Tengo el corazón de mudanza.
Esta casa sabe demasiado,
sus paredes escucharon tanto
que han salido grietas en el corazón de ambos.
Y han perdido ya su brillo los armarios
y las luces del salón ya se apagaron.
Esta nuestra casa se ha cansado
de peleas, gritos y portazos,
de esconder tras sus cortinas tanto desencanto
provocado por el paso de los años
y ha empezado tanto amor a hacernos daño.
Cajas de cartón amontonadas en la entrada.
¿Esto de quién es?
Si no te importa me lo quedaré.
Tengo ya al hablar una forzada naturalidad,
me puedo reír y a solas llorar.
Corazón de mudanza, tengo el corazón,
tengo... el corazón de mudanza.
Esta nueva casa es más pequeña.
Me acostumbraré a vivir en ella.
Por las noches estaré pendiente de la puerta
esperando como siempre a que tú vuelvas
y con tu ausencia dormiré cuando amanezca.
Toncho
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