Me gustó este pensamiento de Tomás Carrasquilla, instalado en uno de los accesos a una estación del metro de Medellín. No la define. Todos la buscamos, casi siempre fuera de nosotros mismos. En forma de otra persona. O del dinero. O del placer. Y la espantamos. O no la vemos. O nos distraemos en otras sensaciones.
¿Dónde estás, Felicidad?
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