De las veces que he regresado a Medellín, desde que vivo en España, nunca me había sorprendido tanto y tan positivamente. A lo mejor la distancia y los tres años sin ir me habrán puesto una especie de amnesia, pero la verdad es que me encontré una ciudad más moderna, alegre, optimista, desarrollada y amable. Quizás también noté el inmenso contraste de su gente con la de España, una cuestión de idiosincrasia. La verdad es que ha sido la vez que mejor lo he pasado.
Hace muchos años una frase publicitaria del Hotel Nutibara decía: "Medellín es alegre y sorprendente". Y sí que lo es. La gente, a pesar de los problemas sociales, económicos y políticos, tiene una actitud positiva. Ha vuelto a creer en su ciudad, se rebusca la vida, siempre está con una sonrisa en la cara (qué dentaduras más cuidadas y bellas tienen l@s pais@s). Entrar a una tienda es un gusto, sólo por escuchar un amable "Buenos días, Bienvenido a..., en qué le puedo ayudar". En los sitios de marcha o rumba la gente está distendida, sin prevenciones con el vecino, sin ánimo de discusión o de pelea, compartiendo una buena noche, estrellada y fresca en la gigantesca terraza del Parque Lleras, con sus zonas emo, gótica, gay, pija... Todos los subgrupos en el mismo sitio, cada uno a su aire sin discrimaciones innecesarias.
Una ciudad llena de centros comerciales, con una amplia oferta de servicios, con el metro mejor cuidado del mundo (y no es regionalismo barato: se conserva -lo conservan- impecable como el primer día). La que era la ciudad industrial de Colombia se ha convertido en pocos años en una ciudad de servicios, de grandes hoteles, excelentes restaurantes, bares y discotecas. Con una red de transporte público en proceso de modernización. Con bibliotecas públicas en cada barrio, con colegios nuevos, con parques y zonas de ocio que todos sus habitantes recomiendan con orgullo.


Me sentí orgulloso caminando por la calle (carrera) Carabobo y el sector de "El Hueco", antes zona "donde las águilas se atreven" y ahora un hermoso y seguro paseo comercial con sus ventas populares, tiendas de rebajas, ropa de marca, ofertas gastronómicas de todo tipo y grandes espacios en antiguos edificios diseñados por un arquitecto francés de siglos pasados.

Subir al barrio alto, antes estigmatizado por la violencia, es todo un plan. Enlace con el metro para ascender sobre los tejados de sus casas humildes, pero limpias y bien cuidadas. Hace unos años a nadie que no fuese vecino de allí se le hubiera ocurrido ir. Ahora sus habitantes lo atienden bien, le guían, la hacen sentir seguro,


Y, por supuesto, una ciudad con gente maravillosa. Gente, como decía arriba, amable, optimista, trabajadora, rebuscadora. Gente que no se esfuerza en atender al cliente porque le sale naturalmente. Gente que igual vende minutos de llamadas desde móvil, zapatos y gafas en el mismo local, frutas y camisetas de equipos de fútbol; dulces, galletas o imperdibles en los autobuses... sin perder la sonrisa ni la palabra amable, sin dejar de lado el nombre de Dios. (Todos llevan un "Dios lo bendiga" en la punta de la lengua).

También hay que decir que Medellín ha tenido la suerte de tener en los últimos años buenos alcaldes, dedicados a mejorar a la ciudad y no primordialmente sus arcas personales. Gobiernos que han consultado con las comunidades de cada zona las necesidades que sienten y han escuchado a sus habitantes. Por ello el ciudadano se siente parte de las obras, porque han contado con él y por eso mismo se preocupa por conservarlas, quererlas, cuidarlas y usarlas. Falta mucho por hacer, seguro. Pero principio tienen las cosas. Y parece que esa es la línea política.
Pero lo más importante es que mi ciudad natal está bellísima, divertida, amable y con gente hermosa.
Me robo la frase promocional de Jardín (Antioquia): "A Medellín no se va. ¡Se vuelve!".
Me has dado nostalgia. Y entre nos, no me importaria volver... ;-)
ResponderEliminarPicos
la negri, desde la PM.
Hola Merlín,
ResponderEliminarMe complace que hubieras disfrutado tu visita a esta... tu tierra.
Ha sido un placer conocerte y poder compartir contigo.
En cuanto al post es lo suficientemente ilustrativo y no queda nada mas que agregar.
Como siempre bienvenido.
Si hay que reconocer mejoras en las ciudades colombianas, sin duda Medellin lleva una gran parte de la felicitación.
ResponderEliminarY Ahora con el vitrinazo de la reunion del BID...Ni hablar.