domingo, 25 de enero de 2009
Un hombre feliz
viernes, 23 de enero de 2009
Aceptado el ocho con cinco

Otra meta alcanzada en este país, que quiero tanto y que conmigo marcha despacio, al menos en las cosas que deseo. Pero cuando todo parece que va mal, uno tiene sus alegrías. Por estos días los asuntos laborales no están muy bien y ando un poco bajo de entusiasmo, pero ese sobre en el buzón me hizo saltar lágrimas de alegría en el ascensor (no podía esperar a subir dos plantas para leer su contenido). Lo primero, tratar de leerla de nuevo (esperaba otro inconveniente de la tramitología o de los plazos o de cualquier tipo). Lo segundo, dar gracias a Dios por esta bendición y luego, llamar a Fer, mi entrañable amigo, que siempre me ha apoyado y estimulado a estar en la lucha, y a mi madre, que se puso como unas castañuelas de la alegría.

domingo, 18 de enero de 2009
Asqueado
Y me encuentro hoy en la revista dominical, que leo con la intención de apartarme de las noticias en blanco y negro, o grises, con las siguientes perlas:
-Deme una idea para regalar y quedar como una reina, sin que me tiemble el bolsillo.
-Para una mujer, una joya; y si es exclusiva y novedosa, mejor.
-¿No le dan pena los pobres?
-Muchísima, pero trabajar en el mundo del lujo no significa ser rico."

martes, 13 de enero de 2009
Ojalá pase algo...


Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.
Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve,
ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.
Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,

a tu viejo gobierno de difuntos y flores.
lunes, 12 de enero de 2009
El universo esta rodeado de buenas noticias...

domingo, 11 de enero de 2009
Pasando la agenda
Disfruta la belleza.
No estás tan gordo(a) como te imaginas.
Haz algo que te dé miedo.
Canta.
No juegues con los corazones.
No dejes que jueguen con el tuyo.
No pierdas el tiempo con celos.
Recuerda los elogios.
Olvida los insultos.
No te sientas culpable si no sabes qué hacer con tu vida.
No te congratules ni te censures demasiado.
Baila (como si nadie te estuviera viendo).
Los amigos vienen y van. Pero unos pocos merecen conservarse.
Viaja.
Tú también vas a envejecer.
Los consejos son una forma de nostalgia.
Usa filtro solar.
viernes, 9 de enero de 2009
¡Qué doloroso es amar!
Si es doloroso saber que va marchando la vida
como una mujer querida que jamás ha de volver.
Si es doloroso ignorar dónde vamos a morir;
¡más doloroso es amar... y no poderlo decir!
Triste es ver que la mirada
hacia el sol levanta el ciego
y el sol la envuelve en su fuego
y el ciego no siente nada.
Ver su mirada tranquila a la luz indiferente
y saber que eternamente la noche va en su pupila
bajo el dosel de su frente.
Pero si es triste mirar y la luz no percibir;
¡más doloroso es amar... y no poderlo decir!
Conocer que caminamos,
bajo la fuerza del sino;
recorrer nuestro camino
y no saber dónde vamos.
Ser un triste peregrino de la vida,
en el sendero no podernos detener
por ir siempre prisioneros del amor o del deber.
Mas si es triste caminar y no poder descansar
mas que al tiempo de morir
¡más doloroso es amar... y no poderlo decir!
Vivir, como yo, soñando con cosas que nunca vi;
y seguir, seguir andando,
Tener fantasía y vuelo que pongan al cielo escalas
y ver que nos faltan alas que nos remonten al cielo.
Más si es triste no gozar lo que podemos soñar;
no hay más amargo dolor que ver el alma morir
prisionera de un amor y no poderlo decir.
Joaquín Dicenta
jueves, 8 de enero de 2009
Unas palabras de Rilke
miércoles, 7 de enero de 2009
De sueños y alas
sábado, 3 de enero de 2009
Toma Pepsi. ¡Desinhíbite!
Nuevo guiño de los creativos publicitarios al filón que significa el consumidor gay. Esta vez Pepsi nos sorprende con el subliminal concepto de que su bebida da el valor y la desinhibición que antes (se cree) da el alcohol. Al menos la compañía es consecuente: otorgó un donativo de 500 mil dólares a la asociación Padres y Amigos de Lesbianas y Gays (PFLAG, en inglés) a través de su Fundación. El dinero será destinado a desarrollar programas laborales que brinden trato igualitario a trabajadores hetero y homosexuales.
Este spot publicitario ha levantado protestas entre grupos conservadores que ya hicieron un llamado al boicot. La organización cristiana AFA es una de las más molestas con la decisión de Pepsi. El pasado julio, McDonalds, empresa que también decidió apoyar la causa gay, fue objeto de boicots y protestas.
Aunque siempre he dicho que me molesta que a las personas se les ubique y catalogue, o se las meta en "guetos", aplaudo esta decisión de la compañía de no ceder ante las presiones de boicots por parte de distintas agremiaciones e implicarse con la comunidad LGTB, modernizando conceptos y dejando de lado a las "muñecas" hechizas con que tradicionalmente se incita al consumo del público heterosexual machista.
jueves, 1 de enero de 2009
Otros 365 días
Dicen que los aborígenes australianos se ríen de los seres humanos que celebran el paso del tiempo. Y esto viene a cuento con la pasada (por fortuna) festividad de nochevieja. Parece que es una obligación en el mundo occidental celebrar que se acaba un año. Una manera de contar el tiempo simplemente. Pero hay que salir de fiesta (aún en épocas de la tan manida crisis), pararse dos horas en medio de la multitud, con un frío que pela, mirar fijamente un reloj de la plaza, atragantarse de uvas (que ya vienen sin pepitas y sin piel), beber como camellos que van a atravesar el desierto, besar sin ton ni son a conocidos y extraños, disfrazarse de la manera más hortera que se ocurra y simular que se es feliz.
Un día es un día. Veinticuatro horas. Y el 31 de diciembre, una fecha que alguien decidió que es la última de cada año, es un día como cualquier otro. También con 24 horas, aunque intentemos prolongarlas hasta la mañana siguiente, que ya es la de otro día. Sale el sol, como lo ha hecho siempre. Y las preocupaciones siguen ahí. Y los afanes, los desaciertos, las luchas por la supervivencia física y afectiva. Un año puede comenzar cualquier día. Siempre he dicho que debería celebrarse el día del cumpleaños. Es ahí cuando se comienzan a contar su tiempo. Alguien piensa que debería ser en el inicio de la primavera, cuando todo vuelve a salir a la vida después del otoño y el invierno. No deja de ser un ciclo.
Ayer me agobió la nochevieja. Tanta gente, tanta alegría que me sonaba falsa. Tantos solitarios juntos. Tanta cacería. Salí paso a paso, huyendo. No sé si era dolor propio o colectivo. Sólo quería regresar a casa. A mi refugio. A encontrarme conmigo mismo. A ver si me encuentro en la oscuridad.