En estos días, por las tardes
y en algunas noches también,
me estoy sintiendo tan vacío,
como tan sin rumbo.
Sin embargo, continúo
poniendo mi habitual cara
de tranquilidad,
como si nada pasara.
¿Sabés cómo me estoy
sintiendo?
Así como esa montaña del
oriente, esa que por dentro
lleva un túnel, ¿sí la has visto?
Lleva un túnel y miles de
carros atraviesan su
corazón de roca todo
el día, por la tarde y en la
noche también, sin dejarla
recuperar de tal herida.
Si de pronto te diera por
caminar encima de la
montaña, verás que tiene
hierba, árboles, helechos
y hasta sonrientes flores.
Como si nada le pasara por
dentro. Es más, desde el aire
nadie pensaría que entre
todas esas sonrientes
montañas, hubiera alguna
con una herida tan grave.
Claro, es que además la
gente ni siquiera piensa que
las montañas, también
podemos sufrir de amargas
melancolías.
Preciosa analogia, me gusta mucho por que me identifica.
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