¡Hasta los mismísimos eggs me tienen algunos usuarios del whatsapp, uno más de los medios de comunicación que existen en esta era de la informática! Que un día se haya quedado colgada varias horas la popular aplicación (justo cuando la adquirió Facebook), no me importa mucho. Siempre está "el comodín de la llamada" y no entiendo la histeria mundial que se despertó porque durante una horas no escuchásemos su sonido. Ha creado tal dependencia que parece que sin ella nadie se puede comunicar, ni se contempla la opción de gastarse unos céntimos en una llamada, o desplazarse a buscar a los amigos... Me repatea la gente que en una cena de amigos o en una reunión familiar ignora a los demás, inmersa en el móvil (o celular), como verdaderos zombies. Y los que pagan una entrada a cine de estreno y se pasan la mitad de la sesión chateando con algún otro adicto. Y si ya eso es, en mi opinión, muy mala educación y una falta de respeto, más me lo parece el hecho de que muchos establezcan una comunicación vía Whatsapp y tarden laaaargos minutos en contestar (algunos hasta horas), sin dar ninguna explicación. Y cuando la dan -excepcionalmente- salen con que estaban ocupados limpiando la cocina, o que les cogió el sueño o cualquier otra chorrada. ¿Tan difícil es decir que están ocupados o que en ese momento no pueden hablar?
Sigo prefiriendo el cara a cara, la conversación con la mirada atenta, la sonrisa sin emoticonos, el abrazo de verdad, la cortesía y los amigos respetuosos del tiempo ajeno. Aunque siga usando el whatsApp y aunque no tenga Facebook, ni Twiter, ni cosas parecidas, para un café y una charla con los amigos siempre tengo tiempo.
...tonces cuando charlamos cara a cara.... papazote....
ResponderEliminarcuando empiecen a salir a flote los tumores cerebrales producidos por las ondas medias, ya cambiaran de tendencia
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