Todo comenzó una noche. El sapito se había enamorado de ella y se lo dijo y la ranita contestó que no había nacido para amar, sino para croar y saltar en el estanque.
El sapito insistió y aquella noche la invitó a bailar, y bailaron y bailaron hasta que la ranita se embriagó de tanto dar vueltas y amó al sapito.
Pero la noche tuvo que esconderse cuando apareció don sol.
A la mañana siguiente la ranita no quiso recordar lo que había pasado. "Cuestión de embriaguez", decía.
Pero el sapo supo que la ranita lo amaba y él la amó.
Y la amó siempre y ella también aunque siempre alegó cuestiones de embriaguez.
El sapito triste supo que debía conformarse con mirarla, y la ranita a su vez no pudo evitar mirarlo, y se miraron tanto, que sus ojos crecieron como crece el amor.
Hoy en día ambos ostentan enormes ojos pero no se aman, dice ella.
Y el sapito a veces llora y la ranita continúa jugando y croando en el estanque.
Fabulario. Roberto Gómez
ResponderEliminarJejejeje
hermoso relato..
creo que el amor ha sido la fuente de mil historias lindas que narran su nacimiento... su evolucion... su final.
Ya nos tardaríamos diez vidas en encontrar todas estas historias, y diez mas en llevarlas a la vida útil.
Besitos desde mi lejana galaxia
y colorín colorado este cuento no solo no ha terminado es que todavía no ha empezado.
ResponderEliminarAcontecio que una ranita de ojos crecientes como la luna en cierta fase, temía que su sapito fuera en verdad su príncipe azul. Lo temía porque sabía que los principes no existen y ni siquiera son de ese color.
La ranita decía "no me atrevo" porque no quiero jugar contigo, la ranita escribía "no te enamores de mi" pero lo que de verdad temía la ranita era enamorarse de su sapito, que era más simpatico y genial que un principe aunque fuese azul!
y la ranita no quería perder la amistad con su sapito
y sus ojos eran como lunas, por las lunas que no dormía.
mas que todos los sapos lo sepan, solo un sapito ha sido querido y amado por una ranita, aunque la ranita no se atreva a reconocerlo. Ya que de todos es sabido, las ranitas, desearian vivir un solo momento de pasión, pero también son fieles a sus compromisos previos, y la ranita estaba ya casada.
La ranita amaba a su ranito, aunque nunca con pasión, si con un compromiso.
La ranita dudaba si acaso no sería mejor una semana de pasión con su sapito o toda una vida de perfecto y monónotono amor con su ranito!
La ranita deseaba que sus fantasias fueran realidades, pero a la vez la razón dominaba, por fuerza de costumbre al corazón!
la ranita llora en secreto, en su charcha y no se atreve a contar a su sapito tantas cosas, tantos encantos y desencantos de amores que la vida nunca le quiso dar.
La ranita amaba a su sapito, tanto que solo deseaba su felicidad, y decidía que era mejor que otra sapita ocupase el lugar que ella ni siquiera merecía.
Así que la ranita pensó en morir, había oído decir que de pena también se muere, pero solo consiguió apenarse.
Fue entonces que un ada madrina, apareció en esta historia.
le concedió tres deseos
la ranita no dudo y pidio sus tres deseos:
que el sapito fuera feliz toda su existencia
que el sapito fuera feliz con la persona que quisiera
que el sapito no fuera principe ni azul
y dicho esto el sapito sintió un beso de color azul!
el ada madrina dijo que concedería el deseo
y fue justo en este momento que el autor del comentario añade
colorín colorado este cuento todavía no ha terminado, así que si alguien quiere saber que pasará tendrá que esperar.
en la próxima entrega se sabran muchas cosas:
cumplirá su palabra el ada madrína?
sera de color azul el ada madrina?
será el sapito el principe de corazones?
será la ranita capaz de contar sus penas al sapito?
los ojos de la ranita, si siguen creciendo cabrán en su carita, o será como el amor, que cuanto más se dá mas se tiene?
todas estas preguntas y otras más interesantes serán respondidas cuando el cuento vuelva a continuar con ese "erase una vez una ranita que...!
continuara!
hay un fado que se llama LAGRIMA
ResponderEliminarun fado que dice que
me despierto con penas
y con más penas me levanto
yo digo que no te quiero
pero, ¡ay de noche!
de noche...
sueño contigo
si considero que un día
he de dejar de morir
no desespero más que por
dejarte de ver
si un día supiera que muriendo
tu me habías de llorar
que alegria me dejaría matar!
Por una lágrima
por una sola lágrima tuya
que alegría ay!
me dejaría matar!
Wao.
ResponderEliminarNo se si me encantó mas la publicación de Merlín o el comentario a tipo de cuento del Anónimo.
Ambos están muy tiernos y geniales.
Jajaja que lindo, me encanto!
ResponderEliminarJeje Esa ranita es terrible, como ignora al pobre sapito bailarin y pachanguero!
Un abrazo purpura