La vida en las discotecas es de mentira. Bajo el láser y los neones no hay diferencias entre nosotros más sustanciales que un perfume o una etiqueta bordada en hilos dorados. Bailamos como locos, en la pista a rebosar, como si la danza fuera el único modo de soportar la soledad. Hemos salido de casa vestidos para el deseo. Cruzamos las cortinas del bar, de uno en uno, como si saliéramos a escena mientras oteamos entre el público el movimiento de una cabeza que nos resulte familiar. Sólo unos pocos sentidos nos son fieles en la penumbra, y mientras bailamos, jugamos a incitar y excitar para luego escabullirnos en la oscuridad como gatos.
Francisco J. Gutiérrez
La Inmortalidad
En el libro Tu piel en mi boca.
Espero que esto no lo hayas descubierto hace poco....
ResponderEliminarHola!! gusto en comentarte. Será por eso que los bares me han sabido a rancio desde hace tiempo. Me gusta el baile y disfruto el tomar un par de tragos, pero ese revuelto de colonia costosa combinado con sexo barato siempre me ha olido a prostíbulo.
ResponderEliminarUn abrazo
Quike micifous
Imposible describirlo mejor.
ResponderEliminarSaludos campèon.
Ricard
jaj cari, sigues con lo de la mentira.. Lo de las discos es mentira, lo de las saunas es mentira, pero lo de la misa y los rosarios tb. es mentira, y la universidad es mentira...
ResponderEliminarla mentira está en los hombres no en los sitios. En una discoteca puede haber tanta verdad como en la academía de las ciencias, solo hay que saber verla, jaja
bezos.