Hace poco me regalaron un bonsai, ese pequeño arbolito manipulado, tan común en Japón. Me preocupaba no poder cuidarlo, sobre todo porque se tardaba en acoplarse al ambiente de su nueva casa. Al principio perdía sus hojitas, pero de repente se ha dedicado a regalarme florecillas blancas todas las noches. Y más que eso, me regala alegrías. Efímeras sus flores, pero permanentes los recuerdos. Un regalo sutil, un ser vivo de 12 años que hay que cuidar. Me alegra verlo en mi ventana, donde parece estar añorando el bosque. Y me alegra que me recuerde la presencia en mi corazón quien me lo regaló con tanto cariño.
No se nos olvide: también las plantas tienen malos ratos. A temporadas se mustian, o pierden color, o parecen secarse... Es natural. Con cuidados -y cariños- pueden recuperar la lozanía. ¡Y hasta dar flores en estas frías noches de noviembre! Puedes sentirte afortunado por ese cielo estrellado en la ventana.
ResponderEliminarEstá bonito el arbolito.
ResponderEliminarSaludos,
Es, para todos los propositos, un arbol. Y uno que requiere muchos mas cuidados y dedicacion que los que crecen en un bosqe. Habla de tu compromiso y de tu corazon...
ResponderEliminarbesotes desde la PM
la negri
Ah, pues que suerte, la verdad es que yo todos los que vi, al final perdían todas las hojas y se quedaban en nada...
ResponderEliminarLo de las florcitas, aunque sean efímeras, queda ideal. Eso es que lo tratas bien.
Bezos
Hola Papillo, yo creo que las plantas se contagian del estado de las personas que las cuidan y lo demuestran echando flor y hojas.
ResponderEliminarEso significa que mi papito esta muy alegre y se lo transmite a ese tesoro tan preciado que le regalo esa persona tan especial.
Un besico papillooooooo
Te queiro mucho.
Jordi
que despistado eres!!! acaso no sabes que despues del otoño y el invierno viene la primavera!!!! cuando caiga, guarda una de las florecitas en un libro... te la reclamare algun dia,... las colecciono.
ResponderEliminarSaludos desde mi lejana galaxia