Él, conmovido, pensó por un momento cómo responderle con una manera gráfica y elocuente, huyendo de fórmulas fáciles, de frases de cajón.
-Sube a la terraza y verás-, le dijo él.
Desde allí, ello lo vio recorrer una distancia inmensa y se sintió feliz, pero él no se detuvo y duplicó su recorrido; ella estaba más feliz todavía, y él, sin detenerse, desapareció cruzando el horizonte.
Ahora ella se consuela pensando en que la deben querer hasta el infinito, porque él no ha regresado.
E.P.
...los amigos... tus amigos... mis amigos.... nuestros amigos???? muchos migos.....!!!!
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