Suele ser siempre cuestión de magia
o química -como le dicen algunos-,
pero claro, como ponemos nombres equivocados
a las cosas que no entendemos,
muchas veces le decimos al viento
o a unos ojos negros:
Te quiero.
Y nos embarcamos en un viaje de no retorno
en el que solo se salva
el final de la historia trágica o cómica
o, peor aún, feliz.
Nos sentimos dueños
de algo que no podemos explicar
y comprometidos con lo que más tememos
y nunca llega: El futuro.
Comienzan las condiciones
porque hasta ser incondicional
es poner una condición.
Y cuando se está con otro
por temor a perderlo
-porque te pierdes-
y cuando se trata de sostener una relación
-porque no basta con relacionarse-
se sufre más en dúo que en solitario
porque en solitario sólo te preguntas
qué hacer con una tarde sabatina
o con dos besos atrancados en los labios.
Pero en dúo te preguntas
qué hace él en esta tarde sabatina
y de quién son esos besos
enredados en sus labios.
¡Carajo! Si para sufrir
sólo uno
pero para sufrir y joderse
se necesitan dos.
Natalia Solano Bonett
Psicóloga y actriz. 1995
Como dicen las abuelitas.
ResponderEliminarPara amar y pelear se necesitan dos...
Saludos
Hace ya tanto tiempo que no veo a nadie, que se me habia olvidado cuanto sufre uno por ellos...
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