Cuando los dioses, celosos de la felicidad de aquel hermoso engendro de dos cabezas, cuatro manos, cuatro pies y dos sexos, decidieron partirlo en dos y crearon al hombre y la mujer como seres separados, no supieron el zaperoco que vinieron a armar. De ahí lo que dan en llamar la "insatisfacción fundamental", el extraño sentimiento de andar buscando una cosa que nos falta sin poderla encontrar. El lío está en que como esos seres redondos y perfectos no estaban contramarcados ni tenían número de serie, al separarlos y echarlos a rodar por el mundo, nunca volvieron a estar seguros, cuando se encontraban, de que eran exactamente los complementarios. Esto nos lleva, desde hace milenos a darnos de narices con "repuestos no originales" que deterioran la marcha de la maquinaria del Amor, o de lo que creemos que es el Amor. Qué lástima que en tiempos primigenios no existiera el código de barras. La búsqueda del alma gemela es tarea agotadora y que inflama las meninges cuando, de una parte, logramos encontrar a alguien que encaja bien con nosotros en el aspecto puramente físico -puro hardware-, y nos damos cuenta que el software no es el adecuado,... y viceversa. En fin, la vida de pareja es algo sin solución, así que sigamos jugando a ese "mecano" cósmico que es el Amor.
Autor desconocido
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