Un comercial tailandés nos acaba de dejar con la boca abierta. No porque sea de bálsamos labiales, sino porque es tremendamente homoerótico.
Nos muestra a un adolescente enfrentándose a su compañero de clases por haberle roto el corazón a su hermana; sin embargo, este le contesta que, en efecto, rechazó a su hermana, pero por una razón superior… en realidad está enamorado de él.
Una muestra más de la naturalidad con que se tratan los temas LGTB en los medios de comunicación de muchos países, mientras en otros se considera un delito, encarcelan y matan a los homosexuales; o en otros, dizque más abiertos y liberales o "tolerantes", donde es legal el matrimonio homoparental, no falta el machote que apalea a un gay o a una lesbiana por besar a su pareja. Que muchas veces la ficción supera a la realidad. La tele es una cosa y la calle otra. Pero un anuncio como este, con más contenido que la invitación a consumir un bálsamo labial, reconforta, emociona y recupera la esperanza en que un día no sea de interés que un dos hombres o dos mujeres se aman.
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