EL ROMANCE DE LA NIÑA NEGRA.Luis Cané, Argentina: 1897-1957
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en la puerta de su casa
estaba la niña negra.
Un erguido moño blanco
decoraba su cabeza;
collares de cuentas rojas
en su garganta dan vueltas.
Las otras niñas del barrio
juegan en la vereda;
las otras niñas del barrio
no quieren jugar con ella.
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un silencio sin lágrimas,
lloraba la niña negra.
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un féretro de pino
reposa la niña negra.
A la presencia de Dios
un ángel blanco la lleva;
la niña negra no sabe
si ha de estar triste o contenta.
Dios la mira dulcemente,
le acaricia la cabeza
y hermosas alas blancas
a sus espaldas sujeta.
Los dientes de mazmorra
brillan en la niña negra.
Dios llama a los ángeles
y dice: "Jugad con ella".
almidonada y compuesta,
en la puerta de su casa
estaba la niña negra.
Un erguido moño blanco
decoraba su cabeza;
collares de cuentas rojas
en su garganta dan vueltas.
Las otras niñas del barrio
juegan en la vereda;
las otras niñas del barrio
no quieren jugar con ella.
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un silencio sin lágrimas,
lloraba la niña negra.
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un féretro de pino
reposa la niña negra.
A la presencia de Dios
un ángel blanco la lleva;
la niña negra no sabe
si ha de estar triste o contenta.
Dios la mira dulcemente,
le acaricia la cabeza
y hermosas alas blancas
a sus espaldas sujeta.
Los dientes de mazmorra
brillan en la niña negra.
Dios llama a los ángeles
y dice: "Jugad con ella".
El niño de los Ojos Azules sentía o creía que los otros niños no querían jugar con él. Y en su silencio lloraba lágrimas azules, porque no le amaban, porque algunos se fueron, porque se encontraba solo. Y buscaba y buscaba quien compartiera sus juegos, sus soledades, su nostalgia. A veces encontró compañeros para un rato, una noche o un fin de semana. Algunos quisieron estar con él por mucho tiempo, pero el niño de los Ojos Azules no se sentía preparado para ciertas partidas. Creía que no podía corresponder a las exigencias de un equipo, de un equipo de dos para muchas temporadas. Y dejaba de jugar. Y volvía a mirar por la ventana. A encerrarse en sus penas, que no sabia de dónde venían ni por qué. Lo intentaba de nuevo. Salia con sus mejores galas, a veces se refugiaba en el bullicio ... y al otro día a sentirse de nuevo abandonado, asqueado, extraño, dolido.
Un sábado como hoy desplegó sus alas hacia el cielo y voló con una sonrisa en el rostro, porque su Ángel Guardián lo acompañó hasta el cielo de los que en la tierra eran tristes, y por toda la Eternidad juegan con él, felices, sin penas ni nostalgias por lo que fue o por lo que no pudo ser.
Rodeado de bellos ángeles juega hoy el Ángel con los Ojos Azules más bellos del firmamento.
Vivan los ángeles guardianes que no nos abandonan. Nosotros solemos abandonar muy a menudo.
ResponderEliminarSeguro que SIEMPRE estará a tu lado y velará por ti.
ResponderEliminarUn beso