita Rosa de Francisco Baquero
Mujer, modelo, actriz, miss, compositora, cantante, presentadora...

jueves, 14 de julio de 2016

Cuando El Lebrijano canta(ba)...


El Lebrijano, Juan Peña,  falleció ayer en Sevilla. Era el último integrante de la Generación del Cante de Oro y llegó a ser uno de los grandes innovadores al llevar el flamenco al mundo sinfónico y a sus más profundas raíces árabes. El sevillano tuvo también el privilegio de ser el primer artista flamenco en ofrecer un recital en el Teatro Real de Madrid. Prolífico autor con varias decenas de obras a su nombre, entre estas destacan, además de las nombradas, Evangelio gitano, la primera ópera andaluza en la que contó con la colaboración de Rocío Jurado y la guitarra de Manolo Sanlúcar.

Gabriel García Márquez dijo: "Cuando Lebrijano canta se moja el agua". Esto motivó el disco número 35 del maestro de Lebrija, con letras adaptadas por Casto Márquez, con la aprobación del propio "Gabo", e inspiradas en textos de los "Doce cuentos peregrinos" (mis relatos preferidos del nobel de Aracataca), "Cien Años de Soledad" o "El coronel no tiene quién le escriba".  La producción y composición musical son obra de Pedro y David Peña "Dorantes", sobrinos del cantor.

Esta versión de "La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada" me ha fascinado desde que la escuché por primera vez, porque describe auditivamente ese calor de Macondo, la fantástica tierra de García Márquez ("crótalos, polvo y piedras y sudor por los caminos / en ningún estanque la luna se refleja / nada queda de nadie entre la luz y la niebla...").


viernes, 8 de julio de 2016

¡Ser Feliz! Un mensaje del Papa Francisco

"Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo. Sólo tu puedes evitar que ella vaya en decadencia. Hay muchos que te aprecian, admiran y te quieren. Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones. 

Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros. Ser feliz no es sólo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender lecciones en los fracasos. No es apenas tener alegría con los aplausos, sino tener alegría en el anonimato. 

Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones, y períodos de crisis. Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista para quien sabe viajar para adentro de su propio ser. Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse actor de la propia historia. Es atravesar desiertos fuera de si, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma. Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida. 

Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos. Es saber hablar de si mismo. Es tener coraje para oír un "no". Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta. Es besar a los hijos, mimar a los padres, tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran. Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple, que vive dentro de cada uno de nosotros. Es tener madurez para decir 'me equivoqué'. Es tener la osadía para decir 'perdóname'. Es tener sensibilidad para expresar 'te necesito'. Es tener capacidad de decir 'te amo'. 

Que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz... Que en tus primaveras seas amante de la alegría. Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría. Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo. Pues así serás más apasionado por la vida. Y descubrirás que ser feliz no es tener una vida perfecta. Sino usar las lágrimas para regar la tolerancia. Usar las pérdidas para refinar la paciencia. Usar las fallas para esculpir la serenidad. Usar el dolor para lapidar el placer. Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia. Jamás desistas.... Jamás desistas de las personas que amas. Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible!


miércoles, 6 de julio de 2016

Por un beso

Cortometraje dirigido por David Velduque con la colaboración de la Revista Shangay para el Madrid Pride 2016. Este maravilloso corto habla básicamente del AMOR entre dos personas: Un sentimiento universal y genuino que no todo el mundo parece respetar.

miércoles, 29 de junio de 2016

lunes, 20 de junio de 2016

El Guardián de los Secretos

"Lo primero que hace la muerte cuando te atrapa es enseñarte todo lo que has vivido, lo que dejas atrás -dijo el anciano en un susurro resignado, esbozando aún así media sonrisa-. Es cruel, la muy hija de puta -añadió con una voz gutural y la mirada perdida-. Es como si nos mostrase con saña lo que nos arrebata, para que nos duela más morir."

No hace muchos días, recibí un mail de Óscar Hernández Campano, en el que me informaba de la publicación de su última novela El Guardián de los Secretos. No dudé en conseguir un ejemplar, pues lo conocía por la lectura de El Viaje de Marcos, libro que leí hace unos años y compartí en este blog porque me pareció una obra maravillosa, de las que se leen con el alma comprimida y las lágrimas rodando.

El Guardián de los Secretos no se queda atrás. Es uno de esos libros que te pone en la disyuntiva de leerlo de un tirón, quitándote horas al sueño, o de dosificarlo, disfrutando a sorbos, a capítulos, cada escena, cada confidencia de sus personajes, cada secreto que se confiesa a ese muchacho de la mirada de miel. El Amor, la ternura, el miedo, el coraje, la guerra, la muerte, llenan cada línea de dos historias paralelas que Óscar Hernández Campano teje con maestría, como están tejidas las redes de los pescadores, para que no se quede fuera ningún detalle. 

Con este libro se recupera lo que yo llamo lectura cinematográfica, porque asistimos a cada escena como si la viésemos ante una pantalla, con la diferencia de que, gracias a la magia de las palabras, el lector crea fisonomías, paisajes, olores, texturas y sonidos y se sumerge en este océano de sentimientos, de dolor y de gozo que el autor ha creado con maestría. Es una delicia revivir historias propias en los símiles y metáforas de las que Hernández nos hace cómplices. En mi caso, al menos, me emocionaba recordar enamoramientos que parecían hechizos, "ojos que me miraron y me bañaron con su azul", y todas las veces que la culpa nos agobió porque "una manera de sentir, de desear o de querer debía ser invisible porque nos habían dicho que estaba mal". Con este libro me han vuelto a nacer lágrimas añejas, recordé y reviví a unos azulísimos ojos tristes, volví a reflejarme en unos ojos y a hundirme en su mar de color esmeralda y me prometí en medio de estas páginas a vivir la vida, no como si cada día fuera el último, sino como si fuera el primero.

Gracias, Óscar, por el regalo maravilloso de tu palabra, por llevarnos a mundos tan cercanos y tan lejanos, por compartir con tus lectores tu talento, tus sentimientos y tu sensibilidad. Sabemos que valdrá la pena esperar tu próxima creación.




miércoles, 15 de junio de 2016

¿De dónde eres?

¿Te atreverías a preguntarte quién eres en realidad, 
de qué raza, 
de qué país?


Un mundo abierto comienza por una mente abierta. 

Un vídeo de momondo.es

martes, 7 de junio de 2016

Pequeños proyectos de vida

 publicado en el periódico El Tiempo (Bogotá, Colombia), 
el pasado 3 de junio.

Adolfo Zableh
Adolfo Zableh Durán
Estoy dedicado a los pequeños proyectos de vida, a las tareas de entrecasa. No se trata de ganarse un Nobel, ni siquiera un Simón Bolívar, sino de lograr triunfos pequeños. Labores en las que el rival es uno, no los demás, porque los retos interesantes no son con el resto del mundo.

Ayer arreglé la puerta del baño, que no ajustaba bien, e hice un arroz que no me quedó soplado. Hacer arroz es muy difícil, cualquier persona que haya tratado de hacer uno lo sabe. Lo curioso es que el mundo está lleno de arroz, todos los restaurantes y muchas de las casas lo preparan a diario, y no los ve uno celebrando semejante logro, como si hacer un arroz de fideos como Dios manda fuera sencillo.

La pequeña grandeza es mantener la barriga a raya, cuidarse la piel, no colgarse en los recibos, estar en contacto con las personas que significan algo y con las cosas que alguna vez fueron importantes. Uno vive procurando no perder amigos, prometiéndose volver a verlos, cuando si se alejaron fue por algo. Yo no soporto a mis viejos amigos, y aunque los recuerdo con cariño, creo que ya fue todo para ellos. La amistad, como el amor, no es eterna.

La otra noche pasaron por televisión 'Hechizo de un beso', una película de éxito moderado con Alec Baldwin y Meg Ryan. La vi después de 20 años y entendí que la tráquea de Ryan era preciosa, y que la gente no usa la palabra ‘preciosa’ porque le parece fea. De 'Hechizo de un beso' aprendí también que la vida es muy corta como para pasársela odiando, y que hay que cuidar los dientes. Yo empecé tarde y hoy veo como un pequeño triunfo cada vez que me pongo mi protector contra el bruxismo antes de dormir. La gente tiene los dientes disminuidos de tanto bruxar por las noches porque está llena de miedo.

Y cada mañana, cuando me despierto y los miedos de la noche anterior parecen poca cosa, digo que voy a ser mejor persona, que voy a leer más y a ver menos televisión, que voy a ser más considerado con los desconocidos, mejor hijo y mejor hermano, mejor amigo, mejor trabajador. Luego aparece algo para hacer y dejo todo para última hora, por eso las cosas me salen como me salen, que no me salen mal, pero sí ahí, y ahí es una forma de decir que son aceptables, pero que podrían ser mejor.

Otro pequeño gran proyecto de vida por estos días es reír. Reírse es el mejor plan. Tener sexo, irse de vacaciones y comer no está mal, pero son apenas excusas para la risa. Y lo bonito de reírse es que no es necesario ser feliz para hacerlo. Uno ve gente golpeada por la vida, gente que ha visto a sus seres queridos ser asesinados, gente caída en desgracia, y aun así se ríen. No tiene nada que ver con el dinero. El dinero no hace la felicidad; facilita la vida, pero no garantiza que te vayas a reír. La risa es tan poderosa que de una de ellas puedes enamorarte para siempre.

Otra conquista que me he procurado es no dejarme ganar del miedo. Es el miedo, no la pereza, lo que nos inmoviliza. Es lo que no nos deja hacer las cosas, por eso es más fácil quedarse en la casa comiendo y perdiendo el tiempo que salir a la calle a buscar lo que queremos, que ni idea de lo que sea. Y aunque en teoría queremos ser felices, ignoramos lo que sea tal cosa. Cuando buscamos la felicidad y fallamos, quedamos más tristes que antes.

Hasta hace años creí que la felicidad era viajar, por eso recorrí el mundo entero, pero no sirvió de mucho, más allá de ver muchas ciudades con las que soñé de pequeño. Consumí aviones sin filtro en una carrera que no podía ganar. Y aunque suene a un estilo de vida envidiable, terminó siendo un sinsentido. Yo me iba a morir en uno de esos aviones. Hoy entiendo que felicidad no es pasársela montado en un avión rumbo al próximo destino exótico, sino que el avión aterrice y tener a alguien a quién contarle que llegué bien.



martes, 17 de mayo de 2016

Día Internacional contra la LGTBfobia



El 17 de mayo se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia. Una fecha en la que no nos tenemos que dejar seducir por el brillo de los logros alcanzados por el colectivo LGTB y mostrar nuestro lado más concienciado. Y es que solo con el esfuerzo de tod@s podremos acabar con la discriminación.