sábado, 24 de octubre de 2020

Once años

 Te fuiste

como la noche cuando llega el día

como un suspiro que se va y no vuelve...


Y ahí sigues en la memoria de los bellos recuerdos. Más que en aquella camiseta con alas bordadas en la espalda, más que en la chaqueta que uso todos los inviernos y me abriga(s). A veces te veo en los tristes ojos azules de tu madre y siento que vuelvo a  mirarme en ellos como tantas noches. En la memoria llevo tus andares, tus anhelos, tus lágrimas azules, tus esfuerzos por resistir. Y en el alma llevo todo el Amor que me diste, todo lo que me enseñaste, todo lo que me has dolido... 

Tu luz se unió a la de la Eternidad hace once años. Y era tan grande, tan brillante, tan cegadora, que no se puede apagar en esta parcela donde persiste tu presencia.




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