Te fuiste
como la noche cuando llega el día
como un suspiro que se va y no vuelve...
Y ahí sigues en la memoria de los bellos recuerdos. Más que en aquella camiseta con alas bordadas en la espalda, más que en la chaqueta que uso todos los inviernos y me abriga(s). A veces te veo en los tristes ojos azules de tu madre y siento que vuelvo a mirarme en ellos como tantas noches. En la memoria llevo tus andares, tus anhelos, tus lágrimas azules, tus esfuerzos por resistir. Y en el alma llevo todo el Amor que me diste, todo lo que me enseñaste, todo lo que me has dolido...
Tu luz se unió a la de la Eternidad hace once años. Y era tan grande, tan brillante, tan cegadora, que no se puede apagar en esta parcela donde persiste tu presencia.
Vuela, el tiempo.
ResponderEliminarPicos..desde la PM.
La negri.
XoXo