Facundo Cabral ahora no es de aquí

Yahoo noticias informa que: el cantautor argentino Facundo Cabral fue asesinado el sábado en Guatemala, donde había ofrecido dos conciertos. Cabral, de 74 años, se dirigía al amanecer al aeropuerto internacional de la capital para viajar a Nicaragua cuando el vehículo en que viajaba fue emboscado en el Boulevard Liberación por hombres armados con fusiles de asalto, informó la Policía.

El autor de 'No soy de aquí, ni soy de allá', y que forjó fama internacional como trovador del movimiento de protesta de los años 70, recibió varios impactos de bala y murió en el lugar. Las primeras investigaciones indican que el objetivo de los sicarios era el empresario nicaragüense Henry Fariña, quien había contratado a Cabral para estas presentaciones, El argentino, con más de 50 años de trayectoria artística, había ofrecido dos recitales en Guatemala, el martes en la capital y el jueves en Quetzaltenango, donde fue ovacionado por miles de personas. En el recital del martes, en el exclusivo hotel Grand Tikal Futura, al que asistieron 5.000 personas, se despidió del público guatemalteco diciendo: "Ya les di las gracias a ustedes (...) y que después sea lo que Dios quiera, porque él sabe lo que hace", relató el diario Prensa Libre.

Cabral había nacido el 22 de mayo de 1937 en la provincia de Buenos Aires.

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Acabo de leer la triste noticia del asesinato de Facundo Cabral y no puedo dejar de sentir nostalgia por este cantor universal. Le escuchaba en mi época de universitario y como recién estrenado periodista, cuando se hacían famosas sus canciones protesta, sus discursos serenos y profundos antes de cada canción. Era un hombre sereno, serio, comprometido con la humanidad y con la espiritualidad. Un hombre que sabía hablar del amor simple a la madre, a la mujer y al mundo. Uno de esos que no se dan más que una vez en la vida.

Le recuerdo en el escenario del teatro Pablo Tobón Uribe, de Medellín, con sus gafas de sol, su guitarra española y su voz ronca, moviendo los corazones de cientos de personas que, sin duda, como yo, llorábamos con sus letras y sus palabras. Era un sabio que acudía a los mensajes de Jesucristo y se inspiró en Gandhi o Walt Whitman, decía: "Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor". Queda claro que los matones que le dispararon vilmente nunca le escucharon. La mayor lacra de Latinoamérica le ha matado sin piedad y, de alguna forma, ha dejado heridas a muchísimas personas más.

Pero aunque su cuerpo ya no esté aquí, nos ha dejado gran parte de su alma en sus canciones. Porque a las voces justas no las matan las miserables balas de un sicario.