sábado, 27 de junio de 2009

Salir del Armario



Esta expresión, traducida del inglés, significa asumir públicamente la condición homosexual. Me parece muy oportuno hablar de condición y no de esencia, porque los comportamientos, a lo largo de la vida, pueden ser variables; las esencias, no. Nuestra lengua tiene un tesoro; el verbo ser y el verbo estar, que distinguen lo inmutable de lo circunstancial. Estamos vivos, no somos vivos. Del mismo modo, se está heterosexual u homosexual, según el período de Eros. (Aún en el caso de que un comportamiento sexual fuera el mismo durante toda la vida, lo correcto sería emplear el verbo estar, para reforzar el carácter de comportamiento de la sexualidad, no de esencia. Si bien estamos vivos a lo largo de nuestra vida, no decimos "soy vivo").

Salir del armario fue un movimiento iniciado en Estados Unidos, a fin de que la realidad sumergida de la homosexualidad masculina y femenina viera la luz: dejara de ser un fantasma temido o deseado y asumiera su carácter real de opción libre y desprejuiciada. Tenía, también, una finalidad didáctica y ejemplarizante: mostrar al mundo que su vecino, su actriz favorita, su jefe, la banda de música o la escritora que admira, practican la homosexualidad de manera permanente o circunstancial. No es una finalidad propagandística (no se trata ni de un partido político ni de una organización social) sino representativa: la mayoría de los anuncios luminosos, en la noche de Nueva York o de Barcelona, no buscan vender más, sino dejar constancia de la existencia de tal banco o compañía de seguros.

Me tocó estar en Norteamérica, este año, en el mes de junio, cuando Nueva York celebra, como ninguna otra ciudad del mundo, el día del orgullo gay. (Sólo San Francisco competía con Nueva York en esa celebración, pero los últimos años la gran metrópoli ha tomado la delantera). Por otro lado, se inauguraba el Mundial de Fútbol, un deporte minoritario en ese país. Los Juegos Olímpicos Gays (en los que podían participar todos los ciudadanos, sin distinción de sexos, ni de actividad sexual, ni de raza, ni de edad) reunieron a más de diez mil participantes. Los diarios más importantes de la ciudad (como el semanario "New York") se preguntaban en portada, si todo el mundo es gay, a raíz de la llegada a la ciudad de un millón de homosexuales, y a la salida del armario de famosos y famosas que declaran su opción sexual.

Esta declaración pública (que tanto eco ha tenido en los medios de comunicación de Estados Unidos) es el primer paso para terminar con el sentimiento de culpa de muchas personas, hombres y mujeres, cuya opción sexual, minoritaria, era un estigma. Al fin y al cabo, los comportamientos mayoritarios (fanáticos, obsesivos) suelen ser una regresión.

El misterio que ha rodeado a la homosexualidad, hasta ahora, empieza a descubrirse. Las nuevas generaciones tendrán un fantasma menos y una certeza más: la de la libertad.


Cristina Peri Rossi, en El Colombiano.

2 comentarios:

  1. Qué bueno, fascinante reflexión... y encabezada por los bombones de Bel Ami... imposible no leerla varias veces.

    Un abrazote.

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  2. Los mas importante es entender que la "salida del armario" es un camino sin retorno... una vez fuera, no se puede dar marcha atrás.

    Saludos,

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