Somos testigos de los insultos, reproches, celos absurdos, reclamos infantiles de parejas cuya incompatibilidad de resuelve, finalmente, permaneciendo juntos, pero no como una verdadera reconciliación y una nueva madurez, sino como un infierno aceptado por miedo a la nada que queda a las puertas del mismo.
Comentario del crìtico de cine Luis Alberto Álvarez, a propósito de la película
Todo es Mentira (1994), del director Álvaro Fernández Armero.
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