lunes, 5 de octubre de 2009

Si se calla el cantor...

Si se calla el cantor,
calla la vida,
porque la vida,
la vida misma
es toda un canto.

Y ¿qué ha de ser de la vida,
si el canta no levanta su voz en las tribunas
por el que sufre,
por el que no hay una razón
que lo condene a estar sin rumbo.




Te vas Alfonsina
con tu soledad
qué poemas nuevos
fuiste a buscar?


Mi unicornio azul
ayer se me perdió
pastando lo dejé y desapareció
Y yo no tengo más
que un unicornio azul...


Se ha ido Mercedes Sosa. Y hoy, al ver sus imágenes por la tele me vinieron a la mente viejas vivencias de mi época universitaria, cuando con el grupo de amigos cantábamos todas sus canciones, comprábamos emocionados hasta 15 entradas en la misma fila para ver un concierto suyo en el teatro Pablo Tobón Uribe de Medellín. La Negra la llamaban en Argentina. Pero para nosotros era simplemente la voz que se levantaba por los que no tienen voz, la mujer que llevó la protesta latinoamericana a todos los escenarios del mundo. La que cantó las letras de Víctor Jara, de Alfonsina Storni, de Atahualpa Yupanqui y de tantos otros cantores de América. La que nos hacía llorar por su unicornio azul perdido. La que estuvo exiliada de su país. La del poncho y el tambor. La que volvió a su país a cantar en medio de una terrible dictadura. La que no podía callar. La que cantó al amor, al dolor, a la justicia.

La ventaja de artistas de su talla es que su obra los mantiene en la memoria colectiva. No se puede apagar la voz de Mercedes Sosa o de Mario Benedetti, porque quedan sus palabras en los discos o en los libros, porque otros recogerán su testimonio y lo divulgarán, porque sus semillas seguro que han caído en muchos terrenos fértiles.

Mercedes Sosa seguirá viva en muchos corazones, en muchas memorias, en muchas mentes que crecimos con su voz y su discurso.


¡Larga Vida Eterna, Mercedes!

3 comentarios:

  1. No sabes cuánto ha significado Mercedes en mi vida. Desde niño la he escuchado, gracias a mis papás. Luego fui conociendo más de ella, interpretando sus letras y luego supe de su pensamiento y de su compromiso. Me hice cada vez más admirador, hasta que tuve la oportunidad de verla por primera vez, en Medellín, el 24 de agosto del 2002. Fue algo maravilloso. Quise hablarle, pero no pude. Luego, el 1 de noviembre del 2006 la ví en el Teatro Colón de Buenos Aires. Pero fue sólo hasta el 22 de diciembre pasado cuando nuevamente en Buenos Aires la ví y pude darle el abrazo que esperé durante toda mi vida. Fue un instante eterno.

    Sin duda se nos fue la más grande, pero sólo físicamente, porque su espíritu siempre se encenderá en los versos que ella enalteció con su voz.

    Un abrazo!

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  2. Ella seguirá viva en los corazones de muchos porque su arte trasciende el tiempo,

    Saludos,

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  3. Veo que muchos estamos afectados por la muerte de la Negra Sosa... y para mí lo más triste es que muchos no la conocían... no saben lo que se pierden. Un saludo.

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