20 minutos. 23 de septiembre de 2014 |
¡Le han salido baratos los cinco delitos a la jovencita! Se puso contenta una noche de feria, un poco "guarrilla", se enrolló con cinco tíos, se dejó grabar con el teléfono móvil y, para echarse para atrás, acusó a los chicos de violación. Los periódicos, la radio, la televisión e internet acusaron, señalaron y prejuzgaron a los hombres, con gran despliegue, a pesar de usar el eufemismo "presuntos".
Días o semanas después, la chica reconoce que los acusó por miedo a que difundieran el vídeo del acto sexual. Como quien dice, por temor a dañar su imagen. De lo que no tuvo temor fue de dañar la de los cinco chicos, señalados como violadores. No sé cuál es la pena que les hubiera caído si los hechos hubiesen sucedido como ella narró en principio, pero lo que es inaudito es que la falsa acusación de violación le haya salido en diez meses de cárcel (dos meses por cada uno) y 2160 euros (432 euros por cabeza). Y aún más, la "señorita" en cuestión no pisará una celda por carecer de antecedentes penales. ¡Barato, muy barato!
Y quieras que no, el sambenito de violadores y acosadores que le ha colgado a los cinco hombres es difícil sacárselo de encima. Echa a rodar un rumor que algo queda, decían en viejos tiempos. Siempre queda la duda, siempre se inventarán nuevos datos, reales o ficticios. Ya salieron en la tele camino al juzgado y a la comisaría. Ya se explayaron los medios hablando del tema... Y su reputación, su imagen y su honra quedan "presuntamente" limpias con ocho centímetros en una columna interior de un periódico de distribución gratuita en una esquina.
A esto llaman justicia. A esto llaman derecho de rectificación. A esto llaman feminismo. A esto llaman machismo. A esto llaman periodismo. ¡Qué asco me da!
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