La abuela era muy sabia. No porque hubiese pasado años y años sentada en las aulas de clase, porque las mujeres de su época debían aprender a atender la casa, el marido y los hijos. Estudiar era para los hombres (si no se dedicaban a las labores del campo). Pero ella, que se casó por primera vez a los 14 años, parió a los 15 (sin tener idea de cómo era eso), imitó el ejemplo de su padre y no dejó de leer. De todo. Y me enseñó a leer, a disfrutar de los libros. Me regalaba libros más que juguetes, o mejor, esos eran mis juguetes. Recuerdo noches de mi infancia, con ella interpretándome los dibujos grandes de los cuentos ilustrados. Recuerdo cómo ejercía de "censora" durante muchos años y luego intercambiamos los papeles.
Un día la dejé sentada en el salón de casa prometiéndole que nos volveríamos a ver, que vendríamos a España, esa España que ella tenìa en su imaginario por el Hola y los "nobles" retratados en sus páginas. Ella me contestó que nos volveríamos a ver, pero en el Cielo. Y así fue. Una llamada, dos años después de emigrar a esta tierra, me confirmó que ya se había marchado a ese Cielo a esperarme. Y me quedé con las ganas de contarle muchas cosas, más de las que le contaba por teléfono, como el calor del verano, el frío del invierno, la nieve, la caída de las hojas en otoño y el revivir de la naturaleza en primavera. Cosas que ella sabía por los libros y me contaba a su manera, con una explicaciones ingenuas, científicas y teológicas a la vez. Aunque ella se haya ido, es curioso cómo no pasa un día en que, en estos años que llevo fuera de mi tierra natal, no la mencione con un: "como decía mi abuela..."
Vivencias, enseñanzas, creencias, fe. Cosas que se heredan, que se aprenden, que se graban.
- "No hay mejor cama que una conciencia tranquila".
- "Cuando me desvelo, no me desespero porque pienso en los enfermos, los médicos de guardia, los presos, los vigilantes... tantos que, como yo, están despiertos, pero por obligación".
"Si usted lo hace, es a ciencia y conciencia".
"Dios hizo a todos sus hijos. Pero los dedos de la mano no son iguales".
"Corazón de Jesús, salvad a Colombia".
"Cuando sientas que estás peor que nadie, mira para abajo, a los que están peor que tú".
"Hay que ser agradecido. Hasta las gallinas dan gracias a Dios. Cuando beben agua, siempre levantan la cabeza al cielo".
"Me ha cogido la noche en cañadas más oscuras... ¡y aquí estamos!"
"Soy padre, madre y una fiera para defenderlos" (a sus nietos).
"Tanta vanidad la de las reinas de belleza, y hoy puse en la jaula de los canarios las fotos de ellas... y se las comerán los gusanos igual que a mí". (La abuela era muy bella -objetivamente hablando- y él único maquillaje que usó siempre fue la barra de labios).
Hola Merlín.
ResponderEliminarHay abuelas cuya sombra es alargada, muy alargada. Que nunca dejan de estar presentes, aunque falten. Porque son sabias, porque no les faltan las fuerzas, porque no dejan de querer ni se cansan de vivir. Quizá por eso es la vida la que se cansa de ellas y las abandona en una habitación sin presente y cada vez con menos pasado.
Me considero afortunado por haber tenido también una abuela así.
Saludos de nieto huérfano.
Gracias Tentetieso por tu mensaje. Me alegra que hayas tenido una gran abuela. La mía era muy especial y merece muchos más post que procuraré publicar pronto. ¡Vaya que si me quería! Yo era su nieto favorito y estoy seguro que sigue cuidándome "de todo mal y peligro" y procurando impedir que "no se me asiente ni una mosca".
ResponderEliminarSaludos también huérfanos.
Qué lindas palabras para tu abuela y muchas otras que, como ella, nos siguen acompañando desde el cielo y ahora estarán sonriendo, felices, porque las sentimos cerca.
ResponderEliminarLeo vuestras palabras con alegria y tristeza al mismo tiempo. Yo gracias a Dios tengo todavía a mi abuela y la verdad es que no puedo pensar el día en el que no pueda verla.
ResponderEliminarMe gustaría que todo el mundo la conociera un poquito. Os aseguro que es todo un huracán y eso que sólo tiene 81 años. O mejor dicho como dice ella si cambias los dígitos de orden sólo tiene 18.
Increíble, un lazo similar me unía a mi abuelo.. y seguramente él tmb me aguarda en aquél cielo.
ResponderEliminarOjalá hubiese tenido una abuela a quien adorar y de - y con- quien aprender.
Wow.. tenés un espacio fantástico.. caí por las causalidades del google y espero poder volver.
Te dejo un beso. Amaranta.-