jueves, 6 de diciembre de 2007

La Negra, la ex-guerrillera

Me dejó de piedra una noticia de ayer. ¿Qué digo? ¡Me dejó de agua! Me sacó las lágrimas ver a una jovencita guerrillera colombiana, apodada La Negra, que decidió fugarse, caminar 24 horas por la selva y devolver a su hogar al pequeño Brian que tenía "a su cargo", secuestrado hacía seis meses en su guardería y por el que pedían una millonaria suma de dinero como rescate. Algunos dicen que se le despertó el instinto maternal, otros que fue impulsada por un "compañero en la lucha armada", pero lo que si es indiscutible es su sentido de humanidad, que parece aun le queda a uno que otro de los insurgentes que mantienen en vilo la seguridad de Colombia y a esta chica que posiblemente haya estado en la guerrilla como tantas otras que fueron engañadas y obligadas a "alistarse".
Yo no me explico como alguien en sus cabales puede arrancar de su familia a uno de sus miembros, máxime si es un niño. Brian, el menor de esta historia, se despidió de su captora con un gesto inocente de cariño, besándole la mano que lo mantuvo preso, la misma mano que agarraba con confianza hasta el momento en que La Negra se entregaba a las autoridades y devolvía el niño a su madre.

Brian con sus padres

La guerrillera, que llevaba consigo un ejemplar de la Biblia, entró de inmediato al programa de reinserción que da beneficios judiciales, sociales y de educación a los rebeldes que se entregan.

Según La Nación.com los datos oficiales dicen que en los últimos cinco años más de 12.000 insurgentes han abandonado las armas. En los últimos 10 años, 24.000 personas han sido secuestradas en Colombia por grupos armados ilegales, incluidos unos 2700 niños. Entre los menores en poder de los rebeldes se encuentra el pequeño Emmanuel, de tres años de edad, que llegó al mundo en una improvisada enfermería de la selva colombiana, fruto de la unión entre un guerrillero y Clara Rojas, quien fue secuestrada en 2002 por las FARC, junto con la ex-candidata presidencial Ingrid Betancourt. La existencia de Emmanuel se conoció en abril del año pasado. "Jhon Frank Pinchao [un rehén que se fugó seis meses atrás de las FARC] nos contó que los secuestrados rompen sus camisas para coserle algo de ropita y que, como mi hija no está bien alimentada, se lo dieron a cuidar a otra gente. ¿Cómo puedo concebir que hagan eso con un niño?", cuestionó, en agosto de este año, la abuela de Emmanuel. Las FARC, por otro lado, también son acusadas de reclutar a miles de niños para que integren sus filas.

Hace poco me unía las oraciones que pedía un bloguero colombiano por la liberación de Ingrid Betancur y los demás secuestrados de Colombia, y recordaba la triste historia de mi amiga Sandra. Hoy pido a Dios que ablande los corazones de los guerrilleros para que, como La Negra, un pedacito de humanidad que les quede les permita devolver la alegría a tantos hogares rotos por unos "ideales" para los que no encuentro calificativo razonable.

1 comentario:

  1. Lo del secuestro me llega. Me atosiga aun en este cucurucho de algodon que es la torre de marfil de la academia. Me pregunto cuando va a terminar -me respondo que nunca- y trato de explicarlo a las personas que toman la dignidad humana como un hecho inalienable. Algo que no existe en las mentes de los delicuentes que deambulan por las selvas de Colombia repartiendo miseria.
    Besotes.
    La negrita, desde la puta mierda...

    ResponderEliminar