sábado, 5 de noviembre de 2011

¿Puedo quererte sin tenerte?

Aunque ya había hablado de El Lado Oscuro del Corazón en otros posts , hoy he vuelto a recordar esta película que saboreo cada vez más, por sus textos y su indudable poética amorosa y erótica. Quizás porque sigo buscando a ese ser que sepa y me haga volar y que cuando lo encuentre no me diga, a la manera de la protagonista: "Te quiero, pero puedo quererte sin tenerte".


Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija.

Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! - y en esto soy irreductible: no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo conmigo!  


Esta fue - y no otra - la razón de que me enamorase tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera... aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en conseguirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar.

Oliverio Girondo
El Lado Oscuro del Corazón

 Argentina,1992
Dirección: Eliseo Subiela.
Guión: Eliseo Subiela según poemas de Mario Benedetti, Oliverio Girondo y Juan Gelman.
Intérpretes: Darío Grandinetti (Oliverio); Sandra Bellesteros (Ana); Nacha Guevara (La Muerte)

2 comentarios:

  1. Una reflexión muy bonita, ciertamente, mejor querer a alguien que nos saque de la rutina, nos lleve entre las nubes, la felicidad, en cierta manera, se esconde en esos pequeños detalles, cada uno sabe cuáles, en los que refugiarse, como puerto seguro ante los golpes de la vida... pero sólo la experiencia nos ayuda a ir descubriendo todo eso... es vergonzoso que un simple secador de pelo (comprado en una tienda de todo a cien) traiga un libro de instrucciones enorme y lo seres humanos (más importantes que un secador) vengamos a nacer sin instrucciones sobre la vida ¡no nos da ni apuntes!, por eso hemos de irla improvisando poco a poco, y claro, las equivocaciones son muchas.... pero no somos ríos, siempre condenados a ir hacia adelante, podemos regresar sobre nuestros pasos y reinventarnos constantemente...

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  2. Uf. Yo esta peli la vi hace muuuuchooo tiempo. Cuando la extrenaron en cina. Y la imagen esa de cuando echan a volar, muy poética, muy realismo mágico latinoamericano, me encantó.

    Yo todavía no he conocido a nadie con el que pueda volar. Pero ahora estoy con uno que me lleva en coche a los sitios...jeje. Es un buen apaño para ir tirando.

    Besos y agur

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