El día 1 de noviembre de 1950, el papa Pío XII declaró dogma de fe la Asunción de la Virgen María a los cielos. Decía el Papa en tan solemne acto: "Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial".
Parece que el 15 de agosto todo se paraliza en España, especialmente en la mayoría de los pueblos de Aragón. Es el día de la Virgen de la Asunción, de la "virgen de agosto", el de todas las Vírgenes. Es una fecha que ya los romanos tenían marcada en su calendario. Según Guillermo Fatás, ex director de El Heraldo, los orígenes de remontan al año 18 a.c. cuando en Roma se instituyó la "Feria de Augusto" para honrar al Emperador. En ella se celebraba la fiesta de Diana, la Virgen Cazadora. Hija de Júpiter y Latona y hermana de Apolo, Diana era una divinidad típicamente itálica por la cual Augusto sentía una especial devoción. La divina virgen protegìa a las mujeres y a las doncellas en particular y era la diosa de la luz lunar y de los bosques. También era la diosa de la fecundidad y en Roma, en el mes de agosto, las mujeres iban a su santuario en procesión para pedir un buen parto.
Esta fiesta unificada de Diana y Augusto celebraba las cosechas venturosas y su final. La celebraciones incluían el ofrecimiento de cesas de frutas y guirnaldas floridas para los animales de labranza. Una tradición que muchos siglos después se mantiene vigente, aunque modificada, ya que los ofrendas las reciben hoy en día los santos declarados como patrones de cada localidad.
La celebración a Diana de mantuvo mucho tiempo, hasta que la Iglesia Católica introdujo sus adaptaciones. Desde la proclamación del dogma de la Asunción por el Papa Pío XII, el cristianismo dedica el 15 de agosto a la Virgen María, aludiendo a "su tránsito al Paraíso en cuerpo y alma, libre de corrupción, y su coronación por Cristo como Reina de los Cielos". Es la fiesta llamada de la Asunción por los católicos y de la Dormición por los ortodoxos.
Después de muchos siglos de debates, esta fiesta se instituyó en honor de la Virgen María, tras la hipótesis sobre el destino final de su cuerpo, sugiriendo que debería haberse visto libre de la corrupción por su maternidad divina, su virginidad perpetua y su participación redentora en la obra de Cristo. Es pues, la conversión al cristianismo la fiesta que Roma celebraba en honor de su virgen, la Diosa Diana, y de su principal emperador, devotísimo de dicha virgen.
Fuente: Heraldo de Aragón, 9 de agosto de 2009.
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