Acaba de comenzar el mes de Ramadán, el noveno mes lunar, durante el cual se empieza el ayuno o Siyam con la aparición de la luna a finales del Sha'ban (octavo mes en el calendario lunar islámico).
Los pilares del ayuno en el Islam, que es obligatorio a todo musulmán adulto, sano y con juicio, bien sea hombre o mujer, en el mes de Ramadán, o en otros meses, son los siguientes:
1) La abstinencia de todo aquello que rompa el ayuno (bien sea bebida, comida o relaciones carnales) desde el alba hasta la puesta del sol. 2) Tener presente la intención. Se debe tenerla presente en la mente y en el corazón, sin necesidad de decir nada con la lengua (de pronunciar algo concreto (es decir la intención), tiene que ser antes del fayr (inicio del tiempo de la primera oración del día), y puede ser dicha diariamente, o por todo el mes desde su inicio.
Durante el mes de Ramadán se conservan, entre otros, los siguientes deberes:
1) As-suhur: El suhur consiste en tomar algún alimento por la madrugada, siempre antes del Fayr, por muy poco que sea la cantidad de comida o bebida, aunque fuera un poco de agua, tiempo que se extiende desde la medianoche hasta la entrada del momento de la oración, antes de las primeras luces del alba, con la intención del ayuno presente en la mente.
2) Romper el ayuno inmediatamente después de la puesta del sol y al comienzo del tiempo de la oración de magrib
3) El abstenerse de todo lo que contradice el ayuno en lo moral: Ya que el ayuno es una gran escuela de disciplina y doctrina, tanto espirituales como morales, pues no se limita a la abstinencia de comer o beber solamente, sino de todo lo que sea mala palabra, mal acto o mal pensamiento. El ayunante debería ser indulgente en caso de ser insultado o agredido por alguien, debiendo evitar todas las obscenidades.
4) El uso del siuák durante el ayuno: Es un trozo de rama de un árbol especial que se encuentra en la península arábiga y que es de muchos beneficios, tanto para los dientes como para las encías y la boca, y se usa como un cepillo de dientes.
5) Ser generoso: El musulmán siempre tiene que ser generoso, pero lo es más en el mes de Ramadán.
6) Incrementar la lectura del Sagrado Corán: Durante el mes de Ramadán, en que fue revelado el Sagrado Corán, se debe recitar éste con mayor frecuencia que en los otros meses.
7) Incrementar las prácticas: Sobre todo en los últimos diez días del mes de Ramadán
Durante el periodo de abstinencia está peremitido bañarse, ducharse, nadar con la conidicion de que no se trague agua por boca o nariz; usar colirios; el beso, pero sin llegar al orgasmo o salido de lìquido seminal; las inyecciones, siempre y cuando no sean nutritivas; comer, beber y tener relaciones sexuales desde que se rompa el ayuno (puesta de sol) hasta la salida del alba. En caso de tener relaciones sexuales durante la abstinencia, queda anulado el ayuno de dicho día y hay que hacer lo que se conoce en el Islam como Kaffárah: Ayunar dos meses seguidos, si le fuera posible, o dar de comer a 60 pobres, en caso de no poder ayunar, o librar a un esclavo, si no puede ayunar o dar de comer a 60 pobres.
¿Y los cristianos?
Debido a que el cristianismo proviene de forma directa del judaísmo, el ayuno cristiano comparte muchas características con el ayuno judío.
La características del ayuno varían entre las denominaciones, el catolicismo distingue entre "ayuno" (que involucra tres comidas diarias, en las que sólo una puede incluir carne roja) y "abstinencia" (ninguna carne roja). El período de ayuno más conocido es la cuaresma, el cual tiene unos 40 días de duración. En la actualidad, la iglesia católica ha ido sustituyendo esta práctica por un ayuno que implica el privarse de algo deseable como ofrenda a Dios. Cerca de la mitad de los protestantes carecen de la tradición del ayuno. En iglesias evangélicas y de otras denominaciones , el ayuno se practica frecuentemente, muchos de los cuales lo llevan a cabo con abstinencia total de alimentos durante un lapso de tiempo, ingiriendo solamente agua.
El ayuno debe realizarse con el fin de buscar la presencia de Dios, alimentar el espíritu y así poder tener control sobre la naturaleza carnal. (Gálatas 5:16-17) Es de aclarar que la Biblia enseña que no es correcto ayunar con el fin de ser visto por otros y aparentar ser espirituales. (Mateo 6:16)
En la práctica del ayuno cuaresmal se tenía en cuenta la edad y la salud de las personas, y era más intenso y severo para los catecúmenos que se preparaban para el bautismo y para los penitentes públicos. Al principio el ayuno cuaresmal llevaba consigo también la abstinencia de ciertos alimentos, sobre todo de la carne y de lo que proviniera del mundo animal, de los huevos y productos lácteos. Incluso el vino era considerado materia de abstinencia.
Entre las prácticas fundamentales de la penitencia fija la observancia del ayuno y la abstinencia, especialmente y como práctica común para todos los fieles, en los días señalados como penitenciales. Y es que según rezan sus cánones, todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, si bien se guardará ayuno y abstinencia el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; y la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. En los tiempos actuales, no obstante, los responsables de la Iglesia Católica prefieren primar el espíritu de penitencia sobre el ayuno. En este sentido, es la Conferencia Episcopal quien se reserva determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, pudiendo ser sustituidos en todo o en parte por otras formas de penitencia, como pueden ser las «obras de caridad y prácticas de piedad».
A pesar de esto, recuerdo vívidamente las prácticas que hacía seguir mi abuela en mi familia: Abstinencia de carnes (así, en plural) el Miércoles de Ceniza, todos los viernes de cuaresma y el Viernes Santo. Y ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, que consistía en privarse de gustos (ella ayunaba de cigarrillos y se ponía de un mal genio espantoso), así como ampliar las horas entre comidas y limitar la ingestión de alimentos. Creo que hoy en día los católicos han (hemos) ido relajando esas prácticas y hoy nos asombra lo estrictos que son los musulmanes con el seguimiento de su sagrado mes de Ramadán.
Este largo post, que contradice el principio bloguero de la brevedad, los hago para levantar mi mano de admiración por los musulmanes en el cumplimiento de sus deberes religiosos. A muchos les parecerán absurdos y seguirán tratándolos como "moros de m...", pero yo me quito el sombrero ante el respeto que tienen por sus tradiciones.
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