Del libro
Tratado de culinaria para mujeres tristes
De Héctor Abad Faciolince
Niega, niega, niega, di que no, que jamás, que no se te ha pasado por la mente. No, no estoy haciendo un elogio de la mentira, sino de la piedad. El hombre, como tú, prefiere no saber de una aventura que sólo fue casual. No lo tortures con una sinceridad y una franqueza innecesarias. No te confieses ni te sientas culpable, Y aunque haya indicios ciertos, niega, niega, que es mejor dejar una duda por la que el hombre pueda treparse hasta el olvido.
Para no declarar virtudes inútiles, ya lo sabes, tómate a sorbos largos una de esas bebidas escocesas, con rocas o sin ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario