Me enamoré. Le amé. Juntamos dos soledades. Bastó un encuentro, fallido la primera vez. Volvimos a intentarlo. Se asustó y huyó. Volvió. Y esta vez parecía en serio. Pero su manera de ver la vida, el amor, el sexo, era diferente a la mía. Pero insistimos por caminos diferentes. Lo que para uno eran simplemente noches de vino y erotismo, para otro era ponerle corazón. Un día se cansó. Y se fue sin dejarse perder de vista. Le vi enredarse con otras personas. Le vi sufrir por un enamoramiento que le causó mucho dolor y le escuché su pena. Lloré su tristeza y lloré perderle. Pero un buen día, o mejor, una oscura noche, decidí dejarle vivir su propia vida y hacerme a un lado. Ahora camina por la ruta que ha elegido. Aprenderá, seguro, poco a poco, con dificultades y alegrías efímeras. Me he sorprendido al encontrarle otra vez, por casualidad, y descubrir que no teníamos palabras tras un frío saludo en la calle. No teníamos voz o no sabíamos qué decirnos. Es la lección que he aprendido. Ya no somos más que dos historias terminadas. Porque una pareja la forman dos que quieren lo mismo. No basta con que uno ame y el otro se deje querer.
Lo peor son las comparaciones. Y no dejo de comparar ahora, que se me ha quitado la venda de los ojos y veo todo distinto. He conocido gente que tiene menos lastres que los enfrenten contra su propia plenitud, gente abierta de mente y de corazón, a pesar de sus tristezas interiores. Gente que ama físicamente de otra forma, quizás mejor, no lo sé. Gente que no teme entregarse... Ahora no dejo lo que sea por acudir a una invitación suya. Solo le deseo que sea feliz, que encuentre todo lo bueno que merece.
Pero me da rabia meter su fantasma a mi cama cuando tengo otra compañía. Porque me doy cuenta que son mucho mejores. Porque antes no veía más que por sus huesos, sus ojos y su presencia ocasional. Porque "no es la misma cosa".
No, no es la misma cosa, como dice la conocida filosofa popular Alejandra Guzman. Ademas, nunca segundas partes fueron buenas (decia mi abuela). Es mejor asi, porque asi sabes que fue el el que perdio...
ResponderEliminarpicos, desde la PM...
Ni es lo mismo ni es igual.
ResponderEliminarSimplemente es la experiencia que has dejado y lo que has crecido al tener el coraje de "dejarlo pasar".
Asi como "no es la misma cosa"... tampoco hay "estrellas de color rosa"... Después de la ruptura, es difícil tratar al otro como si nada, a mí me resulta muy difícil... Como quien dice, hoja volteada, hoja pasada... Eso es parte de tu pasado y, francamente, él perdió de tu maravillosa compañía. Besos, Tutto
ResponderEliminarMe encanto, esta muy inspirador y me hace meditar mucho en lo que me pasa emocionalmente justo ahora.. gracias al autor.
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