Yo creo en la Sagrada Familia de Belén y celebro espiritualmente el nacimiento, hace 2011 años, de Jesús, el Redentor del Mundo. Es en estas fechas tan especiales para mí cuando más añoro a mi familia y amigos. Por eso hoy comparto con todos aquellos que están en mis afectos, este sentimiento, con esta humilde tarjeta de Navidad. Ya no se usa enviar postales o tarjetas, por estas cosas de la tecnología, pero lo que no pasará –al menos para mí- es celebrar la Navidad. Esta es la fotografía de mi pequeño pesebre, que pinté yo mismo sobre un molde crudo de yeso. Está en mi salón desde principio de diciembre y me regresa a la niñez armando el pesebre delante de aquel telón de fondo que aún pone mi madre sola en casa. Me recuerda las palabras de mi único sobrino acompañándome a buscar ramas secas para hacerles paisaje a las figuras. Me recuerda a mi hermana emocionada comprando adornos para el Árbol de Navidad. Las velas encendidas en el balcón el 7 de diciembre. El triciclo rojo que descubrimos mi hermano y yo aquel año, con su cajón trasero repleto de regalos. Recuerdo las natillas y buñuelos de la Abuela y a mi Madre desenredando los cables de la luces de colores. Y, cómo no, las jornadas del pesebre franciscano de la iglesia de San Benito.
Y extraño a esos amigos “de toda la vida”, los que después de 10, 15, 20 años o más, siguen cerquita mío, con su apoyo, sus palabras, su sentimiento y su memoria. Aquellos con quienes caminé por La Playa y por el paseo del río Medellín, viendo los alumbrados y la gente, aquellos de las fiestas, las escapadas, los asados y los regalos de Amigo Secreto, con los que compartimos secretos, alegrías y sinsabores.
Parece que hoy la Navidad es otra cosa. Compras compulsivas, fiestas con una alegría falsa, carentes de todo sentido espiritual. Y aquí, a cientos de kilómetros de la cálida ciudad donde nací, hay frío, calles desiertas en la Nochebuena y la nostalgia de aquella alegría que se comparte en todas las calles, hogares y centros de comerciales en Colombia.
Desde la distancia, sepan que les tengo en el corazón, pidiéndole al Niño que nació en una pesebrera, que les mantenga sanos, fuertes, fieles a nuestros principios y liberados de injusticia, de desamor, de egoísmo.
Que el Niño Dios les bendiga y les guarde.
¡Feliz Navidad!
Cariño cuanta nostalgia y tristeza hay en tus palabras. Seguro que es muy duro estar tan lejos de los tuyos en estas fechas. Solo espero poder llenar un " poquito " ese vacío tan grande. Te quiero
ResponderEliminarFelices fiestas para ti compañero, disfruta estos días en la mejor compañía.
ResponderEliminarBesos
Sé que es un tópico, aunque a ti no hace falta que te lo explique, me consta que piensas como yo en estos temas, pero si fuésemos capaces de mantener todo el año el espíritu Navideño, en el que "un niño nos ha nacido, su nombre es poríncipe de paz" (Isaías 9,6) seguramente el mundo andaría mucho mejor... FELICES FIESTAS, una vez más, que por más que lo decimos, no nos lo terminamos de creer...
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