Si tu no vuelves,
se secarán todos los mares
y esperaré sin ti,
tapiada al fondo de algún recuerdo.
Si tu no vuelves
mi voluntad se hará pequeña
me quedaré aquí junto a mi perro
espiando horizontes.
Si tu no vuelves
no quedarán más que desiertos
y esperaré por si algún latido le queda a esta tierra
que era tan serena cuando me querías
había un perfume fresco que yo respiraba
era tan bonita, era así de grande, y no tenía fin.
Y cada noche vendrá una estrella a hacerme compañía
que te cuente cómo estoy y sepa lo que hay
dime: amor, amor, amor, estoy aquí, ¿no ves?
si no vuelves no habrá vida, no sé lo que haré.
Si tú no vuelves
no habrá esperanza ni habrá nada
caminaré sin ti,
con mi tristeza bebiendo lluvia...
Anoche, como parte de la programación de las Fiestas del Pilar en Zaragoza, pude asistir al concierto de Miguel Bosé, dentro de su gira Cardio Tour, que comenzó el 7 de mayo en Medellín. No soy muy amigo de los conciertos en coliseos o polideportivos, porque me parece que no son sitios adecuados para la música, por cuestiones de acústica y comodidad, pero me sorprendió gratamente el Pabellón Príncipe Felipe a reventar de público, en graderías y en las pistas, adolescentes, de mediana edad y maduritos y maduritas que estaban a tope de adrenalina con este concierto.
Sobre el montaje, las coreografías, la iluminación, el sonido, el grupo de músicos no tengo queja alguna y los comentarios lo dejo a los expertos en estos temas. Pero sí tengo que hablar del arte que despliega este español, nacido en Panamá hace más de 50 años y honrado con la nacionalidad colombiana hace poco. Miguel Bosé llena un escenario, con su sonrisa, con su voz, con sus manos, con su baile... Es sencillo y simpático; rockero, romántico, hip hop y pop; gracioso y profundo; sereno y erótico, capaz de encandilar por igual a hombres y mujeres.
Me esperaba encontrar un auditorio lleno de gente de más edad, pero un artista como Bosé es capaz de mantenerse vigente durante más de treinta años gustando a los que eran jovencitos en los 70´s y a los que lo son en esta década del siglo XXI. Claro que estaban sus nuevas canciones -para eso se hace una gira mundial-, pero nadie se movió de su lugar hasta que nos regaló su Amante Bandido, Si tú no vuelves, Sevilla o Te Amaré, que ya son clásicos obligados en sus presentaciones.
Y me encontré también con que me volvió a remover lágrimas que llevo guardadas en el alma, por quien se fue hace poco menos de un año y aún no puedo ni quiero olvidar.
Te amaré, te amaré,
aunque ya no estés presente...
no habrá esperanza ni habrá nada
ResponderEliminarcaminaré sin ti,
con mi tristeza bebiendo lluvia...