Según Wikipedia, el trisquel o trinacria celta es un símbolo geométrico y curvilíneo formado por una cruz de tres brazos en espiral que se unen en un punto central configurando una forma en hélice. Aunque existen numerosas variantes, como el conocido trisquel de tres piernas de la Isla de Man, aquella es la que más se repite.
Para la cultura celta, el trisquel representa la evolución y el crecimiento. Representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. Entre los druidas simbolizaba el aprendizaje, y la trinidad Pasado, Presente y Futuro.
Según esta cultura, los druidas eran los únicos que podían portar este símbolo sagrado. Como talismán, era utilizado para aliviar fiebres y curar heridas. Se han encontrado numerosos trisqueles en forma de petroglifos grabados en la piedra; tales vestigios son muy comunes en las comunidades de Galicia y de Asturias, España, convirtiéndose el citado símbolo en un icono representativo de la cultura celta, y reproducido en artículos turísticos y de mercadotecnia.
Por su parte, Monchis, hace una definición de este símbolo y hace algunos propósitos a los que me uno y que me tomo la libertad de citar textualmente:
Este año sí
evolucionaré, cambiaré... creceré.
Nota: para los que no lo conocen, este símbolo celta se llama el Triskel, representa la unión de las tres fuerzas: Aire-Tierra-Agua, las tres dimensiones: Ancho-Alto-Largo, los tres componentes del ser: Cuerpo-Alma-Espíritu. El Triskel simboliza el principio y el fin, la continua evolución... el perpetuo aprendizaje.
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