Excelente comienzo de año

La tarde en que debía tomar el tren de alta velocidad a Barcelona fue de carreras. Salir del trabajo más tarde de lo habitual, acelerar el paso bajo la lluvia de un cielo gris, recoger lo que debía llevar y estar a tiempo para el encuentro en la estación. ¡Vaya acelere! Un carrerón que estuvo alegrado por un maravilloso arco iris, presagio de una noche de fin de año mágica. Llegada a Barcelona en buena compañía, una de las mejores que se puede tener, el encuentro con la amiga entrañable, una mujer valiente, decidida, vital y con una alegría natural que no le cabe en el cuerpo.

Nos esperaba su casa, su palacio, la mesa puesta con amorosos detalles, luces de pequeñas velas por todos los rincones, música bailable para la nostalgia navideña de otras tierras, comida y bebida exquisitas. Una noche de cava especial, vino de reserva, postres tradicionales (de manos de aragoneses entrañables y de este colombo español), risas fáciles y el calor humano que se necesita para olvidar noches de ausencias y soledades, las agoreras uvas de medianoche y los abrazos y besos de estos dos seres muy amados, Fer y Amn.

Día primero del año. El encuentro de los tres con otro viejo y grandioso amigo, Jordi, con sus ojos felices por sentirse amado ahora, como merece. La comida compartida, la charla distendida y la "presentación en sociedad" de un nuevo amigo. Todo es tan fácil cuando lo ponemos fácil. Todo es tan grato cuando las emociones están a flote, cuando se siente que estamos con los Amigos, la familia que uno escoge libremente. Todo es tan simple y tan mágico cuando sólo basta comer en compañía, caminar despacio por un paseo, reirse juntos ante la cámara, pasarlo bien por el solo hecho de estar con estos seres que ocupan cada uno su lugar especial en el corazón.

Pinta bien el Nuevo Año. Mientras se tengan estos tesoros humanos, reales, irremplazables, todo estará bien.

(Fotos cedidas por Tenmenpié).