miércoles, 24 de octubre de 2018

Hoy, como hace nueve años...

Hoy, como hace nueve años, como todos los años y como casi todos los días, me acuerdo de él. De la primera vez que me miré en sus ojos azules, de la sonrisa y las lágrimas que puso en mi cara, de su andar sin prisas, de sus penas ocultas, de sus forzadas alegrías, de los dolores de su alma.

Reíamos sin censuras por las calles frías de Zaragoza,  bailábamos como si nadie nos estuviese viendo, y sus amigos, sus ex y su pareja actual girábamos alrededor suyo, obnubilados por su magnetismo hechizante.

Luego de nueve  años de su partida, no puedo dejar de pensar en todo lo que me regaló, como ese Amor que me revivió, me resucitó, por el que él pasaba de puntillas, sin precipitarse, y yo con intensidad, precipitándome... es que "uno no elige de quien se enamora, como tampoco puede elegir la velocidad" (como escribió el jurado de las gafas de sol en los talent shows de la tele). Tampoco me puedo olvidar de su honestidad, de su saber decir la verdad, aunque doliera, aunque quemara, aunque dejara marcas en la piel del alma. 

No me olvido de sus charlas ni de sus silencios. De su sentido de la fiesta y sus remordimientos dominicales. De sus ganas de beberse toda la vida de un trago y el dolor que le causaba esa misma vida. 

Y no olvido que un día como hoy tomó la decisión de irse, de dejarnos sin su presencia física. Pero cada uno de los que le quisimos bien, tenemos un espacio en el alma, a donde entramos con mucha frecuencia a reencontrarnos con sus ojos azules y con su espíritu trascendido, para convencernos de que valió la pena dicha haber caminado a su lado, sin importar ni la distancia ni el tiempo.

1 comentario:

  1. Amor, esta merece una charla larga. Necesito los detalles. Probablemente se merece un algo, pero toca resignarse.
    Mil picos.

    La negri, desde la PM.

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