"Lo primero que hace la muerte cuando te atrapa es enseñarte todo lo que has vivido, lo que dejas atrás -dijo el anciano en un susurro resignado, esbozando aún así media sonrisa-. Es cruel, la muy hija de puta -añadió con una voz gutural y la mirada perdida-. Es como si nos mostrase con saña lo que nos arrebata, para que nos duela más morir."
No hace muchos días, recibí un mail de Óscar Hernández Campano, en el que me informaba de la publicación de su última novela El Guardián de los Secretos. No dudé en conseguir un ejemplar, pues lo conocía por la lectura de El Viaje de Marcos, libro que leí hace unos años y compartí en este blog porque me pareció una obra maravillosa, de las que se leen con el alma comprimida y las lágrimas rodando.
El Guardián de los Secretos no se queda atrás. Es uno de esos libros que te pone en la disyuntiva de leerlo de un tirón, quitándote horas al sueño, o de dosificarlo, disfrutando a sorbos, a capítulos, cada escena, cada confidencia de sus personajes, cada secreto que se confiesa a ese muchacho de la mirada de miel. El Amor, la ternura, el miedo, el coraje, la guerra, la muerte, llenan cada línea de dos historias paralelas que Óscar Hernández Campano teje con maestría, como están tejidas las redes de los pescadores, para que no se quede fuera ningún detalle.
Con este libro se recupera lo que yo llamo lectura cinematográfica, porque asistimos a cada escena como si la viésemos ante una pantalla, con la diferencia de que, gracias a la magia de las palabras, el lector crea fisonomías, paisajes, olores, texturas y sonidos y se sumerge en este océano de sentimientos, de dolor y de gozo que el autor ha creado con maestría. Es una delicia revivir historias propias en los símiles y metáforas de las que Hernández nos hace cómplices. En mi caso, al menos, me emocionaba recordar enamoramientos que parecían hechizos, "ojos que me miraron y me bañaron con su azul", y todas las veces que la culpa nos agobió porque "una manera de sentir, de desear o de querer debía ser invisible porque nos habían dicho que estaba mal". Con este libro me han vuelto a nacer lágrimas añejas, recordé y reviví a unos azulísimos ojos tristes, volví a reflejarme en unos ojos y a hundirme en su mar de color esmeralda y me prometí en medio de estas páginas a vivir la vida, no como si cada día fuera el último, sino como si fuera el primero.
Gracias, Óscar, por el regalo maravilloso de tu palabra, por llevarnos a mundos tan cercanos y tan lejanos, por compartir con tus lectores tu talento, tus sentimientos y tu sensibilidad. Sabemos que valdrá la pena esperar tu próxima creación.
¡¡Lo quiero leer ya!! pero aun no lo encuentro en Colombia.
ResponderEliminarEl viaje de Marcos y Esclavos del Destino me conmovieron muchísimo y se que esté no sera la excepción
Hola "Anónimo". Gracias por tu visita y por tu comentario. Pues hay que leer este libro y el siguiente, que estoy disfrutando ahora: "Cuando duermen los grillos", nueve relatos estupendos. Quizás puedas conseguir por libros por Amazon o por Iberlibro, o pidiendo a tu librería habitual que te los consigan.
ResponderEliminarUn saludo, aunque no sé quién eres.