Y es que no nos damos cuenta de qué misterio tan grande y maravilloso es ese de la concepción, porque suponiendo la misma carga genética en cada aportación (mis padres son los mismos que los de mis hermanos) es un misterio que seamos tres hijos, tan diferentes, y sobretodo en ese orden, que podría haber sido al revés, o cualquiera de mis potenciales millones de hermanos o de "yo mismos" hubiesen podido nacer antes que cualquiera de nosotros.
Y es que no nos damos cuenta de qué misterio tan grande y maravilloso es ese de la concepción, porque suponiendo la misma carga genética en cada aportación (mis padres son los mismos que los de mis hermanos) es un misterio que seamos tres hijos, tan diferentes, y sobretodo en ese orden, que podría haber sido al revés, o cualquiera de mis potenciales millones de hermanos o de "yo mismos" hubiesen podido nacer antes que cualquiera de nosotros.
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