miércoles, 19 de marzo de 2008

En el Día del Padre

Para el padre de Daniel, mi sobrino.
Para el padre de Marcos, mi sobrino "afectivo".
Para el padre de Adriana.
Para el padre de "los Ramírez".
Para todos los buenos papás que hay por el mundo.
Y para las Mamás-Papás.
Hoy es el Día del Padre en España. Día de San José, padre putativo de Jesús (como reza la Novena de Aguinaldos). No es una de esas fechas tan "señaladas", como el Día de la Madre, aunque no deja de ser otra de esas oportunidades que aprovechan los comerciantes para hacer caja.
En muchos lugares es conocida la frase de "Madre sólo hay una y padre es cualquier h.p.", es decir, los maltratadores físicos y emocionales, los que compran lo que creen afecto de sus hijos con dinero, los que ocultan sus infidelidades con lujos, los que confunden hombría con machismo. De esos no quiero hablar.
Nadie ha nacido aprendido. Y para padre o madre no preparan a nadie ni la dan carné de idoneidad. También es cierto que son seres humanos y que los hijos a veces los juzgamos duramente (mientras más jóvenes más estrictos somos con ellos). Pero estoy seguro de que hacen lo que pueden, de la mejor manera que pueden.
Pero también hay que reconocer que "padrazos" todavía quedan. Me precio de conocer algunos, de los amorosos con sus hijos y con su esposa, que cimentan bien una familia, que pueden sentirse seguros, desde temprano, de que dejarán huellas positivas en el mundo. Porque obran desde la bondad de su corazón y desde el Amor. Y nada malo puede salir de ahí.


"A ese niño le falta mano dura". Pero mi papá le respondía: "Si le hace falta, para eso está la vida, que acaba dándonos duro a todos; para sufrir, la vida es más que suficiente, y yo no le voy a ayudar".

"...no es que uno nazca bueno, sino que si alguien tolera y dirige nuestra innata mezquindad, es posible conducirla por cauces que no sean dañinos, o incluso cambiarle el sentido. No es que a uno le enseñen a vengarse (pues nacemos con sentimientos vengativos), sino que le enseñan a no vengarse. No es que a uno le enseñen a ser bueno, sino que le enseñan a no ser malo(...) gracias a la benéfica influencia de mi papá, he podido ser un malo que no ejerce, un cobarde que se sobrepone con esfuerzo a la cobardía y un avaro que domina su avaricia".

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