Una tarde que ya nunca olvidarás
llega a tu casa y se sienta a la mesa.
Poco a poco tendrá un lugar en cada habitación
en las paredes y los muebles estarán sus huellas
destenderá tu cama y ahuecará la almohada.
Los libros, precioso tejido de años,
se acomodarán a su gusto y semejanza,
cambiarán de lugar las fotos antiguas.
Otros ojos mirarán tus costumbres
tu ir y venir entre paredes y abrazos
y serán distintos los ruidos cotidianos y los olores.
Cualquier tarde que ya nunca olvidarás
el que desbarató tu casa y habitó tus cosas
saldrá por la puerta sin decir adiós.
Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa,
reacomodar los muebles, limpiar las paredes,
cambiar las cerraduras, romper retratos,
barrerlo todo y seguir viviendo.
María Mercedes Carranza
Que lindo!
ResponderEliminarSiempre encuentras los textos más exquisitos! Felicidades!
Un abrazo
Uffffffff, este poema de Carranza duele como todas las verdades.
ResponderEliminarUn saludo.