De las conductas indecorosas en la mesa de mi señor.
(Del libro Notas de Cocina de Leonardo Da Vinci)
(Del libro Notas de Cocina de Leonardo Da Vinci)
Pocos lectores saben que Leonardo Da Vinci fue maestro de banquetes en la corte de Ludovico Sforza durante más de treinta años; pocos conocen sus trabajos como jefe de cocina de la taberna Los Tres Caracoles. El llamado codex romanoff (descubierto en 1981), una libreta en la que el polifacético artista anotaba recetas y comentarios acerca de los buenos modales en la mesa, muestra su interés por el arte de cocinar. Un tratado que nos descubre facetas insólitas del más grande de los genios universales. (Librería Santa Fe).
Estos son hábitos indecorosos que un invitado a la mesa de mi señor no debe cultivar (y baso esta relación en mis observaciones de aquellos que frecuentaron la mesa de mi señor durante el pasado año):
-Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado.
-Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa.
-Tampoco ha de sentarse debajo de la mesa en ningún momento.
-No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.
-No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento.
-No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.
-No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de sus vecinos de mesa.
-No utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa.
-No ha de limpiar sus armaduras en la mesa.
-No ha de tomar la comida de la mesa y ponerla en su bolso o faltriquera para comerla más tarde.
-No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y después retornar la fruta mordida a la misma fuente.
-No ha de escupir frente a él.
-Ni tampoco de lado.
-No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa.
-No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos.
-No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles.
-No ha de poner el dedo en la nariz ni el la oreja mientras está conversando.
-No ha de hacer figuras moldeadas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa (a menos que mi señor así se lo pida).
-No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa.
-Ni tampoco serpientes ni escarabajos.
-No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama.
-No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor).
-No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos.
-Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa.
-No ha de golpear a los sirvientes (a menos que sea en defensa propia).
-Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa.
*** *** ***
NOTAS: A estas alturas del siglo XXI, este texto parece cosa de risa . Sin embargo, puedo afirmar que he visto algunas de esas cosas -y peores- en mesas de elegantes restaurantes y en casas de personas muy "respetables".
La fotografía es una obra de la serie Passion of Christ, de Robert Recker,
Hola Merlín,
ResponderEliminarTienes razón, se ven cosas terribles y seguramente a Leonardo le faltó mencionar algunas otras como maldecir en la mesa de su señor, eructar, explusar gases y pelear con otros comensales por mecnionar solo algunos.
Interesante el dato, no tenía ni idea, definitivamente Leonardo fué un personaje universal.
Saludos,
Jua jua jua
ResponderEliminarHay que ver las costumbres europeas del pasado..... del pasado?