viernes, 25 de diciembre de 2009

El Niño del Contenedor

La Parroquia de San Francisco de Asís, regentada por los Capuchinos en Zaragoza, tenía esta mañana en la misa de Navidad, frente al altar, una imagen de un Niño Dios de yeso recientemente restaurada. El celebrante de la Eucaristía contó que llegó a la iglesia de manos de un vecino que la encontró en un contenedor de basura. Por eso le renombraron como el Niño del Contenedor. Una anécdota más, si uno olvida que en esta ciudad han encontrado niños recién nacidos arrojados al cubo de la basura por sus madres que los acaban de parir. O que también hay niños que solo se alimentan de lo que tiran de los supermercados. Sí, eso pasa también en España (como en América Latina o en África).

Reflexioné también sobre el significado de la Navidad en estos tiempos que corren. A mi modo de ver, es una celebración que de religiosa tiene poco. Esta bien que los templos de llenan de gente, pero afuera sólo se ve gente de prisa y corriendo, comprando compulsivamente más de lo que necesitan, presumiendo ante sus vecinos sobre quien pone la comida más cara en la mesa . Yo creo que si preguntáramos al azar a la gente sobre la verdadera historia de la Navidad, muchos no sabrían contestar que fue el Pobrecillo de Asís quien construyó el primer pesebre, por allá en el siglo XIII, ni que fue la representación del nacimiento de Jesús en un humilde lecho de paja en una pesebrera. Ni se acordarían que es la fecha de la familia, de estar reunidos, de compartir.

He oído esta semana más de un comentario sobre la Navidad. "Qué pereza la cena familiar"... "Me tengo que aguantar a las cuñadas"... "Hay que fingir que somos felices, que nos queremos, aunque no nos llamemos ni una vez al año"... Y sé también que muchas de esas celebraciones en familia se convierten en un enfrentamiento verbal y hasta físico al calor de las bebidas alcohólicas.

Y sé de quienes hoy, en la celebración del cumpleaños de Jesucristo, se declaran ateos, propician la retirada de los crucifijos en las aulas de las escuelas, no se casan por el rito católico pero bautizan a sus hijos y decoran sus casas con "belenes" y árboles de Navidad y Coronas de Adviento y el significado de esta fecha no lo conocen. Y me pregunto: ¿Somos o no somos? ¿De que lado están?

Para mí la Navidad este año ha sido ver que una madre que se quedó paralítica por un accidente, lo primero que hizo después de año y medio en el hospital, fue un viaje de casi 24 horas hasta Venezuela, sola, en su silla de ruedas, para buscar a su hijo de 10 años. Me decía hoy que la alegría más grande ha sido volver a abrazar a su chico y dormir con él. Le contesté que a mi me parecía que eso debió sentir la Virgen María cuando pudo tener a su Hijo en brazos al momento de nacer.

Mi Navidad es acordarme y acompañar a la mujer que desde hace dos meses llora la muerte de su hijo. La que no entiende que él no soportara la vida mientras otros tantos, más desgraciados, menos afortunados, lo que viven en las calles o duermen en los portales, aún tienen ganas de seguir luchando. Mi Navidad es acordarme de mi madre, que como muchas, pasan la nochebuena solas, sin compañía, porque sus hijos viven en un lejano país o están comprometidos con la cena de sus suegros.
La Navidad es el recuerdo del Nacimiento del Niño Dios, el que pasó por el mundo hace más de dos mil años pregonando aquello de "Amaos los unos a los otros" y cuyas palabras no pasarán. Y esto es tan cierto como que ni con las campañas publicitarias, ni con el comercio descarado de su memoria ni con la vanalización de su venida al mundo, ni con las malas acciones de sus "representantes", su nacimiento carnal sigue siendo motivo de festividad.

2 comentarios:

  1. Los mejores deseos en estos días y tambien muchos exitos en el qño que viene

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  2. Feliz Navidad Arturito!!! Mis mejores deseos para ti y los tuyos. Abrazos, Tutto =)

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