sábado, 5 de enero de 2008

¿Dónde moriremos?

Según informaron los noticieros, Cristina, una mujer valenciana de 41 años y maestra de primaria murió en Madrid tras caerle encima un escudo de cemento que se desprendió desde 30 metros de altura del edificio de una conocida aseguradora -qué ironía-. Cristina siempre había querido visitar Madrid y cumplir el rito de nochevieja de comerse las uvas en la Puerta del Sol. Este año, ella y una amiga suya, Pilar, cumplieron ese deseo pero el "azar" le dio otro final a la historia, cuando la víctima y su amiga paseaban por la calle de camino al Museo Reina Sofía, justo la víspera de regresar a su ciudad. El accidente ocurrió justo en el lugar donde salen a fumar los trabajadores de la empresa y no afectó a ninguno de ellos (no se ha informado si estaban allí o no) ni a la compañera de la víctima.

Sara, la madre de un antiguo amigo, era quien surtía de arepas a muchas casas y negocios de Medellín. Con su trabajo hasta altas horas de la madrugada, se ayudaba a sostener a su familia. Siempre estaba en la labor: la casa, los hijos, los nietos, los amigos de sus hijos. Para todos siempre tuvo un plato de comida, que milagrosamente hacía "rendir" para todos. Su generosidad y humildad siempre me emocionó porque me recordaba una especie de "multiplicación de los panes y de los peces". Como es común en historias de inmigrantes, su hijo menor -el antiguo amigo- vino a España, luego la madre de sus nietos, que quedaron a su cuidado. Hasta que pudieron "traérsela" a Zaragoza. Aquí vi a Sara feliz, acoplada, sin quejarse de calor ni de frío y desbordando tanta energía como cuando la conocí, tanta que seguía con su negocio de las arepas por los locutorios de la ciudad. Un día volvió a Medellín, "solo de vacaciones" y a celebrar los 15 años de su nieta menor. Dos días después de su llegada, falleció de un ataque cardiaco.

¿Quién habría de pensar que Cristina, la valenciana, no regresaría a su ciudad después de cumplir un sueño? Posiblemente Sara, la antioqueña, nunca se imaginó que tomaría un avión para regresar a dejar sus huesos en su tierra y no en la que estaba tan feliz en sus últimos años. Y luego dicen que la muerte le busca a uno. Pienso que uno va a donde tiene que morir. Un poeta decía: "... es triste no saber a dónde vamos al morir". Pero tampoco sabemos dónde moriremos.

"La muerte está tan segura de su victoria,
que nos da toda una vida de ventaja"

1 comentario:

  1. HOLA ¡FELIZ AÑO 2008! PARA COMENZAR LLEGO ACÁ POR CASUALIDAD... DE ESAS CASUALIDADES QUE LLEGAN COMO LA BRISA CUANDO TENES CALOR... AL MENOS ALGUIEN, Y GRACIAS A DIOS, ESCRIBE COSAS DIFERENTES DE LAS QUE YO ESCRIBO, PORQUE QUE TAL QUE TODOS ESCRIBIERAMOS SOBRE LO MISMO... SERÍA TAN ABURRIDO... TE AGREGARÉ A MI BLOG PARA VISITARTE MAS SEGUIDO...
    A PROPOSITO: PARECE QUE TE GUSTÓ MUCHO "OPEN DE WINDOW PARA QUE LA MOSCA FLY", A MI ME GUSTÓ MUCHO TAMBIÉN, A PESAR DE QUE CONOZCO AL AUTOR QUE ES UNA MIERDA TOTAL, EL LIBRO ES MUY BUENO...
    ABRAZOS...

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