Esta entrada viene a propósito de los comentarios publicados por Tenmempié sobre la historia de Tony Wilson. Este británico, presentador de televisión y fundador del sello discográfico Factory Records, se vio abandonado por la Seguridad Social de su país que se negó a cubrir los gastos de su tratamiento contra el cáncer de riñón, pero acogido por muchos amigos y artistas que se encargaron de reunir el dinero para ello. Aunque a veces se pierde la confianza en el ser humano, también es cierto que actitudes como las de los amigos de Wilson reiteran aquello de que no todo está perdido en la humanidad.
El contrapunto, que parece que siempre lo hay, para que todo se note más, lo hemos visto esta mañana en los noticieros de la televisión. En los días posteriores al terremoto que azotó a Pisco y otras poblaciones de Perú que desaparecieron del mapa y en el que murieron más de 500 personas, se ven escenas dantescas. Miles de personas sin agua, sin electricidad, sin alimentos, sin carreteras que permitan el acceso de auxilios. Riesgos de epidemias. Mucho dolor. Y dentro de todo, la solidaridad de mucha gente desde distintas partes del mundo. Pero también "personas" (no sé si humanas -valga la redundancia-) que tratan de sacar beneficio personal de ello. Políticos atesorando las donaciones en dinero y en especie. Y gente del común robando. Y no digo robando comida (que hasta lo entendería). ¡Robando electrodomésticos! ¡En un lugar sin casas y sin luz eléctrica!
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